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Purga en La Masia: rescisiones, denuncias y jugadores apartados por hacer hueco a los nuevos fichajes

Jugadores del Barcelona B celebran un tanto de esta temporada.

La llegada repentina de 75 nuevos jugadores a las categorías inferiores del FC Barcelona, toda vez que el cuadro culé ya ha cumplido con la sanción que le impuso la FIFA, ha provocado una auténtica desbandada de descartes en La Masia. El filial culé, especialmente afectado por su mala trayectoria (es, si descontamos al excluido Huracán, penúltimo en el Grupo III de la Segunda B), ha visto como la entidad le mostraba la puerta de salida a varios jugadores de peso.

La primera marcha confirmada fue la del prometedor Grimaldo, rumbo al Benfica. Tras el lateral, cayeron nombres como Pol Calvet (Deportivo de la Coruña), Ondoa (Nàstic), Babunski o Cantalapiedra (paradójicamente, máximo goleador del plantel y que ha pasado de jugar Copa del Rey con el primer equipo en Villanueva de la Serena a engrosar las filas del Villarreal B).

La segunda escuadra culé confirmó también la rescisión del camerunés Enguene, pero se ha topado con un problema en la figura de su compatriota Bagnack. Antes de terminar 2015, el míster del filial, Gerard López, ya advirtió al africano que sería uno de los canteranos que causaría baja en la segunda vuelta. Al regreso de sus vacaciones, el zaguero fue apartado del equipo, pasando a entrenarse en solitario.

La polémica promete traer cola porque el central, que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2017, acepta negociar la rescisión pero cobrando un año de ficha, ya que entiende que le costará encontrar un buen equipo después de estar parado media temporada. El Barça, por su parte, sólo le ofrece seis meses. El jugador, molesto por no poder ejercitarse con sus compañeros hasta que el acuerdo se alcance, ya ha denunciado el caso a la AFE y medita elevarlo también a la FIFA.

Puede no ser el último quebradero de cabeza que le reste por afrontar al club azulgrana en su limpia de canteranos. Se especula con que, como mínimo, otros cuatro efectivos quedan por llegar al Barcelona B, con lo que el goteo de las salidas, presumiblemente, no se detendrá en los nombres ya citados. La fuga de talentos continuará en un vestuario enrarecido tras el último descenso de categoría.

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