La morosidad en los alquileres es uno de los principales problemas y temores que afectan a las personas que ponen sus casas en alquiler. Aunque cuando se habla de impagos de renta, conviene distinguir entre quien no cumple con sus obligaciones contractuales como inquilino de forma puntual o motivado porque una situación adversa sobrevenida (enfermedad, despido, etc.) le impide hacerlo, y quien nunca tuvo la menor intención de hacerlo. Es de estos últimos inquilinos morosos reincidentes, auténticos profesionales del impago, de los que los propietarios necesitan protegerse para no sufrir la condena de tener a un inquilino literalmente viviendo gratis en su casa de forma indefinida.
Existe una tipología de arrendatario moroso que es especialmente peligrosa. Se trata de personas que se conocen a la perfección los vericuetos legales para saltarse sus obligaciones de pago sin exponerse a las consecuencias legales derivadas de ese incumplimiento de contrato, o, al menos, retrasándolas lo más posible. Van saltando de una vivienda a la siguiente, pero siempre con un denominador común: engañan deliberadamente a los propietarios y se aprovechan de su buena fe y su desconocimiento de los procedimientos legales para convertir su relación en una auténtica pesadilla. Impagos recurrentes, subarrendamientos ilegales, desperfectos y hasta vandalismo en el interior de las viviendas son algunos de los peligros de topar con este tipo de personas.
Uno de los principales problemas que tienen los propietarios que se enfrentan a este tipo de inquilinos tóxicos es su incapacidad para detectarlos a tiempo. Sin embargo, existen una serie de indicadores que pueden alertar del peligro de estar a punto de meter en casa a una fuente problemas. Uno de esos síntomas que invitan a la sospecha es el hecho de que insistan en pagar varios meses (a veces, hasta medio año) por adelantado. En muchas ocasiones se trata de un ardid para vencer las reticencias del propietario a alquilar la vivienda a alguien que no está acreditando documentalmente su solvencia o nivel de ingresos. El problema es que es muy posible que ese ‘goloso’ montante aportado al comienzo de la relación de alquiler sea el primer y último pago que efectúe ese inquilino durante todo el tiempo que permanezca en la vivienda.
Uno de esos síntomas que invitan a la sospecha es el hecho de que insistan en pagar varios meses (a veces, hasta medio año) por adelantado
En el caso de que sí se aporten garantías escritas, otro signo que debería hacer saltar todas las alarmas es la existencia de incongruencias en los distintos documentos aportados para justificar los ingresos del posible inquilino. Un caso típico es el de ingresos declarados que no coinciden con los valores de la declaración de la renta. Otro mal indicio: que el inquilino no quiera pasar a su nombre los suministros de la vivienda como el agua o la luz.
Para proteger al propietario ante este tipo de morosos recurrentes, idealista ha incorporado una cláusula antimorosidad a sus contratos de arrendamiento. La cláusula advierte al inquilino de que será incluido en el registro de morosos de idealista en caso de impago de la renta. Figurar en esta lista supone un problema para estos profesionales del impago, ya que alertará al resto de agencias inmobiliarias, que trabajen con este registro, de sus credenciales como moroso recurrente, lo que le dificultará enormemente encontrar un nuevo destino en el que seguir poniéndolas en práctica. Por tanto, negarse a firmar el contrato de alquiler a causa de esta cláusula es, ya de por sí, otro indicio de posible inquilino problemático.
La cláusula antimorosos está disponible tanto para arrendadores particulares como para agencias inmobiliarias. Para añadir a un moroso a la Base de Datos de Morosidad Inmobiliara o BDMI se necesita aportar un comprobante del envío del requerimiento de pago de idealista, DNI o NIF del propietario de la casa y el contrato de alquiler. En el caso de las agencias inmobiliarias, estas necesitarán contar con una autorización expresa del arrendador para actuar en su nombre.
Un arrendador particular puede crear su contrato de alquiler a través de idealista de manera gratuita Este se ajusta a la legislación vigente, puede firmarse con el móvil o en papel y ya lleva incorporada la cláusula antimorosidad. En el caso de las agencias inmobiliarias idealista pone a su disposición un contrato modelo que lleva la cláusula incluida. Si se produce un impago, tanto agencias como particulares podrán añadir los datos del moroso a la base de datos de idealista, al BDMI.