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Cultura

El escritor y filósofo italiano Umberto Eco fallece a los 84 años de edad

El escritor italiano durante una visita a Madrid.

El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco ha fallecido este viernes en su casa a los 84 años. Según el diario La Republica, la muerte del autor de "El nombre de la rosa" ocurrió en torno a las 22.30 hora local y fue confirmada por la familia. Eco nació en Alejandría el 5 de enero de 1932, y destacó como semiólogo, filósofo y escritor. Tras conocer la noticia, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, expresó sus condolencias a la familia y destacó de Eco su "inteligencia única" capaz de "anticipar el futuro". "Fue un ejemplo extraordinario de intelectual europeo, unía una inteligencia única con una incansable capacidad de anticipar el futuro", destacó Renzi. "Es una pérdida enorme para la cultura, que echará de menos su escritura y su voz, su pensamiento agudo y vivo, su humanidad", concluyó.

Además de sus trabajos de tipo científico y académico, Eco fue autor de éxitos literarios como "El nombre de la rosa" y "El péndulo de Foucault"

Umberto Eco, fue -además de uno de los diecisiete intelectuales del Foro de Sabios de la UNESCO y Premio Príncipe de Asturias de Comunicación en el año 2000-, un autor de éxitos literarios. Nacido en Alessandria, en la región de Piamonte (norte) el 5 de enero de 1932, estudió filosofía en la Universidad de Turín donde se doctoró con la tesis 'Il problema estético in San Tommaso', publicada en 1956. Profesor agregado de Estética de 1962 a 1965 en las universidades de Turín y de Milán, continuó su labor docente en otras universidades de su país como Bolonia, donde fue profesor de Semiótica y catedrático de Filosofía, además de director del Instituto de la Comunicación y del Espectáculo. Investigador de los complicados procesos de la comunicación e inspirador de modelos interpretativos de la obra literaria, su primera obra de semiótica fue "La structura assente" (La estructura ausente), que publicó en 1968, un trabajo que culminó con el "Trattado di semiotica generale" (Tratado de semiótica general) en 1975. Otros temas a los que Eco prestó especial atención fueron la crítica literaria y el estudio de la cultura popular.

Además de sus trabajos de tipo científico y académico, Eco fue autor de éxitos literarios como "El nombre de la rosa", 1980, premiada en 1981 en Italia con el Premio Strega y el Medicis, en Francia. El éxito literario se repitió en la gran pantalla con la adaptación al cine del director J.J. Arnaud, protagonizada por Sean Connery. En 1991, el escritor chipriota Costas Socratous le acusó de plagiar su obra "El excomulgado" precisamente en "El nombre de la rosa", por lo que solicitó una indemnización millonaria, aunque la denuncia que fue desestimada un año más tarde. Tras la gran acogida de "El nombre de la rosa" publicó en 1988 "El péndulo de Foucault" que se convirtió en uno de los libros más vendidos ese año, aunque no consiguió el favor de la crítica. Posteriormente publicó "La isla del día antes" (1994), donde a través de las vicisitudes de un joven náufrago aislado del siglo XVII reflexiona sobre el paso del tiempo, las determinaciones de la historia, y lo complejo del destino humano; "Baudolino", ambientada en el siglo XII con la toma de Bizancio por los cruzados cristianos de fondo y en 2004 "La misteriosa llama de la reina Loana".

Su conciencia social le llevó a comprometerse en causas humanitarias como la situación en Chiapas en 1995 o la intervención rusa en Chechenia

Sus últimas novelas fueron "El cementerio de Praga" (2010), en la que cuenta la génesis de los apócrifos Protocolos de Sión y "Número Cero", que vio la luz en 2015. Su conciencia social le llevó a comprometerse en causas humanitarias como la situación en Chiapas en 1995 o la intervención rusa en Chechenia. Eco se mostró muy crítico con la situación de su país durante el gobierno de Silvio Berlusconi, sobre quien afirmó en un artículo de 2009 que el problema de Italia "no es el presidente, sino la propia sociedad italiana que está enferma al permitirle acumular poder". Además, hizo estallar la polémica en una ocasión al subrayar que Berlusconi no era "un dictador como Mubarak o Gadafi, porque ganó las elecciones con el apoyo de una gran mayoría de los italianos". "En Italia no hay el mismo régimen que en los países del norte de África, no debemos olvidar el hecho de que hay un electorado dispuesto a apoyar a Berlusconi. Es bastante triste pero cierto", apuntó.

Nombrado por la Mesa del Consejo de la UNESCO (1992), miembro de su Foro de Sabios, junto a otros intelectuales es miembro de la Academia Universal de Culturas. Entre otros premios y galardones estaba en posesión de la Legión de Honor de Francia en 1993, del Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2000 y del Premio de Literatura Europea por toda su obra, que le concedió el estado austríaco en 2004. Umberto Eco fue nombrado doctor "honoris causa" por más de 25 universidades de todo el mundo, entre ellas, la Complutense de Madrid, las de Tel Aviv, Atenas, Varsovia y Berlín. En sus últimos años de vida, compaginó su actividad académica y literaria con conferencias, coloquios, debates y colaboraciones en los medios de comunicación.

Su último libro, una crítica al mal periodismo

Escribió su último libro el pasado año con el título "Número cero", una crítica al mal periodismo, la mentira y la manipulación de la historia. En una entrevista con Efe en abril pasado en su casa de Milán, frente al castillo Sforzesco, cerca del Duomo, tras publicar esta su última novela, Eco declaró es una parodia sobre estos tiempos convulsos porque "esa es la función crítica del intelectual". "Esa es mi manera de contribuir a clarificar algunas cosas. El intelectual no puede hacer nada más, no puede hacer la revolución. Las revoluciones hechas por intelectuales son siempre muy peligrosas", precisó.

Eco destacó también por ser autor numerosos ensayos sobre semiótica, estética medieval, lingüística y filosofía

"Número Cero" es una novela periodística, más breve que las anteriores, que solían tener 600 páginas; por eso suena de diferente manera, según su autor. "Esta me ha salido con ritmo de jazz, las otras eran como una sinfonía de Mahler y esta es más de jazz por el argumento, con temas más rápidos, como es el periodismo", declaró a Efe. La historia de su último libro comienza con la creación, por parte de un empresario italiano (que hace pensar en Silvio Berlusconi) de "Número cero", un ejemplar de un periódico en pruebas que se desarrolla en 1992. Este periódico quiere salir con la intención no de informar sino como herramienta de poder para meter presión, desacreditar a políticos y rivales o crear informes, noticias falsas y complots. 

"Desde hace más de diez años tenía esta novela en mi cabeza, siempre he querido hablar de los problemas del periodismo y ahora también de Internet, donde se puede mentir mucho. Yo lo utilizo -añade-, por ejemplo, para esta novela, donde me he informado sobre la autopsia de (Benito) Mussolini". "Pero internet es como el automóvil, no se puede pasar la vida en internet como no se puede estar todo el día en el coche", advierte. Y es que "Numero cero", además de ser una radiografía sobre lo peor del periodismo, del poder y la corrupción -"no son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias y saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta noticia", dice un personaje-, es también la visión de Italia de los últimos 30 años.

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