Las mujeres avanzan en empleabilidad entro del sector de la transición energética.
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Cuatro de cada 10 nuevos empleos ligados a la transición energética durante el periodo comprendido entre 2015 y 2021 han sido ocupados por mujeres. En concreto, un total de 58.136 nuevas posiciones de esta floreciente industria ha ido a parar al talento femenino, un 38,1% del total, lo que sitúa a nuestro país casi cuatro puntos porcentuales por encima de la media europea. Es una de las principales conclusiones del estudio El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España, publicado por Fundación Naturgy, en colaboración con el Instituto para la Transición Justa (ITJ). El trabajo, que ha sido desarrollado por Abay Analistas y coordinado por la politóloga Cristina Monge, proporciona un diagnóstico ajustado y completo sobre la situación del talento femenino en el mercado laboral vinculado a la transición energética. Para ello, se apoya en una gran cantidad y variedad de fuentes estadísticas.
Cuatro de cada 10 nuevos empleos ligados a la transición energética durante el periodo comprendido entre 2015 y 2021 han sido ocupados por mujeres
A pesar de que, a priori, estos datos pueden parecer esperanzadores de cara a igualar las tornas de género en un sector energético tradicionalmente masculinizado, no lo son tanto si se sitúan en el contexto de los datos globales. Y es que, anteriormente al periodo estudiado, la presencia de la mujer en este sector había sido prácticamente testimonial. “La cifra de participación de las mujeres en el mercado laboral de la transición energética es extraordinariamente baja e indica la necesidad de realizar iniciativas para equilibrar esta situación”, apunta Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy.
El estudio refleja que el empleo femenino ha crecido en España a un ritmo muy superior al masculino en los subsectores de la transición energética, pasando del 17% en 2012 al 18,2% en 2022. A pesar de estos avances, los investigadores creen que la evolución es aún demasiado lenta, y alertan de que, de continuar con este ritmo de crecimiento, la paridad de género en el empleo del sector tardaría 265 años en alcanzarse.
La politóloga Cristina Monge, coordinadora del trabajo, recuerda que “la transición energética no es un momento puntual ni un camino que estamos recorriendo, es la llegada al mundo del futuro. Por eso se tiene que garantizar que las mujeres nos incorporemos con igualdad al nuevo modelo energético y que no se repitan los estereotipos que se han reproducido hasta ahora en este sector”.
Además de la brecha de participación, el estudio también ha detectado la existencia de otras brechas de género, como la segregación ocupacional: las mujeres se concentran en los puestos de trabajo de carácter administrativo, mientras que los puestos técnicos los ocupan sobre todo hombres. En cambio, la brecha salarial de género es significativamente menor que en el conjunto de la economía: las mujeres cobran de media un 6% menos que los hombres en el sector, frente a un 14% global. Para María Isabel Martínez, directora de Abay Analistas, estas brechas son “significativas y persistentes en el tiempo, y afectan tanto a la entrada como a la posición de las mujeres en la formación y el empleo”.
El peso de las llamadas titulaciones STEM sobre el total de graduados universitarios es del 36% para los hombres y tan sólo del 11% para las mujeres
El estudio también analiza el papel que juega una brecha previa que sigue lastrando la llegada del talento femenino a esta industria: la de la presencia de mujeres en los estudios técnicos más necesarios para la transición energética. El peso de las llamadas titulaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sobre el total de graduados universitarios es del 36% para los hombres y tan sólo del 11% para las mujeres, y la brecha es aún mayor en la Formación Profesional. En ese sentido, Cristina Monge también apunta la necesidad de una mayor implicación tanto por parte de la comunidad educativa como de las familias, que, destaca, “deben ser aliadas en esta normalización de las mujeres en el mundo de la energía”.
El trabajo de Fundación Naturgy también busca fórmulas para terminar con esas brechas. La implicación y los compromisos adquiridos por muchas empresas (como el establecimiento de cuotas), la aparición de compañías que siguen modelos de tipo cooperativo y de nuevas tecnologías de producción de energía o la incorporación progresiva de hombres más jóvenes y con mayor sensibilidad ante las cuestiones de género son algunos de los factores que podrían favorecer el cambio. Por lo que se refiere a medidas concretas, se han de potenciar todas aquellas destinadas a conseguir una mayor visibilización de las mujeres que trabajan en el sector, la formación reglada y continua o las políticas activas en favor de la equidad por parte de las empresas.