Felipe González ‘hizo campaña' en Prisa para que endureciera su línea con el tema catalán

La influencia de la ‘vieja guardia’ del PSOE en el Grupo Prisa se mantiene intacta. La relación que se fraguó en la década de 1980 tiene profundas raíces y así se ha vuelto a demostrar recientemente, después de que los independentistas aprobaran las leyes de Referéndum y Transitoriedad Jurídica. Hace unos días, el expresidente del Gobierno, Felipe González trasladó a algunos miembros de la cúpula del grupo que, a su juicio, la magnitud del problema catalán hace necesario elevar el tono contra los responsables del proceso soberanista, ante el riesgo que corre la integridad de España. De esas palabras surgió un debate que ha dado lugar al contundente editorial que ha publicado este miércoles el diario El País, según han explicado a Vozpópuli fuentes del grupo.

Que la voz de los dirigentes del viejo PSOE sigue teniendo un peso importante en la cúpula de Prisa no es ningún secreto. Así lo reconoció hace unos meses Juan Luis Cebrián en una entrevista en LaSexta en la que confirmó que Alfredo Pérez Rubalcaba forma parte del Comité Editorial de El País y destacó que Felipe González acude a reuniones de directivos de Prisa, junto con otras personalidades “de la derecha y la izquierda”.

En estos encuentros, se escuchan los puntos de vista del expresidente sobre la línea ideológica que deben seguir estos medios de comunicación. “Es una persona con un criterio, con una capacidad de información y con unas relaciones fuera de común (…), es un lujo tenerle en el grupo”, afirmó Cebrián en la citada entrevista con Jordi Évole, para justificar la relación de González en Prisa.

En una reciente conversación con responsables del grupo, González incidió en que, a la vista de las hostilidades de los independentistas, el periódico generalista más leído de España debía adoptar una actitud más beligerante. Precisamente, como la que ha mostrado este miércoles en un editorial en el que ha llamado al Gobierno y al resto de las instituciones del Estado a “actuar con firmeza y con todos los medios” disponibles para restablecer el orden constitucional. “Promover o apoyar una rebelión contra un Estado democrático en la Europa del siglo XXI es una ofensa a la libertad de los ciudadanos, a la convivencia entre ellos y a sus derechos más inalienables. Frente a la demagogia imperante, esparcida por algunos oportunistas líderes políticos y los aprendices de brujo de la Generalitat, es preciso poner de relieve que no hay tensión entre democracia, legalidad y legitimidad”, ha expuesto el diario. 

En una reciente conversación con los responsables del grupo, González incidió en que, a la vista de las hostilidades de los independentistas, el periódico generalista más leído de España debía adoptar una actitud más beligerante.

El contenido de este texto se fraguó durante la última reunión editorial de la cabecera, a la que asiste normalmente su director, Antonio Caño, así como varios miembros de la sección de Opinión, intelectuales procedentes del mundo académico y el propio Pérez Rubalcaba. En el encuentro, sus miembros decidieron por unanimidad que, ante la gravedad de los últimos hechos acontecidos en Cataluña, y ante la deriva de sus dirigentes, El País debía ofrecer una respuesta firme. Así ha sido.

En la tarde de este miércoles, la edición digital del diario difundía una pieza con los 26 editoriales relacionados con el problema catalán que ha publicado desde el pasado 1 de marzo, en los que queda claro que el asunto ha sido prioritario para sus responsables. En estos textos, el periódico ha advertido de los peligros que entraña el proceso soberanista para Cataluña y para el resto de España, ha apostado por el diálogo entre las partes y ha llamado a la Generalitat a que cumpla con las leyes estatales y renuncie a seguir recorriendo la vía hacia la independencia.

El propio Juan Luis Cebrián firmó un artículo el pasado 9 de septiembre en el que, entre otras cosas, advertía de las consecuencias que tendría para los catalanes una posible ruptura con España: “Los atribulados dirigentes de la secesión, ya casi constituidos virtualmente en Convención aunque ellos no lo sepan, deberían recordar que esa etapa revolucionaria desencadenó el Terror, única manera de acallar a los disidentes. Si como es probable no triunfan en ello, todo quedará al final en la representación de una payasada descomunal, con perjuicio para los intereses de catalanes y españoles”.

Comité Editorial

Esto demuestra que el tema catalán ha ocupado una buena parte de las conversaciones del Comité Editorial de El País durante los últimos meses. De hecho, en las reuniones, no sólo se ha debatido sobre las consecuencias que la independencia tendría para España, sino también para la Unión Europea –tambaleante aún por el golpe del 'brexit'-, han precisado a este periódico fuentes conocedoras de esos encuentros.

En su encuentro con la cúpula del grupo, Felipe González no sólo hizo hincapié en la conveniencia de elevar el tono con la Generalitat, sino que también expresó la necesidad de que ninguno de los medios de comunicación de Prisa –desde El País hasta la Cadena SER- sirva de altavoz de uso frecuente para quienes quieren desprestigiar las instituciones españolas en un momento tan complejo, dentro y fuera de la comunidad autónoma catalana.

El tema catalán ha ocupado una buena parte de las conversaciones del Comité Editorial de El País durante los últimos meses.

No hay que olvidar que Prisa cuenta con el periódico más leído de España y con la radio generalista más escuchada; y aunque su grave crisis financiera le ha obligado a deshacerse de algunos negocios durante la última década, sus mensajes siguen llegando con fuerza a la opinión pública.

Felipe González mantiene su influencia en el grupo y así se ha podido apreciar en varias ocasiones en los últimos años. A veces, de forma directa, como ocurrió hace unos meses, cuando se opuso abiertamente en El País y en la SER a las maniobras de Pedro Sánchez para escorar al PSOE hacia posiciones ideológicas cercanas a Podemos. Otras veces, lo hace de forma indirecta, como ha ocurrido con este último episodio del problema catalán.