Tres vinos monovarietales que destacan por su personalidad y elegancia

Los vinos elaborados con una sola variedad permiten disfrutar a fondo de las características de esa cepa en concreto. Si se trata de un monovarietal, no se puede recurrir al ‘ensamblaje’ de distintas uvas, lo que en ocasiones viene muy bien al enólogo para dar a un vino más color o más potencia, según el tipo que se utilice.

El abanico de vinos monovarietales va creciendo paulatinamente. Ya no ocurre como hace años, en los que la gran mayoría eran de tempranillo o albariño- por poner dos ejemplos, entre otros-, unas uvas conocidas y de gran calidad que se sabía que daban buen resultado elaborándolas en solitario.

Actualmente es muy habitual comprobar cómo en cada zona vitivinícola las bodegas suelen elaborar alguna etiqueta con la uva característica de la denominación de origen o demarcación. En esta ocasión, hemos seleccionado tres referencias: dos uvas poderosas que serían la aristocracia entre las tintas españolas como son la garnacha y el tempranillo; a su lado y muy dignamente, la bobal, clásica de la zona de Utiel-Requena, con una gran tradición de graneles, pero que en este caso concreto se trata de un vino de gran calidad. Tres etiquetas muy especiales que no defraudan.

1) La Zorrera 2015

B. J. Chivite Family States/ I.G.P. 3 Riberas

PVP recomendado: 35 euros.

Una edición limitada y numerada de 5.238 botellas para este vino de parcela de la bodega. Las cepas de garnacha crecieron en Finca Legardeta, una de las zonas más septentrionales de España (a 40 kilómetros0 del suroeste de Pamplona), concretamente en el terreno que da nombre al vino y que sólo posee 6,5 hectáreas. La Zorrera, que sale al mercado por primera vez, es esencia de la mejor garnacha. La añada de 2015 fue considerada “excelente” y se crió 15 meses en barrica de roble francés. Un vino basado en una uva excepcional y deliciosamente construido: es complejo pero fresco, con una impactante entrada en boca; tiene mineralidad y potencia, una rotunda elegancia y una acidez que le permitirá conservarse bien en botella durante años. Equilibrio y carácter.

2) Las Mercedes del Cabriel 2017

B. Las Mercedes/ D.O. Utiel Requena

PVP recomendado: 22 euros.  

Un monovarietal de bobal genuino y muy especial. Las uvas crecen en un viejo pago denominado Las Mercedes, en el municipio de Villagordo del Cabriel (Valencia). Su especial situación geográfica y la elevada altura del viñedo lo hacen diferente: la uva madura más tarde y posee un perfil propio. Este microclima distinto le otorga una gran personalidad que José León Feliú, propietario y viticultor, con la asesoría del renombrado enólogo José Hidalgo, sabe exprimir al 100%. Así, tras criarlo 15 meses en roble francés de grano extra fino y pasar seis meses afinándose en botella, podemos hablar de un vino mediterráneo que sin embargo no empalaga, sino que tiene un paso fresco en boca (de toques atlánticos), y que resulta frutal y sumamente sabroso. Un ‘bobal al límite’ como predica en su etiqueta del que únicamente se han elaborado 2.500 botellas. Puede ser un vino de guarda sin problemas, aunque ahora ya está perfecto para beberlo.

3) Montebaco Caranorte 2016

B. Montebaco/ D.O. Ribera del Duero

PVP recomendado: 19 euros.

Elaborado únicamente con uvas tempranillo procedentes en su totalidad de una parcela especial dentro de la Finca Montealto. Un vino ecológico llamado Caranorte porque las uvas con las que está elaborado se encuentran en una ladera con esa orientación y a una altitud de 880 metros, lo que las dota de gran calidad. En el campo, máximo respeto por el terruño y sin utilizar herbicida ni pesticidas; pasó 13 meses en barrica. Un tinto -elaborado por el enólogo César Muñoz-, que posee nervio y muy bien ensamblado con la madera, lo que produce amables tostados y especias. Ligero y de taninos bien pulidos.