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'Hogwarts Legacy' reabre el debate sobre la ideología "tránsfoba" de J. K. Rowling

El videojuego saldrá a la luz el próximo 10 de febrero, y lo hará plagado de boicots por parte de la comunidad LGTBI hacia la escritora inglesa y los jugadores de la saga, a los que se ha acusado de promover el odio

Cartel promocional del videojuego 'Hogwarts Legacy'.

La llegada de cualquier producto relacionado con el universo de Harry Potter es siempre un acontecimiento sin igual y una alegría para la gigantesca parroquia de fieles que acumula el mago de Gryffindor. Sin embargo, la ruptura entre la autora de la saga, J. K. Rowling, y buena parte de los fans es más que evidente desde hace varios años.

El próximo 10 de febrero sale a la venta el videojuego Hogwarts Legacy, un título que apunta a superventas y cuyo mundo abierto promete a los más acérrimos una diversión sin igual. A propósito de este lanzamiento, desde redes sociales se ha reactivado como nunca por parte del colectivo LGTBI, el debate para criticar a la escritora y su ideología de género.

Y es que la campaña contra la creadora inglesa viene desde muy lejos, incluido un intento de cancelación en diferido bastante estéril a tenor de los enormes beneficios que sigue dándole su obra y la constante renovación de la dinastía mágica. El último bastión es este Hogwarts Legacy, que se pondrá a la venta en los próximos días y cuyo aspecto técnico y jugable en lo mostrado hasta ahora anima a pensar que será todo un éxito.

Los fans contra J.K. Rowling

Corría el año 2018 cuando J. K. Rowling, en una de sus escasas interacciones en Twitter, dio like a un tuit que definía a las personas transexuales de “hombres con vestido”, lo que provocó una catarata de reacciones negativas por parte de la comunidad LGTBI forofa de las aventuras del "niño que sobrevivió". La catalogaron de tránsfoba y de incitar al odio contra el colectivo transexual.

Rowling es una mujer declarada abiertamente feminista y de izquierdas, de hecho, ha sido una de las grandes abanderadas al otro lado del charco contra la Presidencia de Donald Trump, entre otras cosas. Pero aquel like dio comienzo a una campaña contra su persona, además de ser etiquetada como una mujer TERF, que son las siglas en inglés para la definición de feminista radical trans-excluyente.

Tras lo ocurrido, los encargados de gestionar la comunicación de la escritora salieron rápidamente a mentir deliberadamente en su nombre, argumentando que el like dado había sido fruto de un desliz propio de una persona poco nativa con las nuevas tecnologías. Escaso tiempo después, Rowling ratificó que aquel acto político en redes no tuvo nada de accidental, ya que el 19 de diciembre de 2019 volvió a las andadas.

Tras una ausencia de varios meses, la multimillonaria literata activó su altavoz mediático para apoyar a Maya Forstater, una feminista inglesa que fue despedida de su puesto en la administración gubernamental por oponerse a la propuesta de reforma de la ley de reconocimiento de género. Criticaba la simpleza y facilidad con la que cualquier persona podría modificar su identidad si esta reforma salía adelante.

Nuevamente, le llovió de todo a Rowling, incluyendo todo tipo de insultos y amenazas de muerte. Lejos de amedrentarse, siguió defendiendo su postura hasta la fecha que nos ocupa, lo que le ha granjeado la antipatía del vulgo y algunas estrellas de Hollywood, como es el caso de la actriz Sarah Paulson (Carol, 12 años de esclavitud).

Hogwarts Legacy reabre viejas heridas

Aunque, desde la salida de Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte: parte II han pasado doce años, la saga sigue más viva que nunca. La trilogía de Animales Fantásticos (un tedio en pantalla y un fracaso en taquilla) ha servido de acicate para arengar a las masas contra Rowling una vez más. Pero, los últimos meses, desde el anuncio del videojuego Hogwarts Legacy hasta su estreno el 10 de febrero, han sido toda una tormenta mediática en contra del legado, nunca mejor dicho, de la inventora.

La cosa ha ido aún más allá. No es solo que se haya catalogado al videojuego de transfóbico, aunque la autora no haya intervenido en absoluto ni esté relacionada con el estudio desarrollador o la distribuidora, ahora las tintas se han cargado contra los cientos de miles de futuros jugadores que vayan a adquirir el título de forma digital o física en las próximas semanas.

El nicho de tuiteros pertenecientes al colectivo LGTBI ha iniciado una campaña machacona para convencer a los compradores de que están apoyando un producto tránsfobo solo porque no están de acuerdo con las declaraciones o puntos de vista de Rowling al respecto de las distintas identidades de género.

Pese a todo, se antoja difícil que esta situación pueda sentarle mal de lanzamiento a uno de los videojuegos más esperados de los últimos años. No solo por los fans, que suspiran por adelantar el calendario y que llegue lo antes posible la fecha clave, también hay miles de gamers ajenos a Potter que se acercarán a las estancias y aulas de Hogwarts a ejercitar su varita.

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