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Cultura

El error ‘indie’ de Amaia

Esta semana, Amaia Romero Arbizu (Pamplona, 1999) estrenó nuevo sencillo, 'Nadie podría hacerlo'. Se trata del tercer adelanto de su esperado nuevo álbum, todavía sin título, que tiene fecha de lanzamiento prevista para septiembre. Lleva ya tres singles -demasiados- sin que ninguno triunfe realmente, ya que el personaje sigue siendo mucho más grande que sus canciones.

'Nadie podría hacerlo' es un medio tiempo mustio, con rimas de chica enamorada, que no llega a enganchar en ningún momento. Su registro susurrado amuerma una melodía regulera, la letra no tiene nada de especial y el arreglo de piano peca de estandarizado. El primer referente que se viene a la cabeza son los donostiarras La Buena Vida, un grupo que definió el ‘indie’ en los años noventa con un repertorio y producciones que desbordan por mucho el nivel de las de Amaia. Comparen esta nueva canción de la diva de ‘Operación Triunfo’ y Eurovisión con clásicos de La Buena Vida como “¿Qué nos va a pasar?”, “HH.MM:SS” y “Un actor mexicano”. No hay color.

¿Ha sido buena idea apostar por el camino ‘indie’? Sin duda, se trata de una decisión comprensible. El escaparate ultracomercial de ‘Operación Triunfo’, cuando lo sufres como cobaya, puede hacer que cualquier veinteañero termine resultando alérgico a los métodos del pop comercial. Mucho más cuando se exprime a alguien al nivel de Amaia, que no tuvo un solo día de descanso entre la última gala de OT 2017 y el primer día de promoción para el festival de Eurovisión. Desde entonces, la navarra optó por el paradigma de los bohemios ‘cool’ fichando por el Segell del Primavera Sound, asociándose con el productor emblemático del indie español (Raül Refree) y juntándose con el grupo de moda, Carolina Durante, en vez de con Dani Martín. ¿Quién no decidiría lo mismo a los 20 años?

Calle cortada

Intentaré explicar por qué se ha equivocado Amaia. El motivo principal es que el ‘indie’ es un paradigma cultural muerto. No se trata solo de una opinión personal, sino de un hecho demostrable. Por ejemplo, el festival Primavera Sound, con cuya discográfica ha firmado, consumó en esta edición un giro hacia las músicas urbanas donde el trap, el reguetón y el electrolatino ocuparon el centro de la programación. No hablamos de un experimento, sino de una meditada adaptación a la realidad, que incluye apertura de sucursal en Los Ángeles para convertirse en cabeza de puente de la música urbana en castellano en Estados Unidos.

Un conflicto central en el nuevo disco de Amaia es el abandono de Refree como productor del disco, un problema del que la cantante evita hablar en las entrevistas

En segundo lugar, el productor escogido para Amaia, Raül Refree, también anda cada vez más alejado del 'indie', un territorio donde cada año que pasa cuesta más encontrar discursos con sustancia artística. Las producciones de Refree cada vez están más centradas en el flamenco y la canción popular. Un conflicto central en el nuevo disco de Amaia es el abandono de Raül como productor del disco, un problema del que la cantante evita hablar en las entrevistas.

Las causas saldrán a la luz cuando pase el tiempo, pero debe de ser complicado producir a una estrella veinteañera que cree que sabe lo que quiere hacer pero en realidad no. Basta repasar la cantidad de veces que Amaia usa en las entrevistas expresiones como “bueno”, “no sé”,”yo que sé” y “vaya, no sé”. En alguna charla deja caer que le gustaría grabar un reguetón cuando eso requiere un bagaje del que carece por completo, aparte de que la competencia está muy por encima de sus posibilidades. Leer sus charlas como El Mundo y El País sirve para confirmar el retrato de una artista más perdida que Malú en el Sónar.

Lejos del triunfo

Su nuevo productor es Santiago Barrionuevo, del grupo 'indie' argentino Él Mató a Un Policía Motorizado. Les une el gusto por las canciones intimistas y melodramáticas, pero es bastante complicado aspirar al éxito en España de la mano de un músico que no ha tenido ningún éxito en nuetsro país. De hecho, ni siquiera ha tenido verdadero éxito en la escena 'indie'. Los únicos grupos con ese sonido que triunfan a los grande son los que tiran por la épica, tipo Dorian, Lori Meyers, Vetusta Morla y similares.

Amaia insiste en las entrevistas en la necesidad de no convertirse en un producto prefabricado. Por eso escogió la industria alternativa en vez de la oficial. Se trata de un error de bulto. Tal y como explica el critico británico Simon Reynolds, el indie del siglo XXI es un producto tan estandarizado y vacío como cualquier estrella pop de multinacional. Vivimos en los tiempos de la ‘retromanía’, término acuñado por el propio Reynolds, que indica que los grupos modernos, ‘trendy’ y ‘cool’ se limitan a vomitar refritos de bandas míticas del pasado.

Por este camino Amaia solo va a facturar pálidos reflejos de La Buena Vida, de las baladas más flojas de Cranberries y de los cantautores ‘indie’ de moda hace dos décadas, por lo menos. Justo a eso suenan “El relámpago”, “Un nuevo lugar” y “Nadie podría hacerlo”. Tres canciones sin altura. Si existiera un Bet & Win del pop español, muchos apostaríamos porque el trabajo que prepara para septiembre va a convertirse en el mayor bluff del año. No es motivo de alegría, pero así están las cosas.

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