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Economía

¿Milagro o apaño? Hacienda logra rebajar el déficit del Estado central en 10.770 millones en un solo mes

La secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández-Currás

Las cuentas públicas arrojaron este martes un sorpresón. El déficit del Estado central se redujo de agosto a septiembre en 10.770 millones, un punto entero del PIB. Si en agosto se registró un desfase por valor de 47.579 millones, en septiembre éste se rebajó hasta los 36.709 millones, según los datos de Contabilidad Nacional. ¿Y cómo se obró tal hazaña? Una buena parte se achaca al hecho de que se han actualizado las series para cambiar el criterio de cómputo de las devoluciones. ¿Y qué significa esto? Pues que para cumplir con el objetivo presupuestario fijado por Bruselas, el año pasado se retrasaron las devoluciones a 2013, lo cual engordó los ingresos de 2012 y disminuyó el déficit. Pero a costa de recortar la recaudación del actual ejercicio y terminar aumentando el déficit del 2013.

Es decir, se pasaron devoluciones tributarias de un año a otro y esa bola por valor de unos 9.000 millones trasladada a 2013 impedía que se pudiese cumplir con las metas de austeridad comprometidas con Europa. Había que deshacer la añagaza.

Eurostat detectó el truco y obligó a que se cambiase el criterio con el que se contabilizan las devoluciones: en lugar de registrarlas cuando éstas se le reconocen al contribuyente, había que anotarlas en las cuentas cuando se solicitan, aunque aplicándole algún ajuste según el porcentaje medio de denegaciones que se esperan. Un criterio que en la práctica se traduce en que las devoluciones se contabilizan de media un par de meses antes de lo que se solía hacer, de acuerdo con una nota explicativa de Hacienda.

Hacienda insiste en que el cambio de criterio en las devoluciones tendrá un efecto neutro al tener que contabilizar todas las de finales de año

Es más, cuando Eurostat corrigió al Gobierno allá por finales de marzo, incluso obligó a que aproximadamente unos 2.000 millones de devoluciones se computasen en 2012, lo que entonces dejó el déficit al borde del 7 por ciento, en concreto en el 6,98 por ciento. Pero restaban unos 7.000 millones y ahora Hacienda los ha devuelto a 2012 al actualizar los criterios justo días antes de enviar las cuentas a Bruselas. 

No obstante, fuentes de Hacienda inciden en que este cambio de criterio respecto a las devoluciones no va a suponer ventaja alguna a la hora de cumplir con el déficit. Alegan que va a tener un efecto neutro o incluso negativo, pues a finales de año se tendrán que contabilizar todas las reclamaciones y la cifra podría hasta superar los 7.000 millones.   

El Estado central frena las transferencias

Los otros 3.000 millones en los que se ha rebajado el déficit del Estado central obedecen a que Hacienda ya había adelantado buena parte de las transferencias que tenía comprometidas y por lo tanto a partir de ahora se queda con una mayor parte de los ingresos. Prácticamente ya ha abonado la totalidad de los 15.000 millones que tenía que entregar a la Seguridad Social y los casi 12.000 millones que aporta a la UE. Y conforme transcurran las semanas, al igual que sucedió el año pasado, el déficit del Estado central irá disminuyendo mientras aumenta el de la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas.

Con todo, el gasto del Estado central se está elevando un 5,4 por ciento respecto al año pasado debido a los intereses de la deuda, que engordan un 8,4 por ciento y se sitúan en los 22.479 millones; a las transferencias a la Seguridad Social, que se disparan un 86,1 por ciento hasta los 14.071 millones; y a las pensiones de los funcionarios, que suben un 5,8 por ciento y alcanzan los 8.492 millones.

Así que para reconducir el déficit habrá que confiar en las Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Pese a algunos casos de rebeldía, las primeras están más controladas gracias a los mecanismos de financiación como el Fondo de Liquidez Autonómico o el Pago a Proveedores, que brindan ayuda a cambio de ajustes.

Los municipios han tenido más capacidad para redimensionar sus plantillas; han subido tasas e impuestos; han renegociado servicios y, al no contar con más financiación bancaria, se han visto forzados a hacer caja para poder disfrutar de liquidez con la que hacer frente a sus pagos. Y todo ello justifica que los ayuntamientos registren a mediados de año cerca de 2.000 millones de superávit. Es más, fuentes de Hacienda explican que esa cifra podría duplicarse o incluso triplicarse al cierre del ejercicio; aunque cueste creerlo después de que hace más de un año no pudiesen siquiera pagar a proveedores.

La recaudación

La otra pata esencial para cuadrar las cuentas radica en los ingresos tributarios. Pese a las alzas de impuestos, éstos marchan bastante parejos al año anterior. Y los números del IVA comienzan a desinflarse y caen un 2,1 por ciento en cuanto se ha agotado el efecto de la subida de septiembre de 2012. Según los datos de la Agencia tributaria, la recaudación sólo ha repuntado en 85 millones en lo que llevamos acumulado hasta septiembre, cuando el objetivo para los 12 meses consiste en aumentarla en 6.959 millones.

Los ingresos tributarios sólo han aumentado en 85 millones hasta septiembre, cuando el objetivo para todo el año es subirlos en 6.959 millones

Sin embargo, Hacienda espera corregir este retraso con la recaudación de aquí a finales de año. Por un lado, tras haber eliminado numerosas deducciones empresariales, cuenta con los pagos fraccionados de Sociedades de octubre y diciembre. Y por otro, en octubre y enero también han de embolsarse las liquidaciones de IVA y las retenciones de IRPF de las pequeñas y medianas empresas. Entre el 1 y el 20 de noviembre aumentará mucho la caja, insisten. 

Aunque todavía no pueden lanzar las campanas al vuelo y la tarea aún presenta riesgos de desviación, en Hacienda confían en que se puede cumplir con el 6,5 por ciento del PIB fijado por Bruselas. Después de esta caída en 10.770 millones, el déficit del Estado central se encuentra en el 3,58 por ciento hasta septiembre. Con datos hasta agosto, el desfase presupuestario de Estado, CCAA y Seguridad social sin ayudas a la banca y sin ayuntamientos se sitúa en el 4,8 por ciento del PIB, unos niveles bastante parecidos a los del ejercicio anterior. Sólo que respecto al 2012 habrá que sumar la paga extra de los funcionarios que este año no se suprime y cuyo ahorro ascendió en diciembre del año pasado a los 4.500 millones, casi 0,5 puntos. 

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