En cuanto sonó la bocina final en el Oracle Arena, las cámaras sabían a quién buscar. LeBron James era elegido de forma unánime como MVP de las Finales de la NBA tras conseguir 27 puntos, 11 rebotes, 11 asistencias, 3 tapones y 2 robos en el último partido de la eliminatoria, logrando así su séptimo triple-doble en una serie por el título.
El de Akron ha concluido los siete envites ante Golden State Warriors con unos estratosféricos promedios de 29'7 puntos, 11'3 rebotes, 8'9 asistencias, 2'6 robos y 2'3 tapones. Concluyó como líder de las Finales en cada una de esas cinco categorías, un logro que quita el hipo. Jamás algo así se había conseguido antes en la historia de la liga, lo que habla bien a las claras del dominio de un jugador todoterreno.
Desde que terminase el cuarto choque con el 1-3 adverso en el tanteador general, LeBron sabía que la única forma de conseguir el anillo era remangarse para completar actuaciones fuera de lo común. Y, definitivamente, estuvo a la altura. Nadie duda que sus tres últimos encuentros ya forman parte de la leyenda: 41 puntos, otros 41 puntos y un triple-doble fueron, de manera consecutiva, sus tarjetas de presentación en los partidos quinto, sexto y séptimo respectivamente.
Coronando esta cima, el hoy jugador franquicia de los Cavs se convierte en uno de los cuatro baloncestistas capaces de ganar al menos tres campeonatos y cuatro galardones de MVP de la temporada regular tras Michael Jordan, Bill Russell y Kareem Abdul-Jabbar. A este dato, le suma un matiz especial: es el quinto jugador que logra al menos tres anillos y tres MVPs de las Finales tras Jordan (6), Shaquille O’Neal (3), Tim Duncan (3) y 'Magic' Johnson (3).
Por si esto fuera poco, James y Abdul-Jabbar han sido los únicos hombres capaces de ganar el MVP de las Finales en más de una franquicia. Sus cifras le colocal en el Olimpo histórico de la NBA. Y quizá el tiempo ayude a estabilizarle en ese altar sin que la nostalgia de épocas pasadas juegue en su contra. Para muchos, sólo la leyenda de Michael Jordan le superará cuando se retire. El debate, con el primer anillo por fin en el estado de Ohio, está en la calle.