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Cultura

Víctor Erice: "Las películas ahora no nacen libres e iguales"

El Museo de Bellas Artes de Bilbao y la Fundación BBVA presentan un ensayo en el que el cineasta reflexiona sobre la figura del escultor Jose Oteiza

Víctor Erice, cineasta y autor de la pieza videoarte ‘Piedra y cielo’
Fundación BBVA

Víctor Erice es uno de los cineastas más relevantes del panorama español y son pocas las ocasiones en las que la prensa tiene la oportunidad de hacerse eco de sus opiniones tan certeras, claras y precisas sobre el presente. El Museo de Bellas Artes de Bilbao y la Fundación BBVA han presentado este miércoles en Madrid el libro Piedra y cielo. Jorge Oteiza, una evocación, un ensayo en el que el director reflexiona acerca de la figura del escultor a partir de la conferencia que impartió en 2019, con motivo de la inauguración en el museo bilbaíno de su videoinstalación Piedra y cielo.

Este encuentro reducido con la prensa no solo ha servido para transmitir su conexión con el artista sino también para escuchar lo que un cineasta de esta magnitud piensa sobre los cambios tan vertiginosos y aún nada claros de la industria audiovisual. Plataformas, salas de cine, la visión sobre la muerte del arte en el siglo XX y su tránsito como director de cine al museo, como también han iniciado otros realizadores, entre los que ha citado a Albert Serra o Isaki Lacuesta, son algunos temas que ha abordado Erice en este acto, en el que ha estado Vozpópuli.

Ya no se puede hablar de telespectadores, sino de consumidores, y el cine ha pasado de ser una experiencia pública a derivar a algo relacionado con lo doméstico", ha afirmado el director

El cine, como espacio físico, es todavía "el lugar ideal" para contemplar las imágenes cinematográficas, a juicio de Erice. Sin embargo, cree que "hay algo de razón en lo de la 'muerte del cine", ya que "se siguen haciendo buenas películas, pero con un discurso unido a la experiencia". "Ya no se puede hablar de telespectadores, sino de consumidores, y el cine ha pasado de ser una experiencia pública a derivar a algo relacionado con lo doméstico, a la sala de estar, al móvil", ha señalado.

"No desdeño la experiencia del cine en otros dispositivos, es el signo de nuestros tiempos, pero no es lo mismo ni las películas se hacen ya de la misma manera", ha comentado el director de El espíritu de la colmena, quien cree que el cine empezó siendo un "acto de contemplación" pero hoy se ha "perdido ese rasgo".

Víctor Erice: entre el cine y el arte

"Las películas ahora no nacen libres e iguales", ha enfatizado el artista, quien considera que aunque "se siguen haciendo películas y muy buenas, el discurso está vinculado a la experiencia". Y, del mismo modo que cree que hoy en día "cualquier joven puede hacer una película y subirla a las plataformas", también lamenta que "se ha balizado desde las propias corporaciones qué se debe hacer y cómo" en el campo de las producciones audiovisuales profesionales.

"Parece que uno no es cineasta si no transita por ciertos sitios y yo no separo la experiencia del director y la del espectador, como la del lector", ha agregado Víctor Erice, quien ha defendido sus trabajos tras su último largometraje convencional en solitario, El sol del membrillo (1992), entre los que destacan las propuestas colectivas Ten minutes older: the trumpet (2002) o Centro histórico (2012), con Pedro Costa, Víctor Erice, Manoel de Oliveira, Aki Kaurismäki.

Como profesional del cine, Víctor Erice (Carranza, Vizcaya, 1940) ha confesado que la principal influencia que sintió como cineasta procede de la pintura, algo "fundamental" en su opinión para la historia del cine en la composición adecuada de los planos. "Cuando llegué a Madrid, además de ir a la escuela de cine visité el Museo Del Prado frecuentemente", ha contado en este acto, en el que también han estado presentes el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo; el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza; y el director del proyecto editorial, Guillermo Zuaznabar, investigador y profesor de Teoría del Arte y de la Arquitectura.

El cineasta no goza de la impunidad del pintor, porque trabaja con el tiempo de otras personas, un tiempo colectivo", ha señalado Víctor Erice

El realizador cree que a diferencia de los artistas, "el cineasta no goza de la impunidad del pintor, porque trabaja con el tiempo de otras personas, un tiempo colectivo". Sin embargo, en sus trabajos desde 1992 se ha acercado al trabajo del taller del pintor. Y sus próximos trabajos, en cualquier caso, consisten en "seguir trabajando". Víctor Erice ha dejado claro que no dejará de ser un cineasta y que esto no implica tampoco "pasar por las aduanas" tal y como la estructura del audiovisual "obliga" hoy en día.

En su transición hacia el museo, ese "espacio público" que ofrece cierta "libertad", se siente dispuesto a dar cierta "continuidad" a esta experiencia. De momento, su objetivo es poder mostrar tanto en Madrid como en Barcelona la videoinstalación que realizó sobre el monumento que Oteiza dedicó a Aita Donostia en la cima del monte Agiña, porque, para el cineasta, "nada puede sustituir a la experiencia de lo vivido". "Si el arte no se convierte en experiencia para los ciudadanos, pierde su utilidad", ha recalcado.

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