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Economía

El desboque de la prima de riesgo y la tensión en los mercados estrecha la relación entre el Gobierno y el PSOE

Con el Ibex hundido en su mínimo anual, la prima por encima de los 500 puntos, el riesgo país batiendo récords, Bankia en caída libre y el BCE firme en su rechazo a la compra de bonos periféricos, existe escaso margen para hacer oposición. Esto es, al menos, lo que se argumenta en la dirección del PSOE para explicar la comunicación fluida que desde hace dos semanas hay con el Gobierno después de un periodo prolongado de tiempo sin apenas contactos de alto nivel. Los dos principales partidos se esfuerzan en transmitir una imagen de cierta unidad ante una situación que no dudan en calificar de excepcional. En este contexto, las disputas en Gibraltar o las discrepancias con la Iglesia a cuenta del IBI se antojan como meras maniobras de distracción, según coinciden en apuntar fuentes parlamentarias de las dos principales formaciones políticas.

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba comparecieron ayer ante los medios con media hora de diferencia en las sedes de sus respectivos partidos. La rueda de prensa del primero no estaba prevista, pero el lunes negro que vivieron de nuevo ayer los mercados la hicieron aconsejable. El líder de la oposición optó entonces también por dar la cara para ofrecer una imagen conciliadora. Estos días, el ministro Luis de Guindos se muestra también muy activo para relatar que el desboque de la prima de riesgo no obedece en puridad a España, sino más bien a la inestabilidad que reina en la Unión Europea.

Este jueves, se convalida en el Congreso de los Diputados el decreto de saneamiento bancario y los dos grandes partidos negocian su contenido para evitar una imagen de ruptura en un asunto de alta sensibilidad para los mercados.  El pacto va a ser difícil porque los socialistas aspiran a que el decreto se tramite como proyecto de ley, entre otras cosas para garantizar que las ayudas públicas que vayan a inyectarse en los bancos tengan control parlamentario. Lo más probable es que el PSOE se abstenga en la votación, pero sin levantar demasiado ruido. Exactamente igual han decidido hacer los socialistas con el escándalo de Bankia, donde el PP y el PSOE todavía rechazan una comisión de investigación. “Rubalcaba no quiere levantar alfombras porque sabe que el PSOE también tendría mucho que perder”, se comenta en sus filas.

PP y PSOE insisten en público en que el Gobierno no llegará a pedir el rescate para la banca

Pero más allá de templar gaitas en la crisis bancaria, lo que el Gobierno y el PSOE persiguen es una especie de terreno de juego común que evite que se disparen las alarmas en una coyuntura muy difícil que tiende a empeorar como consecuencia de la incertidumbre que pesa sobre las elecciones griegas y el referéndum irlandés. Rajoy y Rubalcaba opinaron ayer en público que España no necesitará del fondo de rescate europeo para reflotar el sistema financiero, una doctrina común que ha sido pactada entre el PP y el PSOE ante las nuevas turbulencias que puedan estar por llegar a los mercados.

Del problema de la banca hablaron Rajoy y Rubalcaba el pasado viernes en La Moncloa en una cita que abre la puerta a amplios acuerdos en otros temas. En Europa, por ejemplo, los dos grandes partidos han acordado “hablar con una sola voz”, un aspecto crucial para que España pueda ganar respeto entre sus socios comunitarios.

“Ahora hay más posibilidades que antes de llegar a acuerdos”, dijo este lunes Rubalcaba. “El agravamiento de la crisis ha abierto un clima diferente”, se advierte en el Gobierno.

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