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Política

"No hay conflicto entre Díaz y Sánchez. Podrían ponerse de acuerdo en 5 minutos"

El politólogo y exparlamentario del PSE Óscar Rodríguez Vaz.

El 15M, los últimos meses del gobierno Zapatero o el inicio de la crisis económica suenan a día de hoy como ecos lejanos de otra era. Pero no deberíamos perderlos de vista. A horas de que se conozca el resultado de las primarias socialistas, el vencedor debería aprender de estos fenómenos para enfrentarse a la ardua tarea de combatir la desafección política en España. Lo dice alguien con conocimiento de causa como Óscar Rodríguez Vaz, politólogo de la UPV-EHU y autor de una tesis -'Una visión de las causas de la desafección política en España y de las ideas para combatirla'- en la que ahonda en este asunto.

Durante cuatro años, el también exdiputado del PSE y activista social ha trabajado con una treintena de militantes y dirigentes del PSOE y de Podemos -a través de grupos de discusión y entrevistas- para averiguar qué provoca la desafección política y cuál es la predisposición en la izquierda española a abordar reformas en el sistema de partidos basadas en la transparencia, la participación y la rendición de cuentas. Y entre sus conclusiones destaca la falta de virtud de nuestros dirigentes y la insuficiencia de los mecanismos de participación para salvar esta brecha entre la ciudadanía y sus representantes.

El PSOE está inmerso en una guerra civil que no se sabe si concluirá este domingo. ¿Qué ha provocado esa desafección tan profunda que preocupa en el Partido Socialista?

Yo relativizaría un poco que haya una guerra civil. Hay diferentes candidaturas que están expresando sus diferencias públicamente, y a mí eso me parece sano. Las razones que han provocado esta situación no son sólo una y son bastante anteriores a Pedro Sánchez. Las situaría en el año 2011 cuando, después de sufrir el mayor batacazo de su historia, al PSOE se le paró el reloj, y no sé si ha cogido la hora todavía. Los dirigentes socialistas no acabaron de entender que significó el 15M y todos aquellos movimientos que nacieron en las plazas, ni acabaron de tomar las medidas necesarias para actualizar su proyecto. 

¿No han sabido leer lo que pedía la sociedad?

Ni los socialistas ni el Partido Popular. Si hubieran tomado medidas, Podemos y Ciudadanos podrían haber emergido igualmente, pero no con tanta fuerza. Según reconocen los propios dirigentes y militantes de Podemos en esta investigación, ellos son consecuencia directa del 15M, que puso encima un montón de medidas encima de la mesa relacionadas con la regeneración. Los partidos que gobernaban por entonces no se dieron por aludidos, provocando que emergieran dos formaciones políticas nuevas con mucha fuerza. Esa es la prueba de que los grandes partidos no entendieron ese movimiento, y no sé si lo han hecho seis años después. 

¿Hay una diferencia entre la desafección que sienten las propias bases del PSOE y su electorado potencial?

Existe una sintonía. Según los datos que se conocen, la militancia del PSOE ha menguado prácticamente la mitad en los últimos años, un dato que casi coincide con los votantes que han migrado (de 11 millones a prácticamente 5 millones y medio). El nivel de desafección entre votantes y militantes podría ser equiparable, aunque las causas no tienen nada que ver -los militantes buscan un referente interno, a diferencia de los votantes-.

Las razones que han provocado esta situación no son sólo una y son bastante anteriores a Pedro Sánchez"

De las tres candidaturas que están sobre la mesa en estas primarias, ¿cuál le parece más útil para recuperar la confianza de los militantes en lo relativo a la regeneración?

Las tres juntas. O juntan las propuestas de los tres o no se saldrá del pozo. Me temo que es muy difícil, primero, que se unan los tres; y aunque esto ocurriera, será muy difícil salir de este agujero. Ninguna propuesta es mala si va en camino de la apertura, porque ahora hay gente que señala a las primarias como el motivo de la división, y eso es radicalmente falso. Lo que genera desafección es precisamente la elección a dedo, las listas cerradas y bloqueadas... y ese tipo de medidas que han quedado obsoletas. Por eso, no creo que sobre ninguna propuesta siempre que vaya en el camino de la regeneración y de la reforma del modelo de partido.

Hace unos días, Susana Díaz presentó su programa, en el que plantea despojar de poder al secretario general para consultar a los militantes. ¿Le parece una propuesta contraproducente?

No, me parece buena. Como criterio general, la solución a la desafección hacia los partidos políticos pasa por combinar mecanismos de democracia representativa con mecanismos de democracia directa. Cuando hay que apelar a la democracia directa y hay que consultar una decisión importante como podría ser una coalición de gobierno, unos presupuestos o la revocación de un cargo público, me parece bien que la decisión no dependa de una sola persona, que podría utilizar esas consultas a su conveniencia. Y ya tenemos muchas experiencias en las que un líder sólo quiere rendir cuentas ante el pueblo, y es la mejor manera de no rendirlas. 

O los tres candidatos juntan sus propuestas o no se saldrá del pozo. Y aunque esto ocurriera, será muy difícil salir de este agujero"

¿Cree que la abstención del PSOE tendría que haberse consultado con la militancia?

