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Mal menor para Curry tras sus pruebas de rodilla: esguince y reevaluación en dos semanas

Curry, con gesto de dolor.

El baloncesto mundial se pasó todo el lunes deshojando la margarita de la lesión de rodilla de Stephen Curry. Aguardando los resultados de la resonancia magnética a la que se tenía que someter el jugador estrella de los Warriors, el "será grave" o "no será grave" era el dilema en boca de todos en la NBA. Y finalmente, las noticias no son del todo malas.

Curry, que se dañó la rodilla derecha por un inoportuno resbalón en el cuarto partido de la primera ronda de los Playoffs ante Houston, ni tiene roto ningún tejido ligamentoso, si bien sufre un esguince de grado 1 que deberá ser reevaluado en dos semanas. Esto no quiere decir que la baja del base vaya a extenderse obligatoriamente sólo a quince días, sino que el próximo checkpoint en su recuperación (y quien sabe si el último) será en esas fechas.

Por tanto, los Warriors deberán finiquitar a los Rockets ya sin su gran estrella, y muy probablemente deban también disputar las Semifinales de Conferencia (la lógica dice que contra los Clippers) sin su jugador franquicia. Si bien contra los tejanos son muy favoritos, los angelinos de Chris Paul, Blake Griffin y DeAndre Jordan (que ya apearon el año pasado a los Spurs de las eliminatorias por el título) podrían crear problemas serios al mermado plantel de Steve Kerr.

El afectado, por su parte, agradeció en Twitter "todas las oraciones y mensajes" que ha recibido, visiblemente aliviado (algunos temían una lesión que le dejase, directamente, sin Playoffs y quizá sin Juegos Olímpicos). "Siento toda la energía positiva -manifestó-. Dios es grande. Todo apunta a que voy a estar bien".