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Organizado por Vozpópuli, el pasado jueves 30 de noviembre se celebró el encuentro ‘Fomento del empleo juvenil: reto de la Comunidad de Madrid’. En el mismo participaron destacados expertos de la Comunidad de Madrid, la empresa privada y el mundo académico, y se intercambiaron ideas e iniciativas para impulsar la empleabilidad de los jóvenes en la región.
El acto lo abrió Francisco Rosell, director de Vozpópuli, quien aludió a la famosa frase de José Ortega y Gasset, pronunciada en 1939 en Buenos Aires, “Argentinos, a las cosas”, en referencia a la necesidad de ocuparse de lo que realmente promueve el progreso de una sociedad. “Españoles, madrileños, a las cosas”, dijo Rosell. Y una de esas cosas, en una España necesitada de reformas, es el desempleo juvenil, un déficit estructural sobre el que hay que actuar para no tener en un futuro un problema de mayores dimensiones, diagnóstico apuntado por el director de Vozpópuli y que posteriormente corroboraron los intervinientes en el posterior debate.
El encuentro lo abrió oficialmente Rocío Albert López-Ibor, consejera de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, quien durante su intervención subrayó que a pesar de las buenas tasas de empleabilidad global de la región, el gobierno de la Comunidad ha fijado una de sus prioridades en la implementación de políticas eficaces que favorezcan la incorporación de los jóvenes al mercado laboral.
“Son las empresas las que crean empleo”, dijo Albert, para, a renglón seguido, destacar la evolución positiva del empleo madrileño: “Manejamos buenos datos globales: Contribuimos con el 25% al total de los empleos que se crean en España. Y de ese 25% un 85% son contratos indefinidos y un 89% a tiempo completo”. Sin embargo, el crecimiento de la actividad económica en la región no promueve el empleo juvenil en la misma proporción al de otros segmentos de edad. ¿Causas? La consejera dejó encima de la mesa de debate una de las razones que, relacionada con las carencias de modelo educativo, explican en parte esa distorsión: “Las empresas te dicen que no hay talento. Todos los agentes económicos saben de esta realidad. Tenemos que hacer algo”.
Desde la Comunidad de Madrid han trazado un plan de empleo juvenil, que con una dotación de 200 millones de euros, pondrá el foco en una mayor formación de los jóvenes para atajar el problema del desempleo
Por ello, desde la Comunidad de Madrid han trazado un plan de empleo juvenil, que con una dotación de 200 millones de euros, pondrá el foco en una mayor formación de los jóvenes para atajar el problema del desempleo. ¿Cómo se va a ayudar a los jóvenes?
Además de convertir a las agencias de desempleo en algo más amable, en un lugar cómodo para el demandante de trabajo, los jóvenes dispondrán desde estos lugares de itinerarios de búsqueda de trabajo muy quirúrgicos, que detecten directamente el problema. De la mano de ello, se les asignará a un tutor y un contacto directo con las empresas, y se incidirá en la fórmula de ‘Formación + trabajo’, como algo complementario y que se retroalimenta. Por último, se dotará de un programa para competencias en digitalización de 15 millones de euros.
“Hay muchísimos campos que necesitan trabajadores. Quizá el pleno empleo juvenil es una quimera, pero sí esperamos acabar con muy buenos datos la legislatura”, concluyó la consejera.
Tras la intervención de la consejera de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, se dio paso a la mesa redonda ‘Impulso de la empleabilidad joven en la Comunidad de Madrid’, moderada por Juan T. Delgado, redactor jefe de Economía de Vozpópuli, quien hizo hincapié en la tasa del “28% de desempleo juvenil en España” y que contó con la participación de Belén García, directora general del Servicio Público de Empleo de la Comunidad de Madrid; Mercedes Marín, directora general de Formación de la Comunidad de Madrid; Sara Molero, secretaria general de CEIM (Confederación Empresarial de Madrid); Rosa Visedo, rectora de la Universidad San Pablo CEU; Javier Cañizares, fundador y CEO de Hirint.io; e Itziar Fernández, ‘Talent Acquisition Manager’, de KPMG.