Absolutamente. Pero como tendría que haberse consultado, en unos términos no tergiversados, el acuerdo que se hizo con Ciudadanos. Se hizo una consulta de parte y muy ambigua. Esto vale también para Podemos, que ha tomado algunas propuestas del 15M y las ha aplicado de manera torticera, como en el caso de las listas abiertas.

En su investigación, ¿ha detectado una mayor resistencia al cambio entre los dirigentes de la 'vieja guardia' del PSOE?

Hubo un asunto que me pareció muy significativo. Los dirigentes y militantes de Podemos decían que la desafección política era algo típicamente español y, como mucho, de los países del sur de Europa. Sin embargo, los dirigentes socialistas pensaban que se trataba de un problema global. A la hora de atajarla y de poner medidas de regeneración sobre la mesa, los dirigentes socialistas son más reacios. Mi interpretación es que, si consideran que el problema es más inabarcable, no se molestan en cambiar porque piensan que no van a arreglarlo.

¿Teme que, tras las primarias, la brecha entre aparato y militancia sea tal que volvamos a un escenario como el que enfrentó a Almunia y Borrell?

No lo sé. Yo no veo un conflicto entre Díaz y Sánchez: me parece lamentable, porque hace un año y medio estaban completamente de acuerdo, y de hecho Díaz aupó a Sánchez a la Secretaría general. Se podrían poner de acuerdo en cinco minutos, llevan toda la vida en política.

En el debate de la semana pasada les costó mucho...

En el debate seguramente estaban en una representación. No está claro lo que puede pasar el día después. Por eso decía antes que las propuestas de los tres seguramente tienen alguna neutralidad, y lo que no le sobra al PSOE es capital humano. Una de las razones de la desafección política que ha aparecido en el estudio es precisamente la mediocridad de la representación política. Ha habido una descapitalización general y falta de virtud en la clase política, así que a partir del lunes no creo que quien gane tenga que prescindir de nadie; al contrario: tendrá que intentar sumar a mucha más gente que ni ha participado en el proceso ni está en el partido.

Si el PSOE no empieza a sacar nuevas propuestas e ideas que ilusionen, la gente optará por otras opciones. En ningún sitio está escrito que el partido tenga que aguantar otros 140 años"

Una de las desgracias que tiene el estar en primera línea de los partidos es que uno piensa que los debates que interesan al partido son los debates que le preocupan a la gente, y no es así. La gente no está esperando al Partido Socialista. O empieza a sacar nuevas propuestas e ideas que ilusionen a la gente -sobre todo en regeneración democrática y planteamiento de un modelo socioeconómico alternativo- o la gente optará por otras opciones. En ningún sitio está escrito que el PSOE tenga que aguantar otros 140 años.

¿Qué pasos recomendaría dar al ganador de las primarias?

Que sea radical en las propuestas. Que no se escude en el escenario, en la desafección global o en la crisis de la socialdemocracia internacional para hacer sus deberes. Es insoportable el ambiente que se está respirando en este país y es insoportable comprobar la incapacidad que están demostrando los partidos políticos para regenerarse a sí mismo. Por eso le pediría radicalidad regeneradora.

La relación con Podemos

Uno de los debates que más ha enfrentado a Díaz y a Sánchez ha sido la supuesta connivencia con Podemos de este último. De cara al electorado, ¿es una buena idea acercarse a Podemos para combatir la desafección?

Una de las cosas que hizo bien Aznar fue aglutinar a toda la derecha en torno a un proyecto político que apenas ha tenido fugas. Uno de los males endémicos de la izquierda es que tiene una capacidad inmensa de subdividirse. Sin mezclar las siglas ni tener que disolver a ningún partido político, ahora mismo me parece éticamente exigible que se junten los que se encuentran en la oposición para desalojar al partido más corrupto que ha existido en la democracia española. No sé si es bueno o malo para la militancia, pero sí que sé que una gran mayoría de la ciudadanía está harta.

¿Qué mecanismos puede utilizar el PSOE para recuperar a esa parte del electorado que se ha 'pasado' a Podemos? 

Radicalidad en los planteamientos de regeneración democrática y mucha imaginación en lo que tiene que ver con la reestructuración del modelo de desarrollo socieconómico. Hay que poner las cartas boca arriba en esas materias. Lo que está claro es que la gente no está apostando por la socialdemocracia para salir de la encrucijada en la que está metida ahora mismo. Si la democracia no resulta fiable en los términos en los que está planteada, igual hay que plantearse, por ejemplo, qué es para la socialdemocracia un obrero. El Partido Socialista quizá no se está haciendo estas preguntas.

A día de hoy resulta inimaginable no hablar de primarias y transparencia en los partidos. Sin la crisis del bipartidismo, ¿habrían sido las cosas distintas?

Está todo íntimamente ligado. El 15M surge como consecuencia de la crisis de representación y eso hace que los partidos tradicionales pierdan peso electoral. Veremos qué ocurre ahora: con la trayectoria que llevan Podemos y Ciudadanos, haría falta otro 15M. Ciudadanos, con su cambio permanente en torno a asuntos críticos, y Podemos, con una deriva que no se entiende muy bien -del discurso del 'arriba y abajo' a abrazar a Anguita-, ambos están defraudando a lo que se reclamaba desde el 15M. Los nuevos quizá han envejecido demasiado rápido. Y los datos estructurales que provocaron el 15M se mantienen: sigue habiendo una gran cantidad de gente en la precariedad y no se avistan cambios estructurales en el sistema.

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