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El Buscón

Los ‘florentinos’ del Consejo Empresarial de la Competitividad se mosquean por lo poco que pintan: “pues dad gracias”

El Consejo Empresarial para la Competitividad es un foro incrustado en el Instituto de la Empresa Familiar, con tres claros impulsores: César Alierta, Emilio Botín e Ignacio Galán. Los tres, preocupados por la deriva que tomaba España hace algo más de un año, con la sombra del bono basura en ciernes, promocionaron un think tank que pusiera en valor las bondades de la economía española. Algo que, por otro lado, debería habérsele ocurrido al Gobierno, fuera del signo que fuera, pero bueno, para hablar de ciencia ficción ya está la sección literaria de Marabilias.

En el lobby están presentes por parte del sector ladrillero Florentino Pérez, presidente de ACS y uno de los iconos del ladrillo, José Manuel Entrecanales, que hace tiempo que ha teñido de renovable su compañía Acciona y Rafael del Pino, de Ferrovial. Este último tiene mucho respeto entre los grandes, ya que pertenece a un apellido ilustre, es rico de verdad y ha sabido reducir deuda a tiempo en esta crisis, pasando a un segundo plano mediático.

Pero en los documentos presentados, pese al optimismo que destilan, en ningún momento señalan a la construcción como ‘oportunidad de inversión’. De hecho, en el estudio correspondiente al ejercicio anterior, insistían en que el ladrillo ya había sido digerido y que no era tanto problema como lo pintaban. Un mal menor, vamos.

Los 'florentinos' (o tal vez cabría pronunciar esta expresión en singular) se quejan del poco peso específico en la elaboración de estos informes. No hay ni el menor gesto de cariño hacia ellos. ¡Qué poco habría costado incluir unas previsiones favorables o, al menos, destacar la internacionalización y diversificación de las constructoras! Pero los expertos de este foro se han cuidado mucho. 

Lo que sí hay en estos informes son grandes elogios el sector de la automoción, la biotecnología, las tecnologías de la información y multimedia (Telefónica), el turismo (Barceló), la alimentación (Mercadona, Osborne), las franquicias (Mango) y hasta la tecnología aeroespacial. Todo ello, en medio de una mejoría palpable del crédito: que se note que están los bancos por medio.

Dicen que Florentino está que trina con la falta de guiños, claro que si pretendía un poco de complicidad en un lobby en el que uno de los jefes es Galán, pinchaba en hueso: “que dé gracias a que hemos permitido que los ladrilleros están ahí, que los que partimos el bacalao en este foro somos nosotros”, ha dicho alguno de los peces gordos. 

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