Así es la vida de Daniel Sancho en la cárcel: está aislado, nervioso, ha pedido medicación y le han cortado el pelo

Tal y como se esperaba, la vida de Daniel Sancho en la cárcel no está siendo fácil. Fue el pasado lunes cuando el chef, acusado por el presunto asesinato de Edwin Arrieta, era conducido a la prisión de Koh Samui, en Tailandia, donde previsiblemente permanecerá hasta su juicio. Sin embargo, tras unos días en los que aseguraban que el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo estaba tranquilo e incluso “relajado”, tal y como apuntaba hace unas horas su abogado, su llegada a la prisión tailandesa habría cambiado las cosas.

Así lo ha desvelado ‘El programa del verano’, que ha conseguido hablar con el director de la cárcel donde se encuentra Daniel Sancho, y ha desvelado la situación actual del autor confeso de este asesinato que ha conmocionado al mundo, y sobre el que todavía existen muchas incógnitas por resolver.

Daniel Sancho está aislado, nervioso "y ha pedido medicamentos para la ansiedad"

Han pasado dos días desde que Daniel Sancho ingresara en la prisión de Koh Samui. Una prisión que, aunque aseguran no es de las peores del país, cuenta con unas duras condiciones. Algo que habría hecho ya mella en el hijo de Rodolfo Sancho.

Así lo ha confirmado el propio director de la prisión en conversación con Jorge Luque, periodista del programa de Mediaset desplazado a Tailandia, que no ha dudado en preguntar cómo se encuentra Daniel tras dos noches preso: “Está un poco nervioso, tiene que aprender cómo es la vida en la cárcel”.

Tal y como ha apuntado el periodista, la vida en Koh Samui es muy difícil: “El himno tailandés suena muy temprano por la mañana. Para ducharse, por ejemplo, disponen de dos horas, 165 duchas para más de 700 reclusos, el que no sea espabilado se queda sin agua”.

Pero además, tras su conversación con el director de la prisión, Luque ha señalado que Daniel Sancho “comparte celda con otras cinco personas y le han cortado el pelo”.

Además, el periodista ha desvelado otros detalles de la vida dentro de Koh Samui: “Comer es lo peor, solo tienen un poquito de caldo con huesos y algo de arroz. Y dormir ya ni te cuento. Tienen tres mantas que tienen que utilizar una para el suelo como colchón, otra para taparse y otra como almohada”.

Ante esta realidad, el director de la prisión ha desvelado algunas de las peticiones Daniel Sancho habría hecho. En concreto tres. “En primer lugar, comida. Existe la posibilidad de que te traigan comida del exterior. A través de su abogado quieren que le traigan comida mejor que la que ya habrá probado aquí” ha apuntado Luque.

En segundo lugar, Daniel Sancho ha pedido medicación. Algo confirmado por el director de la prisión que ha apuntado que el chef está “en contacto con la enfermera del centro”. “Por lo que se ve, ya no está tranquilo y ha pedido medicamentos para la ansiedad” señala el periodista, que además explica cuál ha sido la tercera solicitud del hijo del chef: “Quiere contactar cuanto antes con su familia, no puede recibir visitas de ellos hasta dentro de diez días pero dice que necesita habla con ellos cuanto antes”.

Tal y como aseguran diferentes fuentes Rodolfo Sancho ya ha llegado a Tailandia para intentar visitar a su hijo en prisión. Algo que apuntan no es posible por el momento, y que podrá solicitar cuando terminen los diez días de aislamiento por el protocolo Covid. Además, se comenta que la madre de Daniel Sancho, Silvia Bronchalo, también habría viajado para reunirse con él.

Así es Koh Samui, la cárcel en la que se encuentra Daniel Sancho

Aunque algunas fuentes apuntan a que Daniel Sancho podría ser trasladado a una prisión en Bangkok, por el momento se encuentra en la cárcel de Koh Samui, en el sur de Tailandia. Allí, las condiciones son complicadas.

Tal y como han señalado conocedores de esa prisión al programa de Mediaset, el día comienza muy temprano, “a las seis de la mañana con los pitidos del silbato de los guardias. Después, abren las celdas, donde llegan a convivir más de 45 personas en una misma habitación, y se hace un recuento.”

A las ocho de la mañana, tras cantar el himno tailandés, los reclusos se ponen el uniforme: “Tienen diferentes colores, los que están en prisión provisional llevan un mono marrón y los que están cumpliendo condena firme llevan uno azul”.

Las comidas son de los aspectos más duros: “Daniel Sancho va a tener que desayunar como el resto de sus compañeros arroz y caldo. Cuando llegan al comedor tienen en la mesa los platos servidos y cada uno prácticamente se come lo que se encuentra en su sitio. Y en la comida es prácticamente lo mismo. Eso sí, quien tenga dinero, puede pedir comida, pero tendrá que pagarla. Y lo mismo ocurre en la cena”.

Desde ‘El programa del verano’ señalan que tras la cena, los presos vuelven a sus celdas, donde se realiza un nuevo registro: “Solo pueden meter en las habitaciones botellas de agua. Y por la noche, no se apagan las luces, por seguridad”.