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¿Son informadores o son vendeburras?

No hace mucho comentaba la frase de Rafa Benítez acerca de las influencias positivas y también negativas que está ejerciendo el llamado Modelo de juego FC Barcelona. Es de idiotas negar el gran paso adelante que ese modelo o estilo de juego ha supuesto para el fútbol mundial. Una evolución –más que una revolución, porque su germen estaba ya latente desde hace decenios- que ha hecho que el balompié nunca vuelva a ser el mismo.

Pero de tontos sería no ver que ese mismo modelo ha confundido a los incautos y a los menos prudentes. Citaba yo en mi artículo a esos entrenadores de niños y no tan niños que han abrumado a tantos discípulos con la muletilla aberrante del “no regatees, pásala”, matando no sólo el placer de jugadores y espectadores, sino cometiendo el gigantesco error y la incalificable injusticia de menospreciar la aportación de los grandes dribladores al fútbol en general y al 'modelo FC Barcelona' en particular.

Un modelo que se hubiera ido al garete sin la habilidad de Cruyff, de Laudrup, de Romario, de Kluivert, de Rivaldo, de Ronaldo, de Romario… y de Iniesta y Messi, por mucho que Pep Guardiola soltara de cuando en cuando su “sueño con un fútbol sin regates”, utopía que también iluminó a bastantes, pero que ha confundido a muchos más. Ese modelo –y cualquier otro, en realidad- que no cuente con jugadores desequilibrantes en el “uno contra uno” tanto en la faceta ofensiva como en la defensiva, no tiene futuro alguno. Además, también precisa de jugadores capaces de jugar con una correcta orientación corporal que les permita jugar a dos toques y hasta a uno con gran precisión. Además, también ha de arriesgarse buscando pases evolutivos, no meros intercambios de balón en zonas de nulo peligro para el rival. Además, ha de contar con jugadores que rápidamente presionen al rival tras pérdida de balón o que, al menos, sepan cerrar huecos si hay que replegar. Casi nada, amigos.

Menos evolucionado es el 'modelo Real Madrid', si es que tiene alguno, cosa que dudo. En cualquier caso, estamos hablando del primer y el tercer clasificados de la Liga de España. Que no creo que sea la mejor del mundo, pero bueno, estaremos de acuerdo en que no es de las peores tampoco…

Mas, desde hace semanas, se ha extendido como una plaga la moda periodística de sostener que estos dos equipos juegan mal, que han perdido 'encanto', al mismo tiempo que se defiende con pasión el postulado de que el Rayo Vallecano es un equipo que encandila. Miren, periodistas deportivos, y aún considerando que el presupuesto de los vallecanos es insignificante en relación al de esos monstruos: el Rayo Vallecano es el colista de la Liga, es el equipo que menos goles ha convertido y es el equipo que más goles ha encajado.

Cuando traspasa la línea de medio campo a través de su tan alabada 'tasa de posesión' es incapaz de sorprender a defensa alguna, pero cuando sus rivales le roban la pelota, el camino hacia la meta rayista parece una autopista de ocho carriles. Hay varios equipos con presupuestos tan modestos como el del simpático conjunto madrileño, pero ninguno con un balance tan desfavorable. Un farolillo rojo con todos los atributos para ostentarlo. Y quieren ustedes convencernos de que es un placer verles jugar. ¿Ustedes de qué diablos van? ¿De informadores o de vendeburras?

Como dijo Rafa Benítez, “el modelo FC Barcelona ha sido gran inspiración para muchos, pero fuente de errores para otros tantos”. Parece que entre periodistas deportivos ha hecho estragos. Les ha convertido en paranoicos. Porque de paranoicos es decir que el líder juega mal y el colista juega bien.