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Cultura

'Blue Bayou': la triste historia de los americanos traicionados

Justin Chon, actor de la saga 'Crepusculo', dirige y protagoniza con Alicia Vikander un drama sobre los ciudadanos adoptados fuera de Estados Unidos

En el año 2000, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de Ciudadanía Infantil, con la que se garantizó la nacionalidad automática para los niños adoptados en otros países. Este proceso natural y lógico, por el que estos hijos son naturalizados desde hace dos décadas de forma automática, no había sido posible hasta entonces, algo que desconocían miles de padres estadounidenses adoptivos y sus vástagos, quienes dieron por hecho que la norma que se aplica a los niños adoptados, según la cual tienen los mismos derechos que los biológicos, también sirve en el caso de los nacidos fuera de territorio estadounidense. Años después, ya en su madurez, estos hijos se han enfrentado a la peor noticia de sus vidas: la deportación.

¿Cómo es posible que ocurra algo así? Lo mismo se preguntó el actor y director Justin Chon, rostro popular por haber formado parte del elenco de la saga Crepúsculo, quien, sorprendido ante las informaciones que se repetían en la prensa sobre el mismo asunto, decidió llevar a la gran pantalla un problema que ha causado la expulsión del país de numerosos ciudadanos. La película, protagonizada por el propio director y Alicia Vikander, lleva por título Blue bayou y llega a los cines españoles este viernes tras su reciente paso por el Festival de Cannes.

Phillip Clay nació en Corea del Sur y fue adoptado por una familia norteamericana cuando tenía ocho años. Con 37, un trastorno bipolar y problemas de drogadicción, fue devuelto a su país de origen, cuyo idioma desconocía y donde no tenía a nadie. Pocos años después se suicidó. Otro de los casos de los que se ha hecho eco la prensa en los últimos años es el de Liam Dubinsky, nacido en Brasil en 1983 y adoptado en Estados Unidos con pocas semanas de vida.

Con número de la seguridad social y carnet de conducir, años después descubrió que el proceso de naturalización nunca se había hecho oficial. Del mismo modo, Adam Crapser, natural de Seúl (Corea del Sur) y adoptado con tres años por una pareja estadounidense, fue expulsado cuatro décadas después del país que lo acogió.

Según la Campaña por los Derechos de los Adoptados (ACR, según sus siglas en inglés), entre 25.000 y 49.000 personas se encuentran en un limbo legal, con la amenaza de la deportación, una cifra que en 2033 podría alcanzar los 64.000 adultos

Las historias se cuentan por miles y estos son solo algunos ejemplos de los casos que han terminado con un final trágico o de personas que están atrapadas en una eterna burocracia. Según la Campaña por los Derechos de los Adoptados (ACR, según sus siglas en inglés), entre 25.000 y 49.000 personas se encuentran en un limbo legal, con la amenaza de la deportación, una cifra que en 2033 podría alcanzar los 64.000 adultos que descubren su situación irregular en situaciones tan triviales como la búsqueda de trabajo público o en la tramitación de un seguro. Las consecuencias son trágicas y suponen la separación forzosa de familias y amigos.

Blue bayou: identidad, inmigración y familia

El protagonista de Blue bayou es Antonio, un coreano-americano adoptado al nacer y que creció en el sur del país. A los 37 años, residente en Nueva Orleans, tatuador de profesión, casado con una mujer (Alicia Vikander) y a la espera del nacimiento de su hija, descubre que no tiene la ciudadanía estadounidense, un problema que tendrá que resolver si no quiere separarse de los suyos.

"De niño y adolescente, muchos amigos míos eran niños surcoreanos adoptados por familias estadounidenses, y siempre sentí que su experiencia como estadounidenses era diferente de la mía. Me di cuenta de que era algo que, hasta ahora, no se había visto en cine”, cuenta sobre la película Justin Chon sobre Blue bayou, que toma prestado el nombre del título de la canción homónima, con la que Linda Ronstadt ganó el Grammy en 1977.

El director desarrolla una historia dramática sobre identidad, inmigración y familia que, en líneas generales, teje una trama principal sólida, pero que se pierde en los detalles accesorios

En este contexto social, el director desarrolla una historia dramática sobre identidad, inmigración y familia que, en líneas generales, teje una trama principal sólida, pero que se pierde en los detalles accesorios que solo confunden y que no se desarrollan lo suficiente para dar sentido a la historia. Tampoco convence un final demasiado melodramático, en comparación con la contención de la cinta, una pena si se tiene en cuenta la importancia del asunto que trata.

Sí se salva, en cambio, el personaje de Alicia Vikander, una madre embarazada de su segunda hija que muestra un perfil fuerte y visceral, así como el de su expareja y padre de su hija, Ace (Mark O'Brien), un policía arrepentido de su pasado que busca redimirse de sus actos así como la manera más adecuada de hacerlo.

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