El Buscón

‘El Pocero’ pasa de facturar 177 millones a 310.000 euros… ¡a sí mismo!

Francisco Hernando, uno de los paradigmas de la burbuja inmobiliaria en España

La crisis ha cambiado, en mayor o menor medida, la vida de todos pero especialmente de aquéllos que en los años anteriores a la llegada de la depresión hicieron toneladas de dinero como quien fabrica barquillos. Entre ellos sobresale la figura de Francisco Hernando, alias Paco ‘el Pocero’, quien no se conformó con un par de promociones, con especular con suelo en tiempo récord y fue mucho más allá: levantar toda una ciudad en la pequeña localidad toledana de Seseña.

Hoy en día, los restos de aquel proyecto, conocidos en el ámbito inmobiliario como “los pisos del Pocero”, están siendo liquidados por las entidades financieras que tuvieron que, como se dice coloquialmente, “comerse el marrón” generado por Hernando (y por ellas al confiar en él) al abandonar a la mitad el proyecto, dado que el escaso ritmo de ventas hacía inviable seguir adelante.

Pero pocos años antes, cuando la ciudad Francisco Hernando comenzó a tomar cuerpo, el mercado asistió atónito a cómo una persona del origen más humilde que se imagina llegó a facturar 177 millones de euros con su holding de empresas. Y no sólo eso sino que también vio de qué manera se codeaba con personalidades políticas de primer orden (célebres son sus coqueteos con Eduardo Zaplana y José Bono, entre otros) y hacía ostentación de su yate, que no admitía comparación con los de los empresarios españoles que salían en la lista Forbes… ni con el del mismísimo Rey de España, el célebre ‘Fortuna’.

Este castillo de naipes se ha vendió debajo de forma estrepitosa y hoy esos 177 millones de euros se han convertido en 310.000 euros (que, a primera vista, muchos pequeños empresarios quisieran para su negocio) aunque con una particularidad: se los ha facturado a sí mismo. Los únicos ingresos del Grupo Francisco Hernando se corresponden con trabajos de asesoramiento a una sociedad denominada Obras Nuevas de Edificación 2000, que pertenece a su holding.

Hacer negocios con uno mismo es una buena manera de estar siempre de acuerdo aunque casi nunca resulta rentable. Pero quizá es una consecuencia de resultados anteriores o de una realidad fácilmente interpretable: cuando nadie quiere hacer negocios con uno, las opciones se reducen tanto que al final se impone una aplastante lógica: al otrora poderosísimo Francisco Hernando sólo le queda el ‘Pocero’ para hacer negocios.