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Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se enfrentan a cuatro años de cárcel y una multa de más de seis millones de euros

La extenista y su todavía marido serán juzgados en septiembre de 2023 por presunto alzamiento de bienes. Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana ocultaron supuestamente patrimonio para evitar pagar una deuda de 7,5 millones de euros al Banco de Luxemburgo

Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido Josep Santacana se enfrentan a cuatro años de cárcel y más de seis millones de euros de multa
Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido Josep Santacana se enfrentan a cuatro años de cárcel y más de seis millones de euros de multa (Gtres)

Arantxa Sánchez Vicario y su todavía marido, Josep Santacana -ya que aún se encuentran inmersos en un proceso de divorcio desde febrero de 2018 que se separaron- serán juzgados del 12 al 15 de septiembre de 2023 en Barcelona por un presunto delito de alzamiento de bienes o insolvencia punible.

La Fiscalía pide para la que fuera tenista de 50 años y su esposo, el empresario catalán con el que se casó en 2008, una condena de cuatro años de cárcel por supuestamente ocultar patrimonio para evitar pagar una deuda de 7,5 millones de euros al Banco de Luxemburgo.

El juicio se celebrará en el Juzgado Penal 25 de Barcelona, según han confirmado fuentes judiciales a Europa Press. La querella criminal interpuesta por la entidad bancaria ha conseguido finalmente procesarlos. Además, de la pareja serán procesados también sus supuestos cuatro testaferros y un entramado de sociedades en calidad responsables civiles subsidiarias.

En el escrito de acusación, el fiscal detalla que la que extenista española actuó "bajo las consignas de su marido" una vez se le notificó la reclamación de la deuda en julio de 2010. El escrito del fiscal, que presentó en julio de 2021, detalla que la entidad bancaria adelantó a un banco español el dinero que Arantxa tenía que abonar como garante de una deuda con Hacienda de 3,5 millones de euros. Por este motivo, el Banco de Luxemburgo le reclamó después pagar la cantidad que había abonado.

El fiscal sostiene que el matrimonio ideó "un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, frustrando de este modo el cobro de dicha cantidad", por el que vaciaron sus cuentas corrientes.

Arantxa Sánchez Vicario, en el US Open 2022 en septiembre
Arantxa Sánchez Vicario, en el US Open 2022 en septiembre(Europa Press)

Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se enfrentan a 4 años de cárcel y una multa de más de 6 millones de euros

Además de enfrentarse a cuatro años de prisión, Arantxa Sánchez Vicario y su todavía esposo Josep Santacana -con el que no convive desde hace años y tiene dos hijos en común- podrían tener que pagar una multa de más de 6 millones de euros en concepto de responsabilidad civil por un delito de levantamiento de bienes o insolvencia punible.

El juicio se alargará durante cuatro días, algo poco habitual, por lo que se prevé que haya un gran número de testigos y se aporten muchas pruebas documentales, según han explicado expertos en este tipo de delitos a 'La Vanguardia'.

Además el hecho de que se haya escogido la sala de la Ciudad de la Justicia conocida como Auditorio, indica que el juez es consciente de que esta audiencia pública suscitará un importante interés mediático ya que Arantxa Sánchez Vicario es una leyenda del tenis mundial. Fue la campeona más joven del tenis español al conquistar el título nacional en 1985, con sólo trece años de edad, y ganó varios títulos Grand Slam en diferentes categorías.

Arantxa Sánchez Vicario es una leyenda del tenis en España
Arantxa Sánchez Vicario es una leyenda del tenis en España(Europa Press)

¿Qué pasó con Arantxa Sánchez Vicario y por qué será juzgada junto a su todavía marido?

Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana hicieron "desaparecer" el dinero que la que fuera tenista había cobrado en créditos y por reportajes en medios de comunicación. El fiscal expone que la exdeportista era propietaria y beneficiaria de al menos cinco empresas, titulares de varios bienes inmuebles, y después de que se le notificara la deuda con Hacienda pasaron a estar a nombre de una sociedad uruguaya.

Así, "realizaron numerosas operaciones de venta con el fin de obtener dinero y ocultarlo para frustrar el cobro" de la deuda, y la Fiscalía acusa como cooperadores necesarios a quienes supuestamente hicieron de testaferro quedando como único titular de las empresas de laque fuera tenista, además de al jefe y al responsable de la gestoría que hizo las operaciones de estas empresas.

Por todo ello, la Fiscalía pide condenarles por un presunto delito de alzamiento de bienes o insolvencia punible, solicita cuatro años de cárcel y 8.640 euros de multa para Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana, además de 6,1 millones en responsabilidad civil; y tres años y medio de prisión y multa de 7.560 euros para los cómplices.

De ser condenados, a Arantxa Sánchez Vicario le resultaría difícil hacer frente a esta elevada cantidad de dinero ya que su situación económica no es muy buena. La extenista trabajó en la Metropolitan International School de Miami hasta 2021 que cerró y actualmente parece que solo percibe ingresos de las colaboraciones que hace en diferentes medios.

Sánchez Vicario y su ex están en una guerra judicial con el Banco de Luxemburgo desde hace 11 años

El Banco de Luxemburgo demandó a la pareja por vía civil en marzo de 2011 y a los dos años, en septiembre de 2013, obtuvo una sentencia favorable que condenaba a Arantxa Sánchez Vicario a abonar al banco 5,2 millones de euros más los intereses de demora a contar desde la interposición de la demanda.

Durante este tiempo, el matrimonio no presentó la preceptiva lista de bienes para ser embargados y cubrir la deuda de 7,5 millones de euros. Así, el banco decidió ir por la vía penal y presentó una querella en 2015, por la que al final se sentarán en el banquillo en septiembre de 2023 en Barcelona.

Por su parte, Josep Santacana se desvincula, en su escrito de defensa, de cualquier poder de gestión sobre la fortuna de su expareja entre 2010 y 2016, asegura, que, como empresario con intereses en marketing, relaciones públicas y sector inmobiliario, se limitó a cobrar unos cheques, enseñar su casa de Formentera a una inmobiliaria, al cobro de una exclusiva de corazón a través de una de sus sociedades y que si algo queda de la fortuna de Arantxa, está en Suiza, según 'La Vanguardia'.

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