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Cultura

'The Beast': ¿Y si la inteligencia artificial dominase los sentimientos?

Léa Seydoux y George MacKay protagonizan esta película, en la que Bertrand Bonello adapta una obra de Henry James

Fotograma de 'The Beast'
Carole Bethuel

La acción de esta película se desarrolla en tres contextos históricos diferentes: 1910, 2014 y 2044. Desde el futuro, la joven Gabrielle trata de conseguir un trabajo para el que se siente cualificada, pero antes debe deshacerse del lastre emocional que carga en su ADN. A medida que regresa a otras vidas para tratar de purgar las complicaciones derivadas de los sentimientos, se reencuentra con su amor, Louis, al tiempo que le invade el terrible presentimiento de que la catástrofe está cerca.

The Beast, que llega este miércoles a los cines españoles tras su paso por la pasada edición del Festival de Venecia, es la nueva película del cineasta francés Bertrand Bonello, una adaptación libre de la novela de Henry James La bestia en la jungla, que le sirve al cineasta para hablar de las amenazas del amor en un futuro cercano en el que la inteligencia artificial domina los sentimientos y, en definitiva, impide que aflore todo lo que nos hace humanos.

"Al amor ahora mismo se le trata mal, por mil razones, y la sobreconexión provoca más soledad que otra cosa. Hoy en día las relaciones entre hombres y mujeres han cambiado, y abandonarse o entregarse es cada vez más complicado, porque todo el mundo tiene miedo, y con razón", explica a Vozpópuli Bonello, que en esta película protagonizada por Léa Seydoux y George MacKay explora el amor en tres escenarios históricos diferentes.

"En 2044 la inteligencia artificial lo ha solucionado todo, pero, ¿a qué precio? Al precio de una soledad y un aburrimiento terribles" Bertrand Bonello, cineasta

Mientras que en 1910 la amenaza física es una inundación y en 2014 un terremoto, en 2044, ese futuro cercano que imagina y que proyecta como un lugar tan seguro que por inalterable resulta desolador y terrorífico, la catástrofe, precisamente, es la ausencia de tragedias, como manifiesta uno de los personajes de esta filme. "En 2044 la inteligencia artificial lo ha solucionado todo, pero, ¿a qué precio? Al precio de una soledad y un aburrimiento terribles", cuenta el director sobre este episodio distópico, con el que, si bien no evoca la pérdida de los sentimientos, sí manifiesta una crisis que se refleja, por ejemplo, en cómo las "redes sociales" alimentan un mayor "narcisismo".

El amor, de hecho, se convierte en esta película en uno de los mayores miedos que puede experimentar el ser humano y la inteligencia artificial se presenta como una herramienta para atajar las complicaciones que conlleva, incluso a pesar de acercar a las personas a la apariencia de un autómata. "Entregarse del todo es arriesgarse a pasarlo muy mal, no te proteges cuando te entregas y eso asusta", agrega. 

En referencia a la probabilidad de sustituir los sentimientos por las posibilidades que aporta la tecnología, y preguntado acerca de cómo la inteligencia artificial acapara un terreno cada vez mayor como solución pero también como una amenaza, Bonello señala que a pesar de sus bondades en la "investigación" y la "medicina", puede haber "muchos peligros con esta herramienta todopoderosa que quizás no está del todo controlada" y que presenta "peligros éticos, morales y políticos", que algunos países podrían usar con fines no del todo bienintencionados.

The Beast: drama romántico, thriller y distopía

The Beast funciona como un experimento a medio camino entre la película Olvídate de mí (2004), de Michel Gondry, y la serie Black mirror, pero también rememora el mejor drama romántico de época e incluso, de manera intencionada o no, rinde homenaje al mejor thriller de los 90 e incluso a clásicos de terror. Es, en cualquier caso, una suerte de experimento arriesgado que gustó en Venecia y una de las propuestas más audaces y acertadas que llegan estas semanas a los cines.

"No tengo una intención perversa o de querer maltratar, pero sí de intentar que el espectador esté despierto, y que entre la sorpresa sus emociones estén mezcladas. Sobre todo en la metronomía del montaje, busco cómo conseguir que el espectador esté siempre en vilo", ha reconocido Bonello sobre sus intenciones hacia el público con The Beast. Para él, aunque existen provocaciones que "no son nada interesantes, que son fáciles, gratuitas y un poco tontas", otras en cambio "son maravillosas, porque llevan al espectador a un sitio al que de otra forma no habría llegado".  

Con esta película, Léa Seydoux ganó el premio a la mejor actriz en la pasada edición de la Seminci de Valladolid gracias a una interpretación que está llena de matices. En primer lugar, Gabrielle aparece en 2044 como una mujer que "cree tener derecho a un trabajo a la altura de su inteligencia" cuyo precio es "perder sus emociones". En 1910, es una mujer "muy moderna" que estudia a Schönberg, un "compositor muy adelantado", mientras que en 2014 se mete en la piel de una mujer un tanto "perdida". Sin embargo, todas ellas son la misma mujer, según explica el director de The Beast.

"Léa es la única actriz francesa que podía hacer los tres periodos, porque tiene un lado muy atemporal y es muy moderna. Puede atravesar edades muy diferentes y siempre con un inmenso misterio, y no es que sea fría, sino que es muy emocional y expresiva, pero siempre hay una especie de misterio y nunca sabes exactamente lo que piensa, es algo magnífico", ha dicho.

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  • J
    Jimena

    La IA no puede dominar los sentimientos porque carece de ellos. No tiene creatividad. Únicamente es capaz de realizar las operaciones que le han mandado a gran velocidad. Y eso para los sentimientos no vale.