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El tenis, la gran baza olímpica española, se desploma: Ferrer, Muguruza y Carla Suárez, fuera de una tacada

Ferrer, hundido.

A estas alturas de Juegos, y con sólo el bronce de Mireia Belmonte en el zurrón, no resultaba extraño que muchos encomendasen el medallero español al tenis, que veía cómo los españoles escapaban de la masacre que se producía entre los favoritos. Hasta ayer.

Y es que Rafael Nadal salió al rescate del tenis español como único superviviente en el torneo individual, en una jornada marcada por la despedida precipitada de nuestros aspirantes. David Ferrer se quedó en el camino ante el ruso Evgeny Donskoy y Carla Suárez desapareció del torneo femenino después de ceder ante la estadounidense Madison Keys. Pero lo más llamativo, sin duda, fue el adiós de Garbiñe Muguruza, sonrojada por la portorriqueña Mónica Puig.

Nadal sigue a lo suyo. Ganó con solvencia al italiano Andreas Seppi (6-3 y 6-3) y ya está en octavos. Roberto Bautista, que hizo los deberes el lunes, es el único paisano que le acompaña en el torneo. El manacorí, centrado y motivado, ilusionado por su retorno a la competición, se aferra a la pista. No hace cálculos y se centra en alimentar su andadura hasta donde pueda, con un hambre ejemplar. Es bastante para él después del calvario de los últimos dos meses con su muñeca.

Seppi fue correoso. Pero el español se bastó para dar un paso adelante con el objetivo de citarse con el francés Gilles Simon, que tumbó al japonés Sugita. Tras ese duelo, Rafa deberá disputar otros dos en el mismo día. Una jornada infernal que pondrá a prueba sus piernas y que supondrá un punto de inflexión.

Decepciones inesperadas

David Ferrer, por su parte, dejó escapar un partido que tenía encarrilado, con un set a favor y 3-1 de su lado en el segundo. El alicantino se deshizo y, con todo, dispuso de dos puntos de partido que no aprovechó ante un ruso al que dominaba el vértigo a ganar. No quiso justificaciones el español, a pesar de padecer molestias en el pie derecho y verse muy apagado.

Entre las chicas, Garbiñe Muguruza salió malparada ante el entusiasmo de Monica Puig. La ganadora de Roland Garros fue una caricatura en la pista ante la portorriqueña, que venció por un doble 6-1 en menos de una hora. La tenista caraqueña perdió una ocasión pintiparada de introducirse entre las ocho mejores, con un cuadro más que alentador que ayer veía despedirse nada menos que a Serena Williams.

Previamente, Madison Keys, séptima cabeza de serie, acabó con el sueño olímpico de Carla Suárez, a la que batió por 6-3, 3-6 y 6-3. La española, que mantuvo el tipo hasta el final, fue incapaz de prolongar la mejoría que mostró en el segundo set, que ganó para igualar el partido. La tercera de las decepiones que dejan todo prácticamente en un all-in a Rafa Nadal.