Publicado: 16/05/2024 10:15
Actualizado: 16/05/2024 10:15
Con el paso de los años, nuestro cuerpo cambia y tiene unas necesidades diferentes. Eso sí, cumplir años no significa tener peor salud y forma física. Aunque no todos envejecemos de la misma manera, es cierto que las enfermedades se incrementan con la edad. Sin embargo, según los expertos, unos buenos hábitos de vida pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida y retrasar los achaques típicos del envejecimiento.
Cuidarse es necesario a cualquier edad, aunque a medida de cumplimos años, es necesario aumentar dichos cuidados, y adaptarlos a la situación. Una buena alimentación, la práctica de ejercicio físico, una buena higiene del sueño y realizarse las revisiones médicas de forma periódica son algunos de los hábitos que los expertos recomiendan cuidar para gozar de una buena salud. Pero además, existen otros, que solemos pasar por alto, que pueden afectar negativamente y acelerar el envejecimiento.
Los hábitos que más envejecen a partir de los 60 años
Como decíamos, a partir de los 60 años, los achaques propios de la edad son cada vez más evidentes. Por ello, los expertos recomiendan prestar atención a pequeños hábitos, muy comunes en nuestro día a día, que pueden ser clave a la hora de mantener un buen estilo de vida y evitar algunos problemas de salud.
-Vida sedentaria: a medida que cumplimos años, es habitual que las personas se vuelvan más sedentarias, uno de los hábitos que afectan negativamente a nuestra salud. Tal y como señalan los expertos, incluida la Organización Mundial de la Salud, el ejercicio físico es importante en cualquier etapa de la vida e imprescindible con el paso de los años para evitar problemas de salud. No es necesario ponerse grandes metas, caminar durante 30 minutos a paso ligero es suficiente para estar en forma y cuidarse.
-Dormir poco y mal: según los estudios, la falta de descanso compromete tanto el estado físico como mental, lo que te hace más propenso a enfermedades y problemas de salud. Aunque el proceso de envejecimiento nos lleva a tener dificultades para conciliar el sueño, es importante conseguir dormir entre siete y ocho horas. Según los estudios, la calidad del sueño es uno de los factores más importantes en la esperanza de vida de las personas.
-No hacer entrenamiento de fuerza: realizar entrenamientos de fuerza al menos un par de días por semana ayuda a contrarrestar los cambios relacionados con la edad. Ayuda a conservar los huesos y músculos en buenas condiciones, mejora la movilidad y contribuye en la prevención de lesiones y caídas.
-No mantener la mente activa: al igual que es necesario ejercitar el cuerpo, nuestra mente necesita estimularse. A partir de los 60 años, mantener la mente activa puede repercutir en una mejor salud mental, evitar el desarrollo de algunas enfermedades y aumentar la longevidad de las personas.
-No controlar el peso: el metabolismo cambia con el paso de los años, y según los estudios, a partir de cierta edad se queman calorías a un ritmo más lento. Por eso, aunque se siga manteniendo la misma alimentación y rutina deportiva, se termina cogiendo peso. El aumento de kilos y de grasa puede afectar a la salud y ayudar en el desarrollo de algunas enfermedades.
-Descuidar la vida social: según los expertos, las personas con vidas sociales activas gozan de una mejor salud, e incluso pueden llegar a prolongar la vida. Con el paso de los años, son muchas las personas que tienden a aislarse y a dejan de lado sus relaciones sociales. Una soledad que se ha relacionado con un declive cognitivo.
-No cuidar la alimentación: es necesario llevar una buena alimentación durante todas las etapas de la vida, pero a partir de cierta edad, es importante cuidar la dieta e incluir unos nutrientes específicos. Es el caso de las proteínas, una de las claves para mantener la masa muscular que con la edad se tiende a perder. Pero además, hay que limitar el consumo de alimentos ricos en socio, grasas y azúcar; vigilar el consumo de cafeína; y controlar el aporte de vitaminas como la B12 o la vitamina D.
-No beber suficiente agua: uno de los hábitos que más perjudican nuestra salud a partir de cierta edad, tiene que ver con el agua. Y es que, con el paso de los años, la sensación de sed disminuye. Algo que nos lleva a beber menos agua, provocando deshidratación.
