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Cultura

'The Crown' evoca el final de Diana en una última temporada triste y arriesgada

Netflix estrena los primeros 4 capítulos de la sexta temporada, mientras que el resto de capítulos estarán disponibles el 14 de diciembre

Fotograma de 'The Crown'
Netflix

Al grano y sin rodeos. El primer capítulo de la sexta y última temporada de The Crown que se acaba de estrenar esta semana arranca con el desenlace fatal de uno de sus protagonistas: el accidente mortal de Diana de Gales. La acción transcurre en París y el espectador acompaña a un transeunte anónimo que se convierte en testigo de la tragedia ocurrida el 30 de agosto de 1997. Todos conocen de memoria lo que ocurrió aquella noche -la persecución, el túnel, el choque fatídico-, pero los creadores de esta serie arrancan esta nueva temporada dispuestos a demostrar que son capaces de sorprender con nuevas perspectivas, a pesar de que este sea el episodio más conocido de la casa real británica. 

Ese es quizás el principal reto de Peter Morgan, creador y guionista, ofrecer nuevos puntos de vista y saber atraer la atención de un espectador que, en líneas generales, quedó un tanto desencantado con la quinta temporada, más lenta, con menos ritmo y demasiado pendiente de los detalles del matrimonio de Carlos y Diana. La expectación era máxima y la serie ha sido un secreto que Netflix ha mantenido bajo llave hasta su estreno, ya que en esta ocasión la prensa no ha tenido la opción de verla con antelación. 

La plataforma ha decidido dividir la sexta temporada en dos partes: una primera compuesta por cuatro capítulos que ya se pueden ver, y una segunda tanda que estará disponible a partir del 14 de diciembre. Si bien la primera temporada fue del agrado de la reina Isabel, fallecida en septiembre de 2022, las sucesivas entregas no han agradado y han recibido críticas, hasta el punto de obligar a advertir a la audiencia de esta serie no documental de lo obvio: que la ficción es ficción y en ningún caso debe confundirse con la realidad.

Tras el arranque que juega con el fuera de campo para evocar el trágico momento, la serie narra lo que ocurrió ocho semanas antes del accidente. Diana de Gales va de vacaciones con sus hijos, Guillermo y Enrique, a Saint Tropez, invitados por Mohamed Al-Fayed, donde comparte tiempo con Dodi Al-Fayed, su hijo y futura pareja de la princesa. Los paparazzi se convierten en su sombra y sus robados en la maldición de la corona británica, que mira con preocupación el futuro amoroso de la madre del heredero.

Mientras tanto, Carlos organiza la fiesta del 50 cumpleaños de Camilla, a la que la reina rehúsa acudir, lo que dificulta el encaje de la pareja del príncipe heredero en la sociedad. La capacidad de eclipsar de Diana es inevitable, y cada vez está más involucrada en causas sociales y más próxima y querida por el pueblo, lo que lastra los planes de Carlos, incapaz de competir con la popularidad de su ya exesposa, en quien incluso los políticos halagan su gran impacto en la opinión pública.

The Crown y sus fabulaciones

Las carencias de los principales personajes se enfatizan marcan el ritmo de los primeros capítulos de la última temporada que, no obstante, se caracteriza por las fabulaciones. Todos conocen los hechos, pero el trabajo de los creadores de esta serie consiste en imaginar las conversaciones entre los protagonistas para dar otra perspectiva a un asunto tan manido por la prensa. ¿Qué ocurrió las horas previas a su muerte? ¿De qué hablaron Diana y Dodi antes de fallecer?

Así, la serie busca en las lagunas de la historia y recrear -como ocurre en una escena- la forma en la que Carlos y Diana acordaron criar a sus hijos tras el divorcio; la última conversación telefónica entre Diana y sus pequeños y, por supuesto, las palabras íntimas entre la princesa y Dodi a las que la prensa, a pesar de tener sus objetivos pendientes 24 horas al día en un acoso constante, nunca tuvo acceso.

Las elucubraciones de los responsables de The Crown van más allá de la esfera íntima, y aquí viene un spoiler importante que aunque ya aparece en demasiados titulares, puede ser una buena opción evitar si uno quiere mantener todo el efecto sorpresa de la trama. Más allá del tono triste, trágico y mustio de algunos capítulos, la serie se arriesga al resucitar el espíritu de Diana y de Dodi con una presencia espectral que se aparece ante algunos de sus familiares.

Esta decisión no ha sido del todo bien recibida pero que encaja bien en el espíritu de la serie de Netflix y que funcionó de maravilla hace dos décadas en la espléndida A dos metros bajo tierra. De nuevo, The Crown vuelve a fabular sobre algo difícil de imaginar y acierta: los fantasmas que nos persiguen.

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