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Cultura

'Citas Barcelona': desconocidos, primeras veces y amor en tiempos de Tinder

Carmen Machi, Belén Cuesta, Gonzalo de Castro, Laia Costa, David Verdaguer o Miguel Ángel Muñoz protagonizan esta serie romántica coral

Fotograma de 'Citas Barcelona'
Amazon Prime

"Match", "superlike" o "boost" son algunos de los términos que se han incorporado en los últimos años al vocabulario más refinado en las artes del cortejo. Lo que hace no tanto tiempo ocurría en la pista de baile, en los parques, en el autobús o en las cañas después del trabajo, ahora sucede en una red social, Tinder, que ha convertido el flirteo en algo parecido a pasar cromos, y esa coreografía de dedos sobre la pantalla de un móvil, de izquierda a derecha o viceversa, en función de los gustos, a veces calmada pero casi siempre compulsiva, se advierte a varios metros de distancia. No hay duda de que los movimientos de la seducción son hoy virtuales.

Amazon Prime estrena esta semana una serie que se hace eco de las nuevas modalidades digitales para encontrar pareja sexual o sentimental con la serie Citas Barcelona, una comedia coral que bebe de ficciones extranjeras como la británica Dates o la estadounidense Modern love, y que muestra las consecuencias de unas conexiones carnales que hace menos de dos décadas solo habría sido posible adivinar en ficciones distópicas como Black mirror.

La idea de Citas Barcelona es sencilla: seis capítulos centrados en varias paralelas en las que hay espacio para rupturas, venganza, engaños, esperanza, pasión y adicciones incompatibles con un romance. En todas ellas, eso sí, una característica en común: todas estas parejas se encuentran por primera vez cara a cara tras haberse cruzado en Internet y, en todas ellas, la ciudad condal es el contexto y el artista invitado.

Esta serie cuenta con un elenco plagado de rostros conocidos de lcine nacional, como Carmen Machi, Belén Cuesta, Ivan Massagué, Laia Costa, Clara Lago, Nausicaa Bonnín, Carolina Yuste, Pablo Rivero, Manuela Vellés, Jordi Llovet, Carlos Cuevas, Gonzalo de Castro, Miguel Ángel Muñoz, Aina Clotet, Pol López, Pep Ambrós, Alejo Sauras, David Verdaguer, Vito Sanz, Eva Santolaria, Antonio Hortelano o Carme Balagué, entre muchos otros.

Aunque el detonante de todas estas historias es un encuentro virtual, la ficción se centra en lo que ocurre después, cuando uno ya no puede mostrar una foto de perfil para fingir ser alguien. Así, en estos capítulos se cuenta la historia de Laura y Jan, que pasan una noche juntos después de que sus parejas les hayan abandonado; Tiago y Mimi, un encuentro accidentado; Diana y Nico, una viuda que busca una aventura en un hombre inestable; o Claudia e Imanol, un amor adolescente que revive en Tinder y que apelará a la nostalgia del espectador que creció con la serie Compañeros, que empezó su emisión a finales de los 90.

Citas barcelona: la misma comedia romántica de siempre

Las redes sociales marcan en esta ficción los tiempos y el ritmo, que se torna más frenético que en tiempos pasados e invita al espectador, si no lo ha hecho ya, a romper el tabú que existía en torno a las aplicaciones para ligar. Una vez superado, puede dejarse llevar en unas historias creadas y dirigidas por Pau Freixas que, por lo demás, no dejan de ser meras aventuras románticas clásicas, esas que tanta fama y tan bien se rodaron en los 90, y que en esta ocasión toman el testigo con buen resultado, para esta redactora de Vozpópuli.

En el catálogo infinito que permiten las aplicaciones, uno siempre recurre a lo que le hace feliz o, sencillamente, lo que le permite no estar solo

Si bien es cierto que la hiperconectividad ha provocado una especie de estado nervioso que, para muchos, puede influir de manera negativa en las relaciones, en los patrones del compromiso y en las nuevas definiciones de los estados sentimentales, lo cierto es que Citas Barcelona pone sobre la mesa que, a fin de cuentas, el ser humano se sigue moviendo por los mismos estímulos y que sus preocupaciones no son tan diferentes. Más tentaciones e infinitas posibilidades, pero en el catálogo infinito que permiten las aplicaciones, uno siempre recurre a lo que le hace feliz o, sencillamente, lo que le permite no estar solo.

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