La maldición de la foto de caza... y la bendición de los que no salieron en ella

Finales de 2012. En medio de la crisis de deuda y los recortes del Gobierno de Rajoy, la opinión pública empezaba a dudar de su otrora ejemplar Monarca, Juan Carlos I, 'El Campechano'. En abril de ese año, al jefe de Estado le habían tenido que operar de urgencia en Madrid tras una caída en Botswana mientras cazaba elefantes. Una actitud humillante para muchos plebeyos, que lamentaron que el Borbón hiciera ostentación de una vida de multimillonario mientras su pueblo se debatía sobre si irse o no por el desagüe de la crisis. 

Entonces, aparece la imagen que ilustra este Buscón. La publicó la web La Celosía y en ella salen, sonrientes, el expresidente de Viajes Marsans y de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán; el que fuera presidente balear, Jaume Matas; el rey y el presidente de la patronal madrileña Ceim y del Grupo Arturo, Arturo Fernández. Rápidamente en la red muchos destacaron los problemas judiciales que tres de los cuatro protagonistas tenían (Díaz Ferrán por el caso Marsans, Matas por Nóos y Palma Arena y Arturo imputado en Bankia), así como el hecho de que el más regio de los cuatro no pudiera tenerlos ya que la Constitución impide que pueda ser imputado. Algo más de tres años después, la vida ha seguido yendo mal en lo económico y judicial para tres de los cuatro protagonistas de la fotografía, mientras que el jefe de Estado tuvo que echarse a un lado ante el descrédito que acumulaba su figura.

Un repaso a su trayectoria desde entonces no deja dudas: Fernández enfila la liquidación de su emporio empresarial. Díaz Ferrán es un inquilino ilustre de Soto del Real, está ahora mismo enfrentando el juicio en la Audiencia Nacional y ha reconocido que se apropió de forma indebida de 4,4 millones de euros. Jaume Matas ha pisado la cárcel, siendo el segundo presidente autonómico en hacerlo en la historia de la democracia y afronta un futuro judicial complejo. Podría volver a prisión. ¿Y el Rey? Siempre ha habido dudas sobre cómo logró el enriquecimiento patrimonial que cifraba The New York Times, pero no hay investigaciones al respecto. Se puede decir que a nadie en esa foto le ha ido demasiado bien o que incluso ha habido una suerte de maldición.

Se puede decir que a nadie en esa foto le ha ido demasiado bien o que incluso ha habido una suerte de maldición

Los que no salieron

Pero hay una persona que no salió en la imagen a pesar de que solía frecuentar las monterías en la finca de Gerardo Díaz Ferrán y que acudió a muchas de ellas. Se trata del actual presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), Pedro Barato. Barato participó en el nacimiento de Asaja en 1989 y desde entonces ha estado al frente de la asociación, a pesar de que en este tiempo, como todo el mundo, Barato ya no es tan 'joven' como el nombre de la organización que representa. Hombre poliédrico, en los últimos años ha ido acumulando otros cargos en el mundo semipúblico, como es el de la federación de autónomos CEAT e incluso en la empresa privada, siendo consejero en Deóleo en representación del fondo de capital riesgo CVC.

Barato siempre ha hecho gala de su buena relación con el anterior Monarca, que le ha recibido en varias ocasiones en Zarzuela y hacia quien se deshizo en elogios al conocer su abdicación en junio de 2014. Tan amigo ha sido de Juan Carlos que muchos recuerdan cómo el toledano acudía a cazar frecuentemente junto con el Rey emérito. Amistad trabajada en años de buen yantar y disparar, Barato pudo haber sido uno de los dos hombres que flanquean al 'poker' de ases de la imagen superior, dadas las muchas veces que compartió jornadas con los protagonistas.

Pero si observan bien, la imagen está cortada, y se vislumbra otra persona a la izquierda de Arturo Fernández. Una suerte del destino evitó que quedara retratado en la foto 'maldita' y por tanto, Barato ha seguido con sus negocios de éxito, teniendo siempre acceso directo al ministro de Agricultura, con predicamento en el aceite y también en el consejo de Fremap, mutua colaboradora con la Seguridad Social. Al contrario que el resto, por el momento su hoja judicial es intachable.