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Un Barcelona perezoso resucita al Real Madrid la noche que se despidió a Cruyff

Benzema celebra su gol en el Bernabéu.

Allá donde quiera que Cruyff haya visto este Clásico, estará enfadado. Un Barcelona perezoso cayó ante un Real Madrid temeroso que se fue animando con el paso de los minutos, ante la parsimonia de los azulgrana. El Barça le despidió en una noche en la que Messi jugó a ser más Xavi que Leo, en la que Luis Enrique optó por ser más pragmático que ambicioso y quiso no perder ante un león herido. El único que habrá arrancado alguna sonrisa de Johan es Marcelo, ese jugón incontenible que no entiende de pizarras ni de empates. Él se inventó la jugada del primer gol y él inició la del segundo, pese a estar en inferioridad. Se fue Johan, se queda su legado. Pero lo administrará Luis Enrique.      

Comenzó el partido con la pelota en los pies del Barcelona ante un Real Madrid acobardado que basculaba dando demasiada iniciativa a los azulgrana. No aparecían Modric y Kroos en esos primeros minutos, penalizando a los blancos, que perdían el cuero con facilidad. Sacaban el balón Pepe y Casemiro, lo que hacía respirar tranquilo a Luis Enrique. Replegados, en apenas 30 metros, desde la línea medular hasta 20 metros más allá de su área, proponía Zidane un partido lejos de su área, pero sin balón.

Aún restallaban los aplausos a Cruyff en el minuto 14 cuando Bale se asomó al área azulgrana, pero su centro lo esterilizó Piqué. El Barcelona ya había tenido una ocasión clara en las botas de Luis Suárez, que previamente había cometido falta sobre un Ramos que vio la amarilla por protestar justificadamente. La enésima pérdida de balón de Pepe en zona comprometida terminó con un disparo malintencionado de Rakitic que Keylor sacó junto a la cepa del poste. El Barça maduraba el gol ante un Real Madrid con Casemiro tratando de entorpecer a un Messi que se desplegaba con desinterés entre líneas. Cuando los blancos recuperaban la pelota, el Barça presionaba y la robaba inmediatamente. Sin balón, Modric y Kroos sumaban kilómetros en lugar de pases. Mal asunto para los de Zidane.

Una zancadilla de Ramos a Messi rondando la línea del área (quizás penalti; seguro segunda amarilla), que no señaló el árbitro permitió una contra blanca que concluyó con un disparo alto de Bale después de que Bravo se hubiese quitado de encima un disparo de Cristiano con algún problema. Cuando el Madrid se animaba, se disparaban las revoluciones del partido. En el Barcelona, que imponía un tempo cansino, solo ocurría cuando pisaba el área de Keylor Navas. El Real Madrid vivía de un pase, el que llevaba la pelota hasta su tripleta ofensiva. En otra galopada de Bale, Mascherano le paró en falta. Pero Cristiano la envió por encima del larguero.

Se fue Johan, se queda su legado. Pero lo administrará Luis Enrique...

Ganaba presencia el Madrid y se animaba a subir sus líneas, lo que convertía los ataques del Barcelona en estampidas buscando los espacios. Pero Zizou había trabajado la pizarra con Casemiro y otro volante. Si se sumaba Modric, se quedaba Kroos. Si aparecía el alemán, era el croata quien reculaba. El 4-5-1 del Real Madrid en defensa lo trabajaba el Barcelona ensanchando el campo y descolgando a Messi para iniciar el juego. Se equilibraba un partido condenado a resolverse a zarpazos. Transitaba la primera parte con un 70% de posesión culé, pero con una extraña sensación de tranquilidad en las huestes madridistas. Dos apariciones en las áreas de Alves y Benzema cerraban el primer acto. La velocidad de crucero del Barcelona no inquietaba a un Real Madrid temeroso

Arrancó la segunda parte con una falta que pudo costarle la segunda amarilla. Un agarrón meridiano a un Luis Suárez muy discutido por el Camp Nou. Volvían a embotellar los azulgrana a los blancos, que se abandonaban a las contras. Con el Barcelona proponiendo algo que gustaba a los de Zidane, Luis Enrique pedía más ritmo a su medular. Y en la primera ocasión que aceleró su juego, Messi se topó con una sensacional mano cambiada de Keylor. Era el primer córner de tres consecutivos que concluyó con un testarazo de Piqué que acabó en las redes después de botar en el suelo. Pepe se comió un bloqueo de Neymar y llegó tarde a tapar. Abierta la lata, el Barcelona desataba su euforia mientras el Real Madrid se tambaleaba.

Era el momento de Zidane. Le tocaba reinventarse en la pizarra. En el campo Kroos pedía al equipo que adelantase las líneas, pero la pelota era azulgrana. Había cierta confusión en las filas madridistas, con jugadores pidiendo a otros subir las líneas, cuando apareció el hombre más desequilibrante del Real Madrid: Marcelo. Entró en diagonal sacando a los dos centrales de sitio antres de servir a Kroos que centra al área pequeña, donde Benzema remata de volea. Los de Zizou salvaban el primer match ball en contra. La rápida reacción blanca devolvía al escenario el ritmo somnoliento de la primera parte, lo que convenía a los de Zidane, que se reafirmaban en su plan cada minuto que pasaba. La tuvo Bale, pero su disparo fue demasiado inocente.

Afiló el partido Luis Enrique sacando a un alfil como Arda. Pero fue el Real Madrid quien dio el golpe, con un remate de Marcelo a la espalda de Jordi Alba, donde Bale remató a gol. Sin embargo, el asistente lo anuló por una falta que había que tener muchas ganas de ver, porque cuando el galés contacta con Alba, ya estaba en el aire. Segundos después, Cristiano remataba al larguero y poco después Bale volvía a poner a prueba a Bravo. Un aluvión que frenó Sergio Ramos con un error intolerable en un jugador de su experencia. Una falta que le suponía la segunda amarilla. Pero el Real Madrid tenía inercia y un centro de Bale fue controlado por Cristiano, que marcó entre las piernas de Bravo. Merecido gol por el ejercicio de fe de los blancos cuando peor lo tenían. Victoria que despide a Cruyff y resucita al Real Madrid. Zidane pasó la reválida. Lus Enrique suspendió el día menos indicado. 

Un día le preguntaron a Cruyff que había que hacer cuando el Real Madrid le ganaba al Barcelona un Clásico. El Flaco no dudó: "Nos levantamos y les aplaudimos". Hoy Johan, donde quiera que esté, se habrá levantado y habrá aplaudido al Real Madrid. Sobre todo a Marcelo.  

BARCELONA: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic (Arda 72'), Busquets, Iniesta; Messi, Luis Suárez y Neymar.

REAL MADRID: Keylor; Carvajal, Ramos, Pepe, Marcelo; Kroos, Casemiro, Modric; Cristiano, Benzema (Jesé 77') y Bale (Lucas 90').

ÁRBITRO: Hernández Hernández. Roja a Ramos (por amarillas en el 6' y en el 83'). Amarilla a Carvajal (18'), Luis Suárez (26'), Mascherano (29'), Rakitic (59'). 

GOLES: Piqué (57'), Benzema (62'9 y Cristiano (85'). 

  

ASÍ LO HEMOS VIVIDO