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El ombligo de esta belleza rubia revoluciona la pista central de Wimbledon

Jennifer Bate celebra un juego de su novio, Marcus Willis.

El suizo Roger Federer no tuvo compasión del británico Marcus Willis, el hombre que ha llenado portadas esta semana por su clasificación y por llegar a la segunda ronda de Wimbledon, siendo el 772 del mundo, al imponerse por 6-0, 6-3 y 6-4, en una hora y 25 minutos. La expectación que ha suscitado este zurdo profesor de tenis del Warwick Boat Club, donde cobra 30 libras por hora de clase, llenó de aficionados la pista central.

Los seguidores no querían perderse la presencia de un británico de tan baja clasificación, pintoresco, algo desgarbado, que había tenido sobrepeso y perdido 25 kilos, y que había reconocido que podía haber sido algo más en su carrera si no le hubieran gustado tanto las fiestas, frente al gran Federer.

Si Willis fue el gran protagonista, la sensación del tradicional torneo fue su novia, Jennifer Bate. Una belleza rubia, de profesión dentista y 30 años de edad, que fue enfocada mil veces por la cámara mientras disfrutaba junto a la familia del tenista de una jornada inolvidable.

Federer, que nunca ha perdido un partido contra un jugador de tan bajo ránking -sólo ha cedido uno contra alguien situado entre los 250 primeros, el español Sergio Bruguera en Barcelona en 2000- se tomó el encuentro con tranquilidad y sonrisas, y aceptó de buen grado los cánticos que los seguidores británicos dedicaron a Willis. Estos, adaptaron el tema "Freed from Desire", de la cantante italiana Gala, que se volvió muy popular durante la Eurocopa gracias al delantero norirlandés Will Grigg.

Jennifer, delgada y rubia, se dejó las manos aplaudiéndole, al igual que la hermana de ella, otra rubia pero con más presencia de cintura para arriba. Willis no dejó de sonreír, de disfrutar durante el encuentro y de levantar el puño cada vez que arrebataba un punto a Federer.

Sabía que aunque perdiera ya había entrado en la historia, particular historia, al convertirse en el británico de más bajó ránking que ha ganado un partido individual en Wimbledon, y además se ha llevado un cheque por 50.000 libras, unos 60.000 euros por su extraordinaria aventura.

Y además tiene una novia -que fue Miss Professional 2010- cuya bella sonrisa, dentadura perfecta y ombligo al aire están dando la vuelta al mundo.

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