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Cultura

Tras el abandono de Carlos Urroz, toca reflotar ARCO

Carlos Urroz, en una fotografía de archivo.

Tras nueve años como director y cinco como subdirector de ARCOMadrid,  Carlos Urroz ha decidido pasar página y buscar otros horizontes. "Dejarlo ha sido una decisión muy meditada y muy consensuada", ha dicho en declaraciones a los medios. ARCOMadrid emitió un comunicado en el que anunció que la próxima edición de la feria, que se celebrará del 27 de febrero al 3 de marzo, estará dirigida por Maribel López, quien colabora con Carlos Urroz desde 2011.

Tras atravesar unos intensos años de crisis económica, ARCO ha conseguido una lenta recuperación, pero no una reinvención. Es una feria muy visitada, pero económicamente marginal si se le compara con otras europeas.  Desde 2016 aporta las mismas cifras: más de cien mil visitantes y un impacto en la economía de la ciudad de 100 millones de euros. ¿De qué vale contabilizar la cantidad de personas que visitan una feria si no es posible medir cuánto se ha comprado? Y lo que es todavía más importante: cuántos de esos visitantes son coleccionistas y compradores y cuántos sólo acuden por ocio.

La salida de Urroz abre el camino para una concepción más especializada de la feria y buena parte de esa solución pasa por preguntarse quién debe dirigirse la. En su edición de 2014, la organización dio un empujón con la llegada de 300 coleccionistas de 33 países, de los cuales el 50% visitaba la feria por primera vez. España representa apenas un 1% del conjunto de ventas en el mercado global, eso a pesar de tener artistas españoles muy reputados, con Picasso a la cabeza, Miró, Dalí y Juan Gris. El problema de fondo, sin embargo, parece algo más profundo: las galerías españolas son pocas y las condiciones de un mercado tan pequeño las perjudica, además, la imposición fiscal del 21% propició que no fueran los marchantes sino directamente el artista quien realizara las ventas.

Luego de celebrar su aniversario –en 2016- como la cita de mayor visibilidad en España, ARCO tiene todavía grandes baches y retos, por no hablar del empequeñecimiento y poco peso del mercado del arte español dentro del concierto mundial. De ahí que los últimos países invitados de la feria provengan de mercados en expansión como Brasil y Colombia, espacios que podrían despejar el camino hacia los nuevos mecenas de las fortunas latinoamericanas (Patty Phelps de Cisneros, coleccionista y patrono del MoMa ), así como propiciar un acercamiento con los principales feudos del comercio de arte contemporáneo: China, que es la primera potencia del mercado global, seguida de Nueva York y a Londres con un 65 % de los beneficios.

Según el informe elaborado por Skate's Market Research en 2012, justo el año en el que comenzó a notarse de manera más dramática la incidencia de la crisis en el mercado español del arte, la Feria ARCO  ocupó el séptimo puesto entre las ferias más internacionales después de Art Basel, Paris Photo, FIAC o Art Basel Miami Beach. De allí en adelante, a la Feria madrileña le costó remontar en números y convocatoria. Desde entonces, la feria goza de una cierta opacidad y desorden: retomó una estrategia de internacionalización y recuperó el país invitado, sin embargo  los resultados eran manifiestamente mejorables. Un cambio de timón podría propiciar una renovación.

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