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Política

Rajoy no hará un cambio de gobierno hasta que se normalice la situación política

El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, durante una intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso.

La marcha del ministro de Economía, Luis de Guindos, a la Vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), no se va a producir antes de marzo/abril de este año y para la de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, a la Presidencia del PP catalán -si es que se produce- se necesita que en Cataluña haya gobierno y comience una legislatura autonómica de vuelta a la normalidad constitucional. Es decir, finales de febrero como mínimo.

Con ese calendario ha jugado Mariano Rajoy a la hora de convocar en marzo la Conferencia política del PP y, sobre todo, a la hora de pensar en una eventual crisis de gobierno. Son muchos en el partido quienes creen que el gabinete está 'quemado' y que se necesita un revulsivo para dar la vuelta a las encuestas que auguran una auténtica debacle del PP en toda España a manos de Ciudadanos.

Pero el presidente del Gobierno, nunca partidario de grandes cambios, en esta ocasión lo es mucho menos. Cualquier movimiento en profundidad, como la recuperación para el Gobierno del ex ministro y actual presidente del PP vasco, Alfonso Alonso -en el partido se especula que para la cartera de Interior en sustitución de Juan Ignacio Zoido, muy cuestionado- se iba a interpretar en clave sucesoria. No digamos ya la incorporación del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; Zoido es una persona muy afín a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y Alonso lo es de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría... Palabras mayores, semejante cambio. 

Rajoy dejó claro ayer ante la Junta Directiva nacional que no quiere una batalla sucesoria antes de tiempo: "Estoy dispuesto a dar la batalla", dijo insistiendo en su mensaje de que ve posible otra candidatura suya

Y si algo dejó claro Rajoy ayer a la Junta Directiva Nacional del PP es que no quiere dar pistas sobre el cuándo y el cómo de su sucesión, si es que se decide a dar un paso atrás. De momento, está "dispuesto a dar la batalla", dijo al final de su discurso como aviso a navegantes. En primera fila le escuchaba atentamente la vicepresidenta y al lado de él, en la mesa presidencia, la secretaria general del partido.

Los más veteranos de la organización saben que, caso de no repetir, Rajoy se cuidará muy mucho de dar señales de ello sólo al final de su mandato porque lo contrario supondría abrir las hostilidades internas a dos años de las elecciones; y no solo entre Feijóo, Cospedal y Santamaría, también entre los otros posibles candidatos que vayan surgiendo.      

Un dato más: si el calendario del jefe del Gobierno se cumple es muy probable que, para la Conferencia del PP, el Consejo de Ministros haya presentado el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado 2018 porque el PNV le haya dado su visto bueno. Y la afirmación de que la legislatura nacional va a durar como mínimo hasta otoño de 2019, no generará dudas. 

Hoy por hoy, parece el cuento de la lechera pero en ello confía la Moncloa para estabilizar al 'enfermo' PP y dar la vuelta a las malas encuestas que auguran una auténtica debacle en toda España. Si lo logra, entonces acometerá esa reforma de gobierno, sobre la cual están circulando en estos días todo tipo de teorías, todas interesadas en clave sucesoria.

El calendario del "rearme programático" del PP para hacer frente al desafío de Ciudadanos incluye una convención nacional en Andalucía y diez "temáticas" por toda España

Uno de los ministros a los que se ve de salida es el titular de Educación y Portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, contra quien disparan los críticos del partido porque entienden que el Ejecutivo no transmite bien. Ayer Rajoy dijo que el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer en Cataluña aunque eso le haya supuesto perder las elecciones del 21-D.

Y añadió: "Dependemos de nuestro trabajo", en una clara alusión a quienes dentro de la organización popular ven con pavor el ascenso de los de Albert Rivera. Para conjurarlo, la dirección popular ha programado diez convenciones temáticas de "rearme programático", en palabras del presidente, la primera de las cuales, dedicada a la Educación, se celebrará en Santiago de Compostela el 27 de enero.

Seguridad y la libertad, agenda digital, pensiones, conciliación laboral, turismo, pymes, mundo rural, medioambiente, violencia de género, deportes y vida saludable serán los temas de las otras nueve convenciones temáticas; además de esas diez convenciones y la convención nacional en Andalucía, el PP tiene previsto celebrar una escuela de invierno, que tendrá lugar en Canarias del 1 al 4 de marzo.

A este evento debe sumarse otro: la reunión del grupo parlamentario popular europeo que se celebrará del 7 al 9 de marzo en Valencia.

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