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Cultura

'Sangre en los labios': Kristen Stewart se enamora en la película más salvaje

Llega a los cines la segunda película de Rose Glass, un thriller excesivo y muy violento ambientado en los años 80

Fotograma de Sangre en los labios'
Avalon

La directora Rose Glass debutó en el largometraje con Saint Maud, una historia escalofriante en la que el desasosiego y la agitación psicológica eran casi físicos, a pesar de mostrar el horror desde la vida interior de su protagonista. Si bien en aquella ocasión abrazó el género del terror para sumergirse en las zonas oscuras y desconocidas de la mente desde una dimensión íntima, en su segundo filme, Sangre en los labios, explora el exceso a partir de una historia de amor salvaje y rodeada de violencia que llega este viernes a los cines españoles.

Kristen Stewart interpreta en esta película, ambientada en los años 80, a Lou, la gerente de un gimnasio local de un pueblo de Nuevo México al que acude Jackie, una culturista que entrena duro para participar en una competición en Las Vegas. Pronto ambas sienten una conexión física y sentimental, y empiezan a vivir juntas, al tiempo que Jackie encuentra trabajo en el club de tiro del padre de Lou, con quien su hija no se habla desde hace tiempo. Todo va sobre ruedas hasta que ocurre algo que desata la locura y la violencia en una espiral difícil de frenar.

Sangre en los labios, una producción de A24 que tuvo su puesta de largo en la pasada edición de la Berlinale, es una historia de venganza que de entrada cuenta con varios ingredientes que la hacen bastante atractiva para el espectador: el culto al cuerpo en los 80, pistolas, sangre y un romance apasionado y visceral que huye de todos los estereotipos que uno pueda imaginar.

Además, un reparto actoral que confirma, en primer lugar, la consagración de Kristen Stewart como una de las mejores intérpretes del momento, que ha sido capaz de despojarse de la sombra de la saga Crepúsculo y que perfila su carrera con unos cuantos trabajos interesantes y con personalidad, como es el caso de esta película.

En esa historia de amor tan cruda y salvaje destaca también su pareja en la ficción, Katy O'Brian, que ha participado en series como The Mandalorian o películas como Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, aunque quien brilla, especialmente en las escenas junto a Stewart, es Ed Harris, incluso a pesar de despistar al espectador con un aspecto capilar fallido e inimaginable. Junto a ellos sobresalen también con sus actuaciones de Dave Franco y Jena Malone, un matrimonio -ella además, hermana de Lou, perfecta esposa y madre abnegada- con una relación tóxica en la que la violencia machista es una constante.

En la pareja protagonista formada por Stewart y O'Brian es fácil ver a los personajes de Thelma & Louis (1991) o Lazos ardientes (1996), y es interesante descubrir en la relación parternofilial entre los personajes de Stewart y Harris algunas respuestas a las zonas más oscuras de este filme, que se asoma al tráfico de armas y al crimen organizado y recurre a recuerdos en negro y rojo para vislumbrar la cara más tenebrosa de este padre viudo y amante de los escarabajos.

Sangre en los labios es excesiva y sangrienta, a prueba de pestañeos. Se ve una cara desfigurada tras un golpe violento y una dentadura destrozada, y se vuelve a ver casi al detalle a pesar de haber podido quitar la mirada la primera vez. También se ven varios pinchazos de esteroides, la sustancia intravenosa estrella utilizada en los años 80 y 90 para potenciar el crecimiento de los músculos más allá de lo que permitía el entrenamiento con mancuernas. Aquí, además, es la pócima que interviene en la metamorfosis de Jackie, en una fantasía que tan bien le queda al delirio de este personaje.

Sangre en los labios: lejos del amor convencional

Si hay algo que se le puede echar en cara a Sangre en los labios, y a pesar de los excesos ya comentados, es no haber puesto más carne en el asador. Rose Glass abre una puerta, la de la violencia, y no acaba de explorar el terreno que muestra. Se echa de menos cierto descontrol, una curva ascendente hacia el disparate que, sin embargo, por momentos sabe a poco.

La película es muy macarra pero pide algo más de desbarre, porque se lo merece y se lo puede permitir

Con la misma timidez que según esta redactora de Vozpópuli aborda la violencia, también se asoma con tibieza a una relación sentimental que queda un tanto interrumpida por los acontecimientos y que retoma al final. Aborda cierta sororidad, pero no remata con ninguna conclusión clara. La película es muy macarra pero pide algo más de desbarre, porque lo merece y se lo puede permitir, en todos los sentidos.

Sin embargo, esta es una película divertida y entretenida, que toma la fantasía en su justa medida y con acierto para dar rienda suelta a los deseos que provoca la sed de justicia en sus protagonistas. Además, y también en su favor, es justo decir que Sangre en los labios no es una película previsible, no discurre por caminos transitados mil y un veces y se atreve a poner la mirada en una historia que poco se parece al amor convencional que se ha mostrado en el cine.

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