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Política

Luna de miel: el PNV se abre a dar estabilidad al Gobierno toda la legislatura

El diputado Aitor Esteban junto al actual consejero de Hacienda vasco, Pedro Azpiazu, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor.

Hay dos exdiputados del PNV que hoy forman parte del Gobierno vasco y que tienen entrada directa en los despachos de buena parte de los ministros de Mariano Rajoy. Se trata de Josu Erkoreka y de Pedro Azpiazu, que complementan a la perfección el hilo directo que el lendakari Iñigo Urkullu mantiene con Rajoy y también con su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Azpiazu se entrevistó ayer en Madrid con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, al que conoce desde hace 16 años, con quien constató que entre Madrid y Vitoria se ha abierto una nueva etapa, la que facilitará presumiblemente al PP el agotamiento de la legislatura.

El País Vasco se beneficiará de los mismos objetivos de déficit que el resto de las comunidades

La luna de miel que acaba de inaugurarse entre ambos Gobiernos se refleja en tres acuerdos de relieve que han tenido como escenario el Ministerio de la calle Alcalá. En primer lugar, el País Vasco se beneficiará de los mismos objetivos de déficit que el resto de las comunidades autónomas: 0,7, 0,6, 0,3 y 0% en el periodo 2016/2019. Por otra parte, grupos de trabajo de ambos gobiernos pactarán la liquidación de las leyes del cupo que abarcan los años 2007/2011 y 2012/2016. Los cálculos realizados hasta el momento divergen y hay en juego cerca de 1.500 millones en disputa. Por último, las dos administraciones negociarán el cambio del convenio que afecta a la Y vasca, el proyecto con el que el PNV lleva años intentando unir por ferrocarril las tres capitales vascas.

El Ministerio de Fomento, con Iñigo de la Serna al frente, está de acuerdo en que el Ejecutivo de Urkullu financie estas obras de alta velocidad y luego descuente la cantidad correspondiente del cupo. Falta que Hacienda dé su visto bueno y ayer Montoro se comprometió a estudiarlo. Ello implicaría tanto como comprometer al PNV con los Presupuestos de los próximos años, no solo con los de 2017, paso que daría estabilidad parlamentaria al Gobierno permitiéndole jugar con una geometría variable que no haría imprescindible al PSOE si el PP cuenta con el apoyo de Ciudadanos y viceversa.

A Rajoy le interesa esta luna de miel con el PNV por dos motivos. El primero, que le aporta ciertas garantías de que podrá agotar la legislatura. El segundo, que el nacionalismo vasco facilita un claro contraste con el catalán, lo que le permitirá demostrar, apuntan fuentes del PP, que la moderación tiene sus ventajas y la radicalidad y la defensa de metas que están fuera de la Constitución, la correspondiente penalización.

Las ventajas para el PNV de colaborar con el Gobierno contrastan con el dique seco del nacionalismo catalán

La cordialidad entre el PP y el PNV también le viene bien en esta coyuntura al Partido Socialista.  Algunos de sus dirigentes han trabajado en las últimas semanas con los nacionalistas vascos para que sus cinco diputados apoyen los Presupuestos en el debate de totalidad previsto para mediados de febrero. Si lo hacen, los votos de los 85 diputados del PSOE no serán imprescindibles para que prosperen las cuentas del año que viene y, por tanto, podrán presentar una enmienda de totalidad para defender su ‘agenda social’. Lo harán siempre que los 32 parlamentarios de Ciudadanos y el de Coalición Canaria respalden al PP en este trámite, algo que en el Gobierno se da por hecho una vez se deje a Albert Rivera lucir sus desavenencias y ponerse “alguna medalla” como la que los socialistas acaban de colocarse con la subida del 8% del Salario Mínimo Profesional.

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