Eden Hazard, el fustrado anhelo del madridismo, cuelga las botas a los 32 años

Eden Hazar, ese extremo belga que fue capaz de enamorar hasta el mismísimo Zinedine Zidane, ha decidido poner fin este 10 de octubre a su carrera a sus 32 años. El atacante pone fin así a 16 años en la élite del fútbol con la que ha cumplido su "sueño" tras jugar en el Lille, Chelsea, Real Madrid y en la Absoluta de Bélgica.

Durante sus años tanto en la Ligue 1 como en la Premier League, sin olvidar sus cabalgadas en torneos internacionales con la elástica de los diablos rojos, Eden maravilló al mundo. Se esperaba de él al verdadero 'megacrack' que podría sentarse por fin en la mesa de Messi y Cristiano. Pero fue dejar el Chelsea, fichar por el Real Madrid, y todo lo que era amor y admiración se convirtió en burlas, memes y un largo historial de lesiones.

El propio jugador ha dado en el clavo en su comunicado de despedida: "Debes escucharte a ti mismo y decir basta en el momento adecuado", y así ha sido. Hazard llegó a Chamartín con el imposible reto de heredar el dorsal número 7 que Cristiano Ronaldo dejó huérfano y sobre todo, volver a ilusionar a un Real Madrid que se encontraba abatido tras el adiós a su máxima leyenda. Pero esa tarea no la supo, o mejor dicho, no la pudo cubrir.

La sombra del sobrepeso, las dudas y las interminables lesiones privaron a los aficionados blancos de un jugador, que años atrás había hecho tremendas obras de arte con el balón en los pies. Incluso hubo un momento que parecía que volvía. Pero aquel fatídico 26 de noviembre de 2019, en una noche de esas mágicas de Champions en el Santiago Bernabéu, Eden Hazard, que parecía que cogía de una vez por todas el timón del club blanco. Un ataque. Una jugada en la que encaraba a su compañero de selección Tomas Meunier, sufrió una entrada fatal que le llevó a lidiar con una placa de metal en el tobillo y que terminó por apagar al belga y las ilusiones de los aficionados blancos.

Desde entonces, este extremo bajito, de esos que enamoran al mundo del fútbol por su bajo centro de gravedad y sus potentes arrancadas, bagó por el Santiago Bernabéu hasta este verano que puso fin a su periplo con la zamarra del Real Madrid. Únicamente disputó 76 encuentros y logró la friolera de siete goles en cuatro temporadas. Un pobre balance que aun así le valió para sumar dos Ligas, una Liga de Campeones, un Mundial de Clubes, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y dos Supercopas de España.

Un villano blanco y un héroe en Stanford Bridge

Está claro que el Eden Hazard que contempló el madridismo no era ese que conquistó a los aficionados del Chelsea. Porque sí. Hubo un momento en el que este jugador bailaba por la banda de Stanford Bridge.

Con el '10' del Chelsea a la espalda, el capitán belga hizo tremendas diabluras con el balón llegando a ser admirado y deseado por el propio 'Zizou'.

El Harzard que vestía la malla 'blue' era algo fuera de lo común. Un extremo menudo que paraba el tiempo, que danzaba al ritmo de vals y que también era capaz de volver a acelerar el cronómetro con sus imparables golpeos. Con la derecha, con la zurda, de falta o de rebote. Eden metió goles de todos los colores y se ganó una amplia parcela en los corazones de los hooligans del Chelsea.

En el Chelsea, entre 2012 y 2019, logrando una buena colección de trofeos; entre ellos dos ediciones de la Premier League y dos de la Liga Europa.

En cuanto a su etapa como internacional, fue el líder de la generación dorada belga. Una hornada de querubines entre los que brillan los hermanos Hazard, Mertens, De Bruyne, Courtois y compañía.

Precisamente, con el combinado de su país ha jugado un total de 118 partidos, anotando 33 goles; participó en los Mundiales de Brasil 2014, Rusia 2018 -donde los 'diablos rojos' quedaron terceros- y Catar 2022, en las Eurocopas de Francia 2016 y la de 2020 y en la Liga de Naciones 2021.