Para Belén García, el problema del empleo juvenil es que “no termina de darse un cruce entre la oferta y la demanda”, además de una “cierta sobrecualificación” en algunas situaciones que ahonda en la ya de por sí difícil cuestión del desempleo juvenil. La directora general del Servicio Público de Empleo de la Comunidad de Madrid abogó por situar a los jóvenes en escenarios reales, informales, conocer su realidad o realizar simulaciones de entrevistas de trabajo con auténticos profesionales para que se orienten de verdad. O facilitar el acceso a las opciones de trabajo, como poder realizar cinco entrevistas en un mismo día con cinco diferentes empresas que demandan un puesto en concreto. Todo ello sin olvidar el valor que en este trayecto ha de tener la Formación Profesional, tanto desde el punto de vista laboral como económico.
Mercedes Marín cogió el testigo dejado por Belén García sobre la FP y alabó sus propiedades, como una llave laboral no sólo para aquellos que no vayan a la universidad sino para los que incluso habiéndose formado en este ámbito encuentren en la Formación Profesional un punto de especialización, que les permita aspirar a un puesto de trabajo. Para la directora general de Formación de la Comunidad de Madrid, es imprescindible que se arraigue la necesidad de “formarse, de una cultura de formación”. Para ella, en España hay muchísimo talento, pero hay que desarrollarlo de forma continua, porque aprendemos durante toda la vida y tenemos una responsabilidad.
Además de las condiciones laborales, de la remuneración y de otras habituales cuestiones, según Sara Molero lo que muchos jóvenes preguntan o se preguntan a la hora de valorar un empleo es “qué pueden aportar ellos con ese trabajo a la sociedad”. Y subrayó la necesidad de entender como clave en todo proceso de demanda de empleo juvenil el tener en cuenta las competencias tanto idiomáticas como tecnológicas. “Están en todos los trabajos”, apuntó sobre estas últimas. Sara sí ha notado, en ese pulso a los jóvenes donde se plantean cuál será su función a la sociedad con su empleo — algo que también destacó Rosa Visedo —que ellos echan de menos más prácticas en las empresas y demandan esa formación, porque tienen ganas de aprender y capacidades para ello.
A la hora de valorar un empleo muchos jóvenes se preguntan qué pueden aportar ellos a la sociedad con el desempeño de ese trabajo
Visedo se mostró muy de acuerdo con sus compañeras de mesa redonda en las líneas generales de los problemas de la empleabilidad juvenil, pero ella, como rectora de la Universidad San Pablo CEU sí quiso alzar el valor de la universidad “como un compromiso con la empleabilidad. No me gusta el concepto de la sobrecualificación, porque también considero que hay que seguir aprendiendo siempre”. Para ella, no debe haber una barrera que diga que cuando te has formado y encuentras trabajo ya no tengas que aprender más.
Javier Cañizares, como representante en la mesa redonda del autoempleo, una salida importante a la hora de buscar ocupación laboral, sí dejó claro que a la hora de lanzarse al autoempleo es casi obligatorio disponer de algunos factores a favor, como la pasión, las ganas, un cierto colchón económico “cuando vengan mal dadas, que vendrán” y atreverse. “Hay que atreverse”, enfatizó, a la vez que alabó la cultura del esfuerzo como pilar fundamental para atajar el desempleo juvenil y pidió que no se demonizara al empresario.
Unos jóvenes que, a ojo de Itziar Fernández, “están cada vez más formados”. Desde su posición en KPMG apunta que el talento juvenil es alto y que esos jóvenes tienen que “ser esponjas” a la hora de aprender. En una compañía donde la media de edad es de 29 años, cada año se dan 700 becas formativas, diseñadas para cubrir las necesidades de los jóvenes y formarlos, no para sustituir a un puesto de trabajo real. “La mayoría de ellos se quedan luego en nuestra empresa como trabajadores”.
Itziar coincidió con el resto de ponentes en que sin habilidades y competencias idiomáticas y tecnológicas el futuro laboral es complicado y puso en valor lo positivo que es tener una ética de trabajo y una responsabilidad e integridad. Es la conclusión como cierre de la jornada a la que se llegó de forma unánime en una mesa redonda que alzó la voz en la necesidad de trasladar la ilusión a los jóvenes, dejarles de transmitir mensajes pesimistas, dejarles que se apasionen. Y que todos paremos de mirar al exterior y de compararnos con otros países porque aquí, en España y en Madrid, hay mucho talento joven