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Cultura

The Bear 2: nunca es tarde para volver a empezar

La segunda temporada de la exitosa serie sale del restaurante, profundiza en los secundarios e invita a grandes estrellas

Fotograma de The Bear 2

La primera temporada de The Bear fue la gran sorpresa de 2022 en el terreno de las series porque probablemente estaba elaborada con todos esos ingredientes que gustan al espectador medio: un drama vestido de personajes graciosos y simpáticos que recuerdan a menudo a aquellos con los que uno se cruza a diario, preparaciones gastronómicas a destajo, conversaciones entrañables sobre los temas que de verdad importan y un ritmo frenético para no cansarse del drama y apenas rozar la sonrisa. Esas ficciones para las que en inglés se utiliza la expresión "feelgood show", porque incitan al optimismo o buscan la cara amable de la vida.

La temporada 2 de The Bear se estrenó a finales del mes de junio en Disney+ y más allá del desarrollo de la trama principal (el futuro del restaurante en el que transcurre la acción y el devenir de sus personajes) no se esperaban demasiadas sorpresas en una serie con un planteamiento tan sencillo como son las lagunas afectivas de su protagonista, Carmy Berzatto (interpretado por Jeremy Allen White), y la fuerza catalizadora de su hermano ausente, Michael (Jon Bernthal), que se quitó la vida y le dejó en herencia un negocio destartalado de bocadillos en Chicago en el que, sin embargo, nunca le había dejado trabajar.

En la primera temporada, toda la tensión y la adrenalina acumulada entre deudas, salsas y una incertidumbre maridada con estrés crónico estalla con el Spiders (Kidsmoke) de Wilco de fondo y, cuando parecía que esta serie tan perfecta y pulcra en su planteamiento no podía ofrecer mucho más, llega una segunda temporada que apuntala los pocos flecos que le quedaban: el desarrollo de sus personajes secundarios así como de la identidad de su protagonista.

Para ello, la acción se desarrolla más allá de las paredes de este restaurante, que permanece cerrado y en obras a la espera de cumplir todos los requisitos legales para empezar una nueva etapa. Además, si bien en la primera temporada había conseguido evitar caer en relaciones sexuales o románticas como gancho, en esta ocasión alguno de sus personajes se rinde al amor, lo que permite descubrir algo más de la personalidad y del pasado.

The Bear no solo trabaja desde el presente para presentar la muerte, sino desde el "flashback" para comprender la presión familiar y la fatiga existencial de Carmy

En la primera temporada las similitudes con el poso que dejaba la serie de 2001 A dos metros bajo tierra eran para esta redactora de Vozpópuli un tanto obvias, en cuanto a la manera de presentar el tamaño de las ausencias y a la forma de abordar el duelo del ser querido o las incógnitas que quedan sin resolver.

Capítulo 6, ¿historia de la televisión?

En la temporada 2 de The Bear, sin embargo, no solo se trabaja desde el presente para presentar la muerte, sino desde el "flashback" para comprender la presión familiar y la fatiga existencial de Carmy. En este punto, la serie llega a su momento cumbre en el sexto capítulo de esta segunda temporada, una cena de Navidad titulada Peces que para muchos se ha convertido en uno de los mejores momentos de la televisión, y del que hablamos con posibles destripes.

Sea una hipérbole o no, lo cierto es que este episodio, de una hora de duración, es una de las grandes pistas de la relación entre los hermanos, de la angustia en la que viven los miembros de la familia, aquejada de trastornos psicológicos o psiquiátricos, incapaz de lidiar con asuntos como la soledad o el sentido de la vida y que se advierte en un puñado de gestos muy bien coreografiados.

Sin desvelar demasiado, basta con describirlo como una olla a presión a punto de reventar extremadamente divertida y adictiva, un no parar de todo lo que uno no desea que ocurra en Nochebuena y que a veces, da igual la buena voluntad, llega. Y ahí, alrededor de la mesa, en medio del caos, una nómina de actores de vértigo entre los que se encuentran Jamie Lee Curtis, Sarah Paulson o Bob Odendirk.

Si para muchos el sexto capítulo es historia de la televisión, lo cierto es que, aunque más discreto, no es menos importante en esta serie el episodio dedicado a Richie, el "primo" -ficticio- de Michael, que aparentemente no hace otra cosa que gastar mal humor mientras interrumpe el buen hacer de los demás. "Nunca es tarde para volver a empezar" o "cada segundo cuenta" son mensajes que encarna este personaje (a quien interpreta Ebon Moss-Bachrach), un "intruso" en la familia y los negocios de los Berzatto que busca otra oportunidad en la vida.

Tampoco se quedan atrás las escenas que ahondan en la vida de Sydney (Ayo Edebiri), Marcus (Lionel Boyce) o Tina (Liza Colón-Zayas), y de nuevo la música vuelve a brillar con los locales Wilco, así como Pearl Jam, REM, Line Inch Nails, Brian Wilson, David Byrne, Brian Eno o The Decemberist. Aunque el ritmo haya frenado o sea algo más irregular, The Bear sigue siendo la ficción más interesante del momento.

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  • S
    Sin_Perdon

    Ciertamente tenemos que estar agradecidos a estas crónicas de Miriam.
    Nos dicen claramente que NO VER. Películas o series aburridas, pretenciosas, buscando el "alma humana" cuando no saben ni buscar unos slips limpios.
    Por el contrario ella, que sigue con sus lentes violetas puestas, no es capaz de entender porque hay otras series que lo ESTAN PETANDO.
    Series que no quieren redimirnos, ni enseñarnos ningún camino de "deconstrucción" personal, simplemente se limitan a ENTRETENER, y con muy buena calidad y excelente acogida del público, ese al que gente como Miriam suele despreciar porque no sigue los cánones que ellos, la prensa "especilizada" (y cada vez más desprestigiada), marca.
    Ahí tenemos ONE PIECE, una serie que está arrasando, que está basado en un anime y que gente como Miriam ni ha oído nombrar y si lo ha hecho será de forma despectiva. En sus círculos culturetas eso no es cool.
    Y por cierto Miriam, el 11 de octubre por fin (y con muchísimo retraso) se podrá ver en los cines españoles "Sound of Freedom", a ver si entonces te animas a hacer una crónica. A ser posible que no sea sectaria y maniquera como la que hizo Wendy Ide en The Guardian, que me da que vais a los mismos sitios.