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El extraño universo personal de Eduardo Casanova

Eduardo Casanova, director de cine

Si conocen ustedes Vine, la aplicación para hacer vídeos de pocos segundos, conocerán a Eduardo Casanova. Si no, posiblemente, en quién estén pensando es en Fidel, el personaje que desde hace casi 10 años encarna en la serie Aída. Aunque ambos tienen mucho en común -de hecho, en cuanto pasó la adolescencia, Casanova imprimió un carácter propio en el personaje, que pasó de ser un niño más bien tímido y callado, a un torbellino de emociones-, el mundo que se esconde detrás de la televisión poco tiene que ver con el empollón que vemos cada domingo. Excesivo, histriónico y barroco, Eduardo Casanova es la reencarnación del Pedro Almódovar que dirigía Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón, que se inventaba la vida de una tal Patty Diphusa y que cantaba con Fabio MacNamara aquello de Quiero ser mamá. Y como le pasaba a Almodovar en aquella época, no todo el mundo está preparado para su arte.

Por ahora, Casanova ha dirigido tres cortos y está preparando su cuarto trabajo, titulado ‘La hora del baño’.

Hasta la fecha, Casanova ha dirigido tres cortos y está preparando su cuarto trabajo, titulado La hora del baño, con Macarena Gómez como protagonista, y para el que ha decidido utilizar una plataforma de crowdfunding para financiarlo, pues según ha declarado en muchas ocasiones, se ha arruinado autoproduciéndose sus anteriores cortos y esta vez quería centrarse únicamente en escribir y dirigir. Tal vez uno pueda pensar que para alguien que trabaja en televisión durante tanto tiempo, desembolsar una cantidad de dinero no supone un gran esfuerzo. El problema viene cuando se tiene una visión muy concreta de lo que se quiere hacer y, para conseguirla, hay que invertir mucho. Evidentemente, Casanova se ha podido permitir un acabado y unos actores que cualquier otro director novel no podría. Esas son las ventajas de salir en televisión. Pero junto a estos privilegios, está la exigencia del público, que quiere ver al Fidel de Aída -y no lo van a encontrar ni de lejos-, y las dificultades de la industria, que no acepta productos que se alejen de lo convencional, por mucho que participen actores conocidos.

De Tarantino a John Waters

En Ansiedad, su primer corto, vemos el sufrimiento de Violeta Lagartija, una vedette con fobia social que vive a base de ansiolíticos. En Fumando espero, una mujer madura mantiene una relación sexual con un jovencito cuando son sorprendidos por su marido. Y en Amor de madre, la actriz Ana Polvorosa de vida a una madre que desespera porque su marido se ha llevado a su hijo y, a la vez, lucha contra una invasión zombie. Terror, melodramas, escenarios monocromáticos y mucho mal gusto son las señas de identidad de Casanova como director. Entre sus influencias, dice que se encuentran Brian de Palma, David Lynch, Tarantino, Álex de la Iglesia y, sobre todo, John Waters. Del director americano ha heredado, claramente, la irreverencia. El primer guion que escribió Casanova se titulaba El chocho asesino de Tiesa López. Mientras preparaba el rodaje, acudió a un programa de televisión y desveló el título del corto. El revuelo fue tal que, al día siguiente, incluso se publicaron artículos cuestionando la capacidad de un niño para rodar algo tan ordinario.

En 2012, su pareja publicó por error una fotografía de los dos desnudos en la cama.

Y es que las polémicas no han estado alejadas de Eduardo Casanova. En 2012, su pareja de aquel momento publicó, por error, una fotografía de los dos desnudos en la cama en Instagram. Aunque eliminó la imagen rápidamente, muchas publicaciones se hicieron eco del desliz y el actor tuvo que pedir disculpas y, como consecuencia, cerrar los perfiles que tenía en otras redes sociales. Cuesta pensar que se tratase de un error, pues para publicar una fotografía en Instagram hay que seguir una serie de pasos que no pueden improvisarse -desde elegir la imagen hasta ajustar el tamaño y aplicarle filtros-, pero aun así, tampoco fue el propio Casanova el que cometió la equivocación -lo mismo le pasó posteriormente a David Castillo, el Jonathan de Aída, cuando su novia publicó una fotografía del actor en una piscina, sin darse cuenta que a través del agua podía verse que el actor estaba desnudo-.

Todo el futuro por delante

Pero donde sí ha creado buenas polémicas ha sido en Twitter. El actor no se muerde la lengua para dejar claro lo que opina de la industria cinematográfica española, de las distribuidoras y del país entero si hace falta. A raíz del estreno de su tercer corto, Casanova tuiteaba: “Que asco de país. Aquí nadie valora nada, me he arruinado produciendo mis guiones y ahora nadie me los distribuye. ¿De qué me sirve hacer Fumando espero y Amor de madre si luego nadie los va a ver?”, “¿Por qué películas malas con repartos comerciales y con guiones de mierda se distribuyen y se hacen ricos y los que realmente nos apasiona esto nos comemos una mierda?”. Rápidamente la red se llenaba de muestras de apoyo y el actor, más calmado, escribía: “Sé que no soy el único al que no se le valora el arte, por eso os apoyo artistas a que sigamos trabajando”. Y ahora es cuando tiene el reto de demostrarlo.

¿Tendremos una spin off titulada ‘Fidel’ como ya ocurrió con Aída en ‘Siete vidas’?

Aída termina su largo recorrido esta temporada. ¿Qué le deparará el futuro a Eduardo Casanova? ¿Le veremos dirigiendo su primer largometraje? ¿Continuará trabajando como actor? ¿Tendremos una spin off titulada Fidel como ya ocurrió con Aída en Siete vidas? Mientras tanto, disfruten de sus piezas en Vine, les aseguro que se van a sorprender.

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