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BORRÀS SIGUE SIN SER PRESIDENTA

Guerra total entre Junts y ERC en vísperas de la Diada

La resolución de la Mesa del Parlament este jueves es solo un capítulo más del pulso mantenido entre ERC y Junts que lleva al límite el músculo del apartado ejecutivo

Los presos del 1-O en Lledoners (Barcelona) vuelven a ingresar en prisión
La presidenta de Junts, Laura Borràs, habla con el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès EP

La tensión en el Govern se acrecienta por momentos. Este jueves se ha consumado una decisión que Junts llevaba esperando desde hace semanas a la espera de que la balanza oscilara a su favor, sin embargo ERC ha vuelto a votar en contra: Laura Borràs seguirá sin ser la presidenta del Parlament. Si bien es cierto que el grupo parlamentario de Pere Aragonès ya se había decantado por el 'no' desde hace días (dejando fuera de juego cualquier esperanza) la resolución definitiva ha vuelto a cavar otro hoyo de desencuentro entre ambas partes en el seno del Govern.

La reacción desde Junts ha sido inmediata. El secretario general, Jordi Turull, quien había mantenido la prudencia a la hora de hacer declaraciones sobre la posible ruptura del Gobierno catalán ha estallado: "Nosotros después del Debate de Política General, en función de cómo haya salido, haremos la valoración, tomaremos una decisión y se someterá a la militancia", ha declarado. Y, preguntado por la posibilidad de un desacuerdo insalvable que haga colapsar el Ejecutivo autonómico ha asegurado, rotundamente, de que es un escenario real. Esta postura hasta hora estaba clara en Laura Borràs, quien no ha tenido ningún escrúpulo en decir que hay que romper el Govern tras ser suspendida del Parlament.

La resolución de la Mesa del Parlament este jueves es solo un capítulo más del pulso mantenido entre ERC y Junts que lleva al límite el músculo del apartado ejecutivo. Por un lado el 'caso Borràs' ha recabado múltiples escisiones internas dentro de Junts, recientemente tras el 'espectáculo' de la presidenta en el homenaje del 17-A pero sobre todo por la difícil situación del partido para posicionarse unánimemente en su proceso judicial. Este verano ha habido partidarios de su dimisión para que la presidencia continuara bajo el poder de Junts pero ella ha declinado firmemente esa propuesta.

División por el uso del dictamen de la ONU

Por otro lado, la negativa de reconsiderar su inhabilitación por parte de ERC, con los votos de los demás grupos parlamentarios, aleja las posturas de ambos grupos soberanistas e incluso añade nuevas críticas feroces por el uso de Junts del dictamen del Comité de Derechos Humanos de la ONU. El grupo de Laura Borràs defendió en su petición que el dictamen de la ONU les daba la razón porque la 'vulneración' de Borràs se asemeja a lo que les sucedió a los cuatro condenados por el procés. ERC, con indignación, se ha plantado diciendo que de esta forma se hace un "flaco favor" al independentismo.

La presidenta de Junts, como es obvio, tiene la puerta abierta a presentar recursos a instancias internacionales para seguir luchando por su puesto como 'cabeza' del Parlament y todo apunta a que lo hará. Sin embargo el tiempo se echa encima del Govern y alargar la 'lucha' por recuperar su función pública en la cámara catalana significa alargar la agonía y el desencuentro en el bloque independentista. Una agonía que puede condicionar mucho al Govern por las fechas que se vienen: el PSC ha fijado la fecha límite del 15 de septiembre para que se pueda relevar a Borràs y la Cup y los comuns también urgen a lo mismo. Además arranca septiembre y Cataluña está en vísperas de la Diada, una fecha clave para el independentismo a la que le seguirá el aniversario del 1-O. No son, desde luego, momentos para la división.

La fecha clave del 11-S

La ruptura y el desencuentro es evidente, incluso de cara a celebraciones de referencia. El Govern de Pere Aragonès ya ha iniciado su campaña para la Diada, el 11 de septiembre, dando a conocer los eventos programados y los carteles mientras que Junts sigue anclada en la polémica del 'caso Borràs', reivindicando su puesto. Sin embargo, por la situación de interinidad del Parlament, quien representará los actos oficiales del 11-S será la vicepresidenta del Parlament de ERC Alba Vergés, quien ahora ejerce de presidenta temporal. Así, mientras ERC toma los espacios públicos en las fechas clave y la CUP avisa que "volverá a las calles" en la Diada, Junts se enroca en el caso Borràs y ha lanzado un ultimátum a ERC para que vuelva a la vía unilateral para la independencia. Por su parte, ERC se mantiene prudente y apuesta por mantener un perfil moderado que le aleje del independentismo radical por lo que Pere Aragonès ya ha anunciado que no acudirá a la manifestación organizada por ANC. Las distancias se ensanchan y avanza una guerra total entre ambos partidos que tendrá como telón de fondo un septiembre caliente.

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