El recuerdo de Aitor Zabaleta vuelve a sacudir el Calderón

El fútbol vuelve a llorar la muerte violenta de un aficionado. El episodio de este domingo por la mañana en las inmediaciones del Vicente Calderón recuerda lo acontecido en ese mismo estadio hace 16 años, cuando en 1998 el ultraderechista de 23 años Ricardo Guerra, mató de una cuchillada a Aitor Zabaleta, de 28, poco antes de un partido entre el Atlético y la Real Sociedad. Zabaleta había acudido a Madrid junto a la peña femenina Izar para animar a su equipo. Había llegado a la capital de España en compañía de su novia.

Tras llegar a Madrid se separaron del resto del grupo y una vez en las cercanías del estadio entraron en el bar Alegre. Un grupo de diez ultras del Atlético se mofó de la pareja, que abandonó el local. A escasos cien metros del estadio Vicente Calderón, otro grupo de radicales (de la peña Bastión), que habían salido a la caza de hinchas vascos, atacó al joven. 

Asesinado delante de su novia

Al parecer, Aitor salió a defender a un niño cuando cuatro rapados le insultaron. Zabaleta, que no llevaba ningún distintivo del club, recibió una puñada en el corazón que le alcanzó el ventrículo y le rompió una arteria vinculada a la aorta. Todo sucedió delante de su novia. Cayó en la puerta 6 del estadio, donde fue atendido por el Samur. Murió a las pocas horas en el hospital. Otras cuatro personas de la misma peña resultaron heridas del ataque ultra. Ricardo Guerra fue acusado de homicidio junto a sus compañeros de agresión.

La polémica rodeó el trámite del juicio, ya que el juzgado dictó auto de libertad provisional para los principales acusados, que fue posteriormente recurrido por el Movimiento contra la Intolerancia. Finalmente Ricardo Guerra fue condenado a 17 años de cárcel. Tuvo más adelante nuevos problemas con la Justicia: tras un permiso carcelario fue interceptado durante el cacheo con droga que pretendía vender en la cárcel.