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Carlos Alcaraz, frente al reto una vida: reconquistar el US Open y apagar la eterna llama de Novak Djokovic

El tenista de El Palmar afronta su participación en el torneo estadounidense con un reto triple: repetir corona, algo que nadie logra en modalidad masculina desde 2008, enterrar al 'Big Three' y liderar la nueva generación

Carlos Alcaraz en el US Open. EP

Carlos Alcaraz aterrizó hace unos días en Nueva York sabedor de que la edición 143º del US Open, último Grand Slam de la temporada, va a marcar para siempre el devenir de su legado profesional. Puede parecer una temeridad afirmar esto de un chaval de tan solo 20 años, con toda su carrera tenística aún por desplegarse, pero los antecedentes de esta temporada y el contexto que rodea al major americano aviva la épica.

Canta Sabina en la preciosa canción peces de ciudad que "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Un mantra que el hombre, desde los tiempos de Ulises, no ha parado de repetirse hasta creer que es verdad. Tendemos a huir de aquellos parajes donde, de una forma u otra, hemos alcanzado la felicidad en su grado más alto.

Sin embargo, Carlos Alcaraz, al igual que el héroe griego, ha regresado a su Ítaca profesional, la imponente pista central Arthur Ashe, en el corazón de Queens, para seguir escribiendo una de las páginas más importantes en la historia del tenis.

El 2023 del tenista español está siendo de aúpa. A falta de varios meses para cerrar la temporada, Alcaraz ya suma (6) más títulos ganados que la campaña pasada (5), aún por disputar el US Open, el torneo de China, París o la copa de Maestros. Sus triunfos en Buenos Aires, Indian Wells, Conde Godó, Madrid, Queen's y Wimbledon han situado al murciano en una posición privilegiada.

Es cierto que difícilmente saldrá número de 1 de Nueva York, aunque renueve su mandato, ya que la no participación de Novak Djokovic en 2022 por la normativa de vacunación hace que el serbio no tenga puntos que defender, por lo que 'Nole' saldrá líder del ranking ATP con total seguridad. Pero eso es muy secundario en la lista de hitos a los que se enfrenta Alcaraz estas dos semanas en los Estados Unidos.

Los retos de Alcaraz en el US Open

La victoria, un tanto inesperada, de Carlos Alcaraz en la pasada edición del US Open abrió un sinfín de posibilidades para el libro de estilo que Juan Carlos Ferrero, con tanto mimo, está cincelando en el ADN del murciano. Estados Unidos es la última parada de un largo recorrido que tiene el circuito ATP. Aunque es cierto que el año natural empieza y termina de la misma forma, en la pista dura de Australia y Nueva York, los dos torneos no se parecen demasiado.

Mientras que el templo australiano posee el mítico plexicushion (mezcla de látex, goma, y partículas de plástico) de tono azulado, el US Open utiliza una fina capa de goma para favorecer la amortiguación. Sea como fuere, sus exigencias distan mucho de la tierra batida donde, hasta el año pasado, había brillado Alcaraz. Sin embargo, su explosión a nivel mundial ha sido tan rápida, que el pupilo de Ferrero ha absorbido hasta las complejas enseñanzas de la hierba de Londres, con extraordinarios resultados en Queen's y Wimbledon.

Carlos Alcaraz lucha contra muchos gigantes en esta quincena. El primero, su propia sombra. Ningún hombre consigue repetir título en individuales desde 2008, fecha en la que Roger Federer cerró su histórico repóker en el US Open. En categoría femenina, Serena Williams fue la última mujer que encadenó triunfos entre 2012 y 2015.

A diferencia de 2022, Novak sí está disputando la presente edición. Además, su lado del cuadro es más favorable, lo que, a priori, dibuja una hipotética final entre ambos el próximo 9 de septiembre. Como pudimos comprobar en la final del Masters 1000 de Cincinnati, el tenista serbio todavía tiene piernas de sobra para aguantar un envite de tres o cinco sets en pista dura.

Alcaraz aspira a enterrar el legado deportivo del Big Three, el cual solo se sostiene con las genialidades de Djokovic, que hace tiempo que dejó de mirar a los lados y continúa de frente en la carrera por ser el mejor tenista jamás visto. Pero, además, el murciano tiene encima de la mesa la oportunidad de proclamarse el líder indiscutible de la next gen.

Y es que el elenco de grandes tenistas, a nivel técnico, es abundante, pero, a la hora de la verdad, hombres como Alexander Zverev, Stéfanos Tsitsipás, Karén Jachánov o Casper Ruud languidecen los días de gloria. Solo el ruso Daniil Medvédev posee el talento, que no la mentalidad, de frenar a los grandes.

Por debajo de ellos, de la quinta de Alcaraz, se encuentran varios jugadores llamados a hacer historia. Jannik Sinner, Holger Rune y Félix Auger-Aliassime. Tres talentos muy destacados, pero con desigual madurez mental. Sinner y Aliassime están un peldaño por encima del danés.

La suerte está echada y el US Open 2023 ya echó a andar. Las expectativas sobre los hombros de Carlos Alcaraz son máximas, más si cabe cuando un nuevo triunfo ante Djokovic podría suponer el final de la era más exitosa en la historia del tenis. El final de una tiranía a tres bandas que ha colonizado los éxitos de la ATP, a excepción de las rebeliones (con cuentagotas) de Del Potro, Murray y Wawrinka. Alcaraz, el Ulises patrio, de vuelta a Ítaca, ansiando volver a rozar con los dedos el lujoso trofeo que Tiffany lleva tallando a mano para el US Open desde tiempos inmemoriales.

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