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Urtasun, Évole, García Montero...las polémicas culturales de 2023

La batalla cultural fue más fuerte que nunca en el año que nos abandona....

Ernest Urtasun y Yolanda Díaz, a su salida de la presentación de las candidaturas de la lista de Sumar. Diego Radamés / Europa Press 21/6/2023

2023 fue un año de intensa batalla cultural, donde las viejas estructuras del Estado y la industria cedieron terreno a nuevos y rompedores actores. El español siguió muy pujante debido a la fuerza de nuestra nueva música popular y la vieja cultura progre se fue desmoronando poco a poco, entre rabietas de diva de Luis García Montero, rechazos a grandes películas como Alcarrás y el exhibicionismo constante de Jordi Évole con su redundante película sobre Josu Ternera, que se limitó a regurgitar el discurso oficial etarra de siempre, por el que Évole recogió el cheque de Netflix.

1.Urtasun: un ministro de Cultura solo para los suyos

Ernest Urtasun entró en el cargo con la verdad por delante: estaba aquí para dividir a los españoles entre buenos y malos. Su primera gran declaración pública fue que que la Cultura es la mejor arma de combate político y que “la extrema derecha intenta atentar contra los valores de la democracia”. Más que un servidor público, Urtasun ha decidido ser el jefe de pista del circo progre. Estamos, una vez más, ante un discurso con tradición, que cuenta con momentos estelares como aquel en el que el joven actor Eduardo Casanova pidió a gritos “más dinero público” para sus películas, enfundado en un modelo de alta costura en la alfombra roja de los Goya 2020. Más información aquí.

2.El tramposo documental sobre Josu Ternera

El creador de Salvados merece un premio por la campaña de promoción de su documental sobre Josu Ternera para Netflix. Retuvo la cinta, dando acceso solo a personas cercanas, para así silenciar cualquier crítica de la orilla contraria. Al final el metraje es lo de siempre: Ternera reproduciendo de manera mecánica el discurso oficial de ETA, sin aportar nada relevante a lo que ya sabían los historiadores. Y Évole vendiendo con gran periodismo el Salvados que ninguna televisión, salvo ETB y La Sexta, hubiera pagado por emitir.  Más información aquí.

        

3. La soberbia patológica de Luis García Montero

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, parece feliz y cómodo en el fango. Personajes relevantes de izquierda y derecha mostraron este año su rechazo hacia los niveles de arrogancia con los que manejó su polémica contra María Asunción Mateo, viuda de Rafael Alberti. Todo parte de una reciente autobiografía, Mi vida con Alberti (Almuzara, 2023), donde Mateo demuestra el trato vejatorio al que fue sometida por un grupo de literatos, muy especialmente por el propio Montero y Benjamín Prado. No solo la acusaron de aprovecharse de la senectud del poeta, sino que siguen sembrando acusaciones sin pruebas de malversación y manipulación del legado del autor de La arboleda perdida. ¿Demasiado navajeo para ocupar un puesto institucional? Más información aquí.

4. Sound of Freedom, el taquillazo que puso de los nervios a los progres

El sonido de la libertad trata un conflicto muy crudo: el secuestro de niños para explotarlos sexualmente. Lo hace con diálogos que miran de cara el problema: "Una de bolsa de cocaína la puedes vender solo una vez en tu vida, mientras que a un niño puede venderse cinco veces al día durante diez años", explica el protagonista, interpretado por un Jim Caviezel pletórico. Este tipo de delito se ha multiplicado por cinco mil en los últimos años, dentro de una sociedad que (desde Mayo del 68) menosprecia los límites morales y busca ir siempre 'más allá' en la búsqueda del placer ("Prohibido prohibir"). Más que un éxito, la película es un milagro popular: números estratosféricos en una época en que los espectadores hemos dejado de ir al cine en favor de las opciones cómodas que ofrecen las omnipresentes pantallas digitales. Más información aquí.

5. Spotify y la cortina de humo feminista

El gigante sueco del 'streaming' decide agitar la bandera feminista para ocultar el empobrecimiento económico que provoca su plataforma. El 22 de septiembre se celebró en el Wizink Center de Madrid el primer concierto organizado en España por el gigante de las reproducciones musicales Spotify. Las artistas participantes son Nathy Peluso, Natalia Lacunza, Petazeta y Judeline. La iniciativa, más publicitaria que activista,  hablaba de techos de cristal en uno de los mercados más igualitarios que existen, de los pocos donde todavía funciona el ascensor social. ¿Le preocupa realmente a Spotify la igualdad en el mundo de la música? Si fuera así, se podría centrar en revertir una de las consecuencias más nefastas del éxito de su plataforma: la desaparición de la clase media musical, arrasada por el brusco descenso de ingresos con la llegada del 'streaming', que solo dejó las migajas a los artistas. Aquí lo explicamos con datos.

6. ¿Odia la derecha española a sus intelectuales?

Uno de los textos más interesantes del año es el informe colectivo ¡Menos ideas y más moderación! De cómo buena parte de la no izquierda dejó de pensar y acabó por cifrar su gran apuesta político-ideológica en 'moderarse'. La Fundación Disenso, que publica el texto, contó con firmas de primer nivel, entre otras el filósofo Miguel Ángel Quintana Paz (coordinador y responsable de la edición), el historiador Pedro Carlos González Cuevas, el ensayista José María Marco, la politóloga Vanesa Kaiser y el periodista José Javier Esparza. .  

Como muestra de su potencia, este párrafo firmado por Urko Heller: “Fue el aznarismo también la consagración del discurso liberal conservador y ‘meritocrático’ en la derecha, divorciando para siempre al conservadurismo español de cualquier preocupación social o de cualquier defensa de un patrimonio común no simbólico -más allá de la unidad nacional-, así como la sacralización del éxito y del papel virtuoso de las élites económicas. Esta vía ya había sido ensayada por Fraga infructuosamente, en un adelanto las muchas paradojas de la derecha española: que un simpatizante declarado del gaullismo, del ala estatista de las democracias cristianas y del ala  populista de los tories, empujara a la derecha española a abrazar la revolución conservadora anglosajona a un nivel que ninguna otra derecha europea no anglosajona había llegado”.  Más información aquí.

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