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Cultura

Del papel a la pantalla: ¿cómo llega una novela al cine?

Books at Berlinale, punto de encuentro del festival entre productores y agentes literarios, incluye a la escritora española Teresa Cardona entre los 11 autores seleccionados para esta edición

Fotograma de 'Pan de limón con semillas de amapola'
Filmax

Algunas de las mejores películas de todos los tiempos son adaptaciones literarias. La trilogía de El padrino (1972, 1974 y 1990), basada en la novela homónima de Mario Puzo, o la inspiración de Apocalypse now (1979) en la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, ambas de Francis Ford Coppola; Blade Runner (1982), la adaptación de Ridley Scott de la obra homónima de Philip K. Dick; así como la reciente Ellas hablan, con la que la directora Sarah Polley aspira a dos Oscar por llevar a la pantalla el relato de Mirian Toews, son solo algunos ejemplos internacionales. A ellos se suman en España, entre otras, la exitosa adaptación de la trilogía del Baztán, de Dolores Redondo.

Los caminos por los que una novela llega a la gran pantalla, ya sea en formato de largometraje o de serie de televisión, son muchos y muy diversos, pero en los últimos años ha proliferado una fórmula en los festivales de cine europeos que sirve como punto de encuentro entre los agentes literarios y los productores audiovisuales: un puente que acorta la distancia entre dos mundos tan lejanos, funciona como escaparate literario y agiliza un hallazgo que en muchos casos se produce de manera fortuita.

Uno de los más famosos tiene lugar estos días en el Festival de Cine de Berlín. El evento Books at Berlinale, que arrancó en 2006 en colaboración con la Feria del Libro de Frankfurt, la más importante del mundo, tuvo lugar este lunes en el corazón del certamen con un total de once novelas seleccionadas entre los más de 190 títulos de 30 países que se presentaron. Entre los autores, Teresa Cardona fue la única representante española con su novela negra Un bien relativo, la segunda que publica en España, también en la editorial Siruela, después de Los dos lados.

Además de la Berlinale, otros certámenes como los festivales de Venecia y Cannes, así como el evento Rodando páginas en la Feria del Libro de Madrid, son otros de los foros en los que crece el intercambio entre el mundo literario y el audiovisual

En este foro, en el que además de una presentación formal tienen lugar varios encuentros entre productores y agentes para estrechar lazos y avanzar en la adquisición de derechos, se presentó en 2016 el bestseller homónimo de Cristina Campos Pan de limón con semillas de amapola, novela que en 2021 adaptó a la gran pantalla el cineasta Benito Zambrano. El director, un veterano en la tarea de llevar al cine obras literarias, ya adaptó en 2019 Intemperie, de Jesús Carrasco, y en 2011 La voz dormida, de Dulce Chacón.

Roberto Domínguez, agente literario de la agencia A. C. E. R. y responsable de mostrar en Books at Berlinale la novela de Teresa Cardona, cuenta a Vozpópuli que en este lugar de conexión entre quienes ostentan los derechos de autor de obras de ficción y no ficción y quienes pueden llevar la novela a la pantalla, "el premio es la selección" y la "oportunidad de enseñar el libro", ya que el interés en estos foros es "creciente" y en esta ocasión ha superado las previsiones.

Además de la Berlinale, otros certámenes como los festivales de Venecia y Cannes, así como el evento Rodando páginas en la Feria del Libro de Madrid, son otros de los foros en los que crece el intercambio entre el mundo literario y el audiovisual.

El escándalo de los bebés robados

En el caso de la novela de Teresa Cardona, las reuniones ya han dado algunos frutos y Un bien relativo ya ha despertado el interés por parte de varios productores nacionales e internacionales, aunque, tal y como precisa Domínguez, se trata de una novela que necesita "cierto carácter español" puesto que el tema de fondo es el "escándalo de los bebés robados" en España.

Cardona (Madrid, 1973) cuenta a Vozpópuli que su novela cuenta con una ventaja respecto a otras novelas. "Tiene un escenario único, San Lorenzo de El Escorial, que no ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Tenemos un pueblo que tiene el mismo aspecto que tenía en los años 80, porque gracias al monasterio no se han hecho muchas barbaridades arquitectónicas en el centro urbano", señala.

Un bien relativo está ambientada en los años 80, "cinco años después de la muerte de Franco", en dos barrios muy diferentes: Carabanchel y el barrio de Salamanca. La novela arranca con el hallazgo del cuerpo sin vida de una monja, en El Escorial, una muerte llena de incógnitas de la que se encarga la teniente Karen Blecker, que acaba de regresar a España tras su paso por la Europol, en La Haya. "Es un estudio sociológico de la posición en la sociedad desde un lado y otro en la época", explica la autora.

"¿Qué alternativas podías tener? ¿Cómo afectaba el bagaje cultural o intelectual en la toma de decisiones?", se pregunta sobre los asuntos que aborda esta novela Cardona, que antes de debutar en una editorial española ya publicó dos novelas en Francia junto a Eric Damien bajo el pseudónimo de Eric Todenne: Un travail à finir y Terres brûlées.

De la novela al cine

A pesar de la proliferación de estos espacios de conexión entre los autores y los productores, el hallazgo de novelas susceptibles de convertirse en buenos guiones y, en definitiva, en películas atractivas para el público, que no pierdan el gancho que mantienen en las páginas ni tampoco la dignidad es una tarea difícil.

Hace algunos años, David Mitchell, autor de El Atlas de las nubes, novela que llevaron al cine en 2012 las hermanas Wachowski y Tom Tykwer, en cuyo guion colaboró, ofreció en un artículo del Wall Street Journal algunas claves para no errar en la misión una vez se adquieren los derechos, tal y como recogió entonces Cinemanía. Evitar el exceso -y prescindir, por tanto, de algunas subtramas-, ser preciso en lo que se cuenta, reducir el número de personajes, elegir una buena música y cerrar las tramas son, tal y como señaló Mitchell, requisitos fundamentales para acertar en una adaptación.

En España, uno de los ejemplos más celebrados fue la coproducción con Argentina de El secreto de sus ojos (2009), la adaptación de Juan José Campanella de la novela homónima de Eduardo Sacheri, que produjo el español Gerardo Herrero, también guionista y director, y que se hizo con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

"La inspiración siempre viene de algún sitio. O de algo que te ha pasado o de algo que has leído", señala a Vozpópuli el cineasta, que adaptó la novela La playa de los ahogados, del fallecido Domingo Villar, y presentará en la próxima edición del Festival de Málaga su película Bajo terapia, basada en un texto teatral, al tiempo que producirá también próximamente la adaptación de Gracia Querejeta de una novela de Rosa Montero. "Siempre te van a decir que el libro es mejor", reconoce.

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