A la sombra de las sombrillas en flor (aforismos)

Si repartiésemos los géneros literarios por estaciones, el otoño sería el tiempo del ensayo, el invierno —al abrigo de la chimenea— el de los grandes relatos, la primavera pide poesía a espuertas y el verano, tan rápido y tan de brillos y destellos, se acomodaría a la hamaca de la aforística. A la sombra de la sombrilla, leyendo, uno levanta la vista quizá demasiado y la cabeza se va detrás de una idea, hasta que ésta se hace propia y llega a la orilla del libro (tomo apuntes en el margen) como la olita rota de un aforismo, con su espuma y todo. Mayor esfuerzo literario, en vacaciones, sería cansado.

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El único éxito es merecerlo.
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No deja muy bien al positivismo jurídico que llamamos a esto que cae a plomo "un sol de justicia".
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El arrepentimiento ha sido mi Beatriz.
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Usted podría rezar una jaculatoria en el tiempo que lee este aforismo o cualquier otra frase. El que escribe debe sentir el peso infinito de esa responsabilidad.
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¿Qué es la libertad? El alma en acción.
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Sudar es sangrar por lo civil
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Cuando alguno presume de ser muy autocrítico, veo asomar la puntita de la traviesa paradoja.
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Leyendo en la playa, a la sombra de las sombrillas en flor, sólo la mejor literatura me salva de ser un Peeping Tom.
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Qué fijación tienen algunos con el cambio.
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Leer en diagonal, que, para determinados libros, puede ser muy recomendable, resulta adictivo. Deviene en vicio. Enderezar después la lectura cuesta.
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En cien años habremos muerto todos los que disfrutamos de esta mañana azul de playa. Natural que a Dios, siendo eterno y tan bueno, nada le preocupe tanto como nuestra salvación. Le urge.
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Los espejos son más piadosos que las fotografías pero menos que los ojos de la amada.
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La sangre azul del alma.
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Presta atención; cobrarás interés.
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La poesía es la libertad de expresión de la realidad.
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Hasta en el "Omnia in bonum" (Rom. 8, 28), unos ponen el acento en el bonum, y se quedan tan tranquilos, y otros en las omnia, que no son pocas. Yo propongo ponerlo en el in.
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El Tao Te ching es el ta-ta-ta-chán de los chinos.
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Lucifer se luce y, a veces, brilla, pero alumbrar no alumbra.
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Cuando te cuentan un chiste que ya sabías, pero que habías olvidado, si es muy bueno, no te hace ninguna gracia tu mala memoria.
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El temblor de la hamaca evoca el del pájaro en la rama.
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Nos reímos de que los comunistas te hacían, camarada, la autocrítica; pero ¿no decimos nada de los católicos que nos hacen, hermano, el examen de conciencia?
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Copla
Yo te quiero y tú te quieres,
pero no estamos de acuerdo.
A mí me encanta tu yo
y a ti te pirra tu ego.
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Saludar en la playa a un compañero de colegio
Un vértigo: ves el reflejo del niño que fue y fuiste y en el espejo al viejo que es y eres. En 25 cm, a vuestros pies, se abre un lapso de cuarenta y pico años.
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Mucho más importante que cumplir tu sueño es disfrutarlo.
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Tengo muchas más posibilidades de escribir un bonito poema de amor conyugal en un paseo solitario que dándolo con mi mujer.
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"Ojalá" lleva implícita la admiración (Oh) por si se cumple nuestro deseo y la carcajada por si no.
Y el italianismo "là" para poner ("allá") distancia.
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Haz lo que eres y viceversa.
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Mi Ángel de la Guarda está contento: le doy trabajo, pero fácil.
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El orgullo, la metadona del honor.
La vanidad, la marca blanca del orgullo.
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Por falta de fe, no rogué por aquello tan extraordinario que al final ha pasado. Puedo redimirme dando gracias a Dios. En la eternidad, el orden de los factores no altera para nada el producto del tiempo.
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Lo bueno de las chicas con una dentadura perfecta es que siempre les hace mucha gracia lo que dices.
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Los granos sirven para que los adolescentes más reacios se miren también todo el día al espejo.
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El amor conyugal es un ser mitológico; como la insinuante sirena, como el fiero minotauro, como el alado pegaso, como el heráldico grifo, como el sabio centauro.
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El cansancio produce una vaga nostalgia del presente.
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El único fracaso es merecerlo.