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Fernando Franco aborda el dilema de la asistencia sexual desde la inocencia y la intimidad

El director compite por tercera vez en el Festival de San Sebastián con 'La consagración de la primavera'

Fernando Franco
Álex Abril

El debate en torno a la abolición de la prostitución lleva aparejados dilemas que a menudo son difíciles de confrontar, como es el caso de la asistencia sexual en las personas con discapacidad. El cineasta Fernando Franco se atreve a adentrarse en este terreno resbaladizo con éxito y sutileza en su nueva película, La consagración de la primavera, un retrato del despertar sexual y vital desde la inocencia que, sin pretender ser moralista, expone sin pudor las cuestiones más humanas e íntimas del trabajo sexual.

Si el pasado martes fue el turno de la serie Fácil, la adaptación de la novela de Cristina Morales en la que se aborda sin complejos este asunto, el miércoles se presentó en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián la historia de una joven que empieza la universidad lejos de su hogar familiar y conoce un día a David, un joven con parálisis cerebral con quien comienza una relación cada vez más próxima, y a quien comienza a proporcionar herramientas para saciar su deseo. Según las quinielas de los críticos, es una de las películas favoritas para hacerse con algunos de los premios del certamen donostiarra, que se entregan este sábado.

"La asistencia sexual es para mí el detonante de la relación entre los dos personajes, pero lo que ocurre entre los dos empieza por ahí y se va separando. Era algo premeditado porque no quería hacer una película sobre ese tema en concreto, por eso se va por la tangente", explicó Franco en la rueda de prensa de esta película, que protagonizan Valèria Sorolla, Telmo Irureta y Emma Suárez y que se estrena en los cines el próximo viernes 30 de septiembre. No obstante, reconoce que se plantean cuestiones y "se menciona la prostitución con dudas" y, aunque el tema está rondando, cuenta con "huecos" para dejar al espectador la tarea de sacar sus propias conclusiones.

El cineasta tiene la responsabilidad con lo que traslada a la pantalla porque luego pasa a formar parte del imaginario colectivo de la gente", afirma el director

El debate está vivo y el efecto de esta película en el espectador puede ser diverso. En este sentido, preguntado por el escándalo que podría suscitar las referencias a la asistencia sexual, Franco ha admitido que es "consciente" de que se mete en "un jardín", al igual que le ocurrió en sus anteriores películas (La herida, 2013, y Morir, 2017), pero ha precisado que "siempre" ha querido hacerlo desde "el respeto y el rigor". "Que una película da pie a hablar sobre un tema y que miremos a otro lado ya vale. Hay algo en ese cine que invita a la reflexión y al debate, de ahí viene la película", ha defendido el director.

Fernando Franco señaló en la rueda de prensa que le interesa este tema porque "no se habla mucho" y, sin embargo, es un asunto de la calle. "El cineasta tiene la responsabilidad con lo que traslada a la pantalla porque luego pasa a formar parte del imaginario colectivo de la gente", opina el director, consciente de la transcendencia de su labor.

El actor Telmo Irureta encarna a David, encargado de mostrar unas "vivencias que no todo el mundo conoce". "Se habla poco de esto y hay interés porque la gente no se atreve a preguntar. Todos buscamos sentirnos identificados o entendidos", señaló el actor, que anteriormente trabajó en otras películas y que también participa en teatro. Tal y como ha señalado la actriz Emma Suárez, su madre en esta ficción, además de haber estudiado Magisterio y Psicopedagogía está matriculado en Psicología por para tener un "plan B".

Respecto a la sexualidad, Irureta, que padece parálisis cerebral, ha lamentado que si no se habla de este asunto es como si no existiera. "Tenemos que hablar, educar y follar también. Porque si no, ¿qué es esto? Ya no me intento justificar, si hay que hablar se habla", ha reivindicado el actor, que participa actualmente en una obra de teatro que también aborda la dimensión sexual.

Para Emma Suárez, rodar La consagración de la primavera ha significado "mirar de cara la situación de alguien con unas circunstancias diferentes y descubrir esos terrenos". "No somos conscientes de las necesidades, de las circunstancias, de las personas que conviven con nosotros y que aparecen en una silla de ruedas. Eso siempre nos crea cierta incomodidad, cuáles son sus necesidades, y a veces nos escapamos", opina la actriz, para quien "quizás la incapacidad está muchas veces en la mirada".

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