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Economía

Ana Botín creará un nuevo consejo asesor internacional más útil para el Santander

Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander.

Este viernes, el Santander decidió poner fin a su consejo asesor internacional después de 14 años de historia. El gran detonante, sin duda, la insostenible situación de Rodrigo Rato. Imputado por partida doble, en el caso Bankia y en su pieza separada de las tarjetas black, en los sumarios que instruye el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. El cese del ex vicepresidente del Gobierno en la época de José María Aznar supone también un fin de ciclo para un órgano consultivo muy alejado de la nueva realidad bancaria actual, marcada por la transformación digital de las entidades y un contexto regulatorio en continuo movimiento. Contextos en los que ninguno de los doce miembros que integraban el consejo asesor internacional gozaban de una reconocida trayectoria.

Pese a su disolución, Ana Patricia Botín tiene intención de crear un nuevo consejo asesor internacional en el medio plazo más cercano a las realidades que vive actualmente la entidad y la industria financiera, según confirman varias fuentes. En definitiva, un órgano que sea más útil, más vinculado con el negocio y que genere propuestas más operativas que puedan trasladarse finalmente al Consejo de Administración para su estudio y posible puesta en marcha.

“Este tipo de órganos deben actualizarse para bajar del plano teórico, lo que se traduce en un auténtica inacción para la estrategia de las compañías. En caso contrario, si no se produce ese cambio de funciones, deja de tener sentidos”, defienden desde el sector.

Como reconoce el Santander en su Informe de Gobierno Corporativo de 2013, el consejo asesor internacional mantuvo dos reuniones en los que trató, entre otros asuntos, la evolución de los resultados del Grupo, la situación y perspectivas de Francia (un mercado en el que no está presente el banco ni tampoco entra en los planes futuros) y su posición respecto a la Unión Europea, así como la evolución de las economías española y de los principales países donde el grupo está presente y los avances en la reforma del sistema financiero de Europa. Cuestiones, todas ellas, bien conocidas por el Santander a través de su servicio de estudios.

El cesado consejo asesor internacional sólo mantuvo dos reuniones en 2013 en las que trató, por ejemplo, la situación y perspectivas de Francia, un mercado en el que no opera el banco ni tampoco tiene previsto hacerlo en el futuro

La disolución del consejo asesor internacional, y su futura creación con caras más jóvenes, se enmarca dentro del proceso de rejuvenecimiento que pretende la nueva presidenta. De hecho, pese a que Ana Patricia también pretende internacionalizar más el consejo de administración del Santander ninguno de los futuros nombramientos parece que saldrán del senedrín cesado este viernes. Unos porque ya fueron consejeros y parece complicado su camino de vuelta. Es el caso de Lord Terence Burns, actual presidente de Channel Four Television Corporation, o Sir George Mathewson, ex presidente de Royal Bank of Scotland, en la época dorada de esta institución.

El resto de consejeros internacionales, como Bernard de Combret, presidente de Total Trading Geneve, el estadounidense Richard Gardner, ex embajador de EEUU en España, el ex primer ministro portugués Francisco Pinto Balsemao o los mexicanos Antonio y Carlos Fernández, máximos responsables del Grupo Modelo, tampoco dan el perfil que busca la nueva presidenta. Ni por su vinculación con la realidad cambiante en la que vive la industria financiera desde el inicio de la crisis, ni por edad, todos ellos octogenarios, o próximos. De hecho, Antonio Fernández, último presidente del consejo asesor internacional, cuenta con 97 años.

Ana Botín pretende que el nuevo consejo asesor tenga menos carácter institucional, con representantes que estén más vinculados al sector financiero que de verdad puedan abrir puertas o servir de ‘lobby’ al Santander en el contexto internacional. En la actualidad, apenas dos representantes contaban con experiencia profesional en el mundo financiero. Uno de ellos, el ex director general del Fondo Monetario Internacional.

El consejo asesor internacional se creó en 1997 y fue convirtiéndose en una bien pagada salida para antiguos consejeros del Santander o amigos personales de Emilio Botín, como el propio Rato. Hasta su disolución, este órgano estaba compuesto por 12 miembros de seis nacionalidades distintas: España, México, Reino Unido, Portugal, Estados Unidos y Francia.

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