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España

Rubalcaba se aferra al ajuste y a la banca como herramientas de su oposición provisional

Rajoy dejó claro este lunes que no está por la labor de crear un ‘banco malo’. Pero sí anticipó que el nuevo Gobierno facilitará más fusiones entre entidades financieras en busca de un mapa bancario “más sólido”. Y que el saneamiento de los bancos y cajas más dañados pasará por la venta de los inmuebles que tienen en sus balances y por una valoración “muy prudente” de los solares y las promociones inconclusas.

Estas medidas, advirtió Rajoy, supondrán “la asunción de pérdidas latentes u ocultas” en los balances, por lo que será inevitable una segunda ola de fusiones y nuevas necesidades de capital para mantener la solvencia. También avanzó cambios en el modelo de regulación de las cajas y sus fundaciones para garantizar “la independencia y la profesionalidad”. La culminación del proceso estará lista para el verano.

Esta presentación contiene la ambigüedad suficiente como para que Alfredo Pérez Rubalcaba advirtiera ayer al líder del PP que el PSOE se opondrá sin matices a la entrega de dinero público a las entidades en dificultades. Rajoy le contestó que si el FROB no se nutre de dinero público, que venga Dios y lo vea. La polémica está servida y será una frontera de choque entre Gobierno y oposición para los próximos meses.

Rubalcaba también ha elegido como escenario de fricción el contenido del futuro ajuste presupuestario. “Las políticas de ajuste fiscal excesivas conducen al estrangulamiento económico y son incompatibles con el crecimiento”, ha avisado Rubalcaba. Tampoco tragarán los socialistas con los llamados ‘mini jobs’, ensayados en Alemania como solución para que los jóvenes puedan acceder a empleos con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional. Puestos a importar, según Rubalcaba, el nuevo Gobierno podría anunciar el cierre de las centrales nucleares…

Otra línea roja siempre relativa, ya que el PP dispone de una holgada mayoría absoluta, queda instalada en la política fiscal. Un cálculo apresurado del dirigente socialista le llevó a la conclusión de que Rajoy ha comprometido 10.000 millones en deducciones fiscales, sobre todo procedentes de Sociedades, lo que le ha conducido a cuestionar que el cumplimiento del objetivo de déficit para 2012, el 4,4% del PIB, sea realmente una prioridad para el PP.

En realidad, la única figura tributaria en la que Rajoy ha precisado algo sus planes es en el Impuesto sobre Sociedades. El nuevo Ejecutivo eliminará las limitaciones existentes para aplicar el tipo del 20% a las empresas con negocio inferior a cinco millones. Además, ampliará hasta los 12 millones de euros la cifra de negocio que permite acogerse al régimen especial previsto para las sociedades de reducida dimensión. Por último, se ampliará hasta los 500.000 euros el límite de base imponible al que se aplica el tipo reducido del 25%.

Otras iniciativas fiscales que el PP tiene en cartera pasan por la mejora en la fiscalidad de los beneficios no distribuidos, las exenciones para la modernización de los activos fijos, el mantenimiento del tipo superreducido para la compra de vivienda habitual y el retraso en el pago del IVA hasta que no se hayan satisfecho las facturas, sin olvidar la compensación automática entre las deudas reconocidas por las administraciones y las deudas tributarias de las empresas con éstas.

Como una mosca cojonera

Al mostrar el camino a recorrer en su nuevo traje de opositor, Rubalcaba estrenó ayer lo que un veterano diputado de su grupo define como “la oposición de la mosca cojonera”. Y lo ha hecho desde el minuto cero de la legislatura, cuando ésta ni siquiera ha arrancado, intentando ganar así ventaja en el tablero de ajedrez que se desplegará formalmente en la primera semana de febrero, cuando comience el 38º Congreso del PSOE. Este es el tablero que realmente le interesa ahora a Rubalcaba y la que puede ser su principal contrincante en la carrera por la secretaría general, Carmen Chacón, aplaudió ayer su discurso con un mohín de apatía. Sus movimientos de verdad se iniciarán después de Navidades.

Consciente de que su juego se remite por entero al congreso socialista, Rubalcaba comenzó este lunes en la Carrera de San Jerónimo su carrera como jefe de la oposición señalando las principales contradicciones del PP. Las hay, pero el clima de interinidad en el PSOE lo invade todo y ofrece a Rajoy una tregua suplementaria a la alemana, esta vez de tinte doméstico.

Y en este paréntesis no podía faltar un gesto de mano tendida al diálogo. El PSOE está dispuesto a pactar con el nuevo Ejecutivo el encaje con Europa, la política de rentas y la reforma de las administraciones públicas. Pero la enorme desconfianza con la que los dos principales partidos comienzan esta legislatura, hace improbables estos entendimientos. Además, en el PP se preguntan con razón si lo que se puede pactar ahora con Rubalcaba puede valer para dentro de unos meses.

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