Leonardo DiCaprio rompe con Camila Morrone y reaviva la teoría de que el actor no sale con mayores de 25 años

El reconocido actor estadounidense Leonardo DiCaprio y la modelo argentina Camila Morrone ponen fin a su relación después de cuatro años. El ganador del Oscar, de 47 años, y la modelo, de 25, comenzaron su noviazgo a principios de 2018 y se conocieron en diciembre de 2017, según informaciones de Vanitatis.

Cuando empezaron su relación, ella tenía 20 años y el actor ya contaba con 43. Esta diferencia de edad fue muy comentada por la prensa del corazón, en especial por la juventud de la argentina. Sin embargo, Morrone aprovechó una entrevista en Los Angeles Times para contestar a las críticas: "Hay tantas relaciones en Hollywood y en la historia del mundo, donde las personas tienen grandes diferencias de edad... Cualquiera debería salir con quien quiera salir".

DiCaprio siempre ha sido un hombre muy discreto de cara a la prensa, y más con sus relaciones. Apenas se ha mostrado públicamente con sus parejas, y con Camila Morrone actuó de la misma manera. La discreción del matrimonio era tal que, incluso en la ceremonia de los Oscar de 2020, en la que él estaba nominado al Oscar al mejor actor por su papel en la película Once Upon a Time in Hollywood, se les vio llegar por separado, aunque en la ceremonia se sentaran juntos.

'La maldición de los 25': ¿conspiración?

Muchos usuarios en las redes sociales han teorizado que Leonardo DiCaprio no puede salir con mujeres mayores de 25 años. De hecho, algunos incluso han compartido un gráfico en el que se analizan las edades de las anteriores parejas del actor, y es cierto que ninguna pasa de la barrera de los 25. Y es que algo muy curioso de la vida sentimental de DiCaprio es que, mientras él envejece, sus parejas continúan siendo veinteañeras.

Casualmente, la modelo Camila Morrone cumplió los 25 en junio de este año, por lo que esta conspiración que rodea al actor ha vuelto a cobrar popularidad en Twitter. De momento, la famosa teoría se sigue cumpliendo, aunque eso no tiene por qué significar que se trate de una obsesión que tenga el ganador del Oscar.