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España

Nuevo escenario ferroviario: las CCAA preparan la supresión de más de 70 trenes

Estación de trenes Puebla de Sanabria (Zamora), una de las terminales que han perdido la condición de Obligación de Servicio Público, concretamente en su conexión con Galicia.

Los cambios que Fomento proyecta en Renfe Operadora suelen ser tan exasperantemente lentos y confusos que nunca se sabe a ciencia cierta si terminan de llegar o si se pierden en el tiempo. Ocurre con la liberalización del mastodóntico operador público, de la que se sabe poco o nada; ocurre también con la futura alta velocidad, condenada por los excesos de los últimos años pero sobre la que nadie en el Gobierno se atreve a expedir el parte de defunción, quizás por el antojo de AVE que perdura en Galicia; y ocurre, finalmente, con el plan de racionalización con el que Fomento pretendía eliminar trayectos deficitarios a partir de un estudio elaborado por Ineco: agobiadas por la posibilidad de perder líneas de tren, las Comunidades Autónomas respiraron aliviadas el pasado 27 de diciembre tras conocer que las nuevas Obligaciones de Servicio Público (OSP, trayectos que el Estado se compromete a financiar) mantienen el grueso de las antiguas relaciones ferroviarias.

Sin embargo, esta alegría inter-territorial parte de un error de lectura que tiene una fecha tope: el próximo 30 de junio. Según el estudio de Ineco “sobre la eficiencia de los servicios ferroviarios de Media Distancia”, la eliminación de una treintena de relaciones ferroviarias origen-destino se consumará el 30 de junio a no ser que sean las comunidades las que financien los viajes, algo altamente improbable. “Aquellas relaciones que tuvieran un índice de aprovechamiento inferior al 15%” y estén exentas de “sensibilidades territoriales basadas en aspectos sociales o de cohesión” perderán su condición de OSP´s. Esta acción supondrá la desaparición de aproximadamente 70 servicios ferroviarios, según ha calculado el sindicato CCOO.

En la práctica, el recorte de OSP´s se traduce en menos horarios. 

Renfe maneja un lenguaje técnico que no siempre está al alcance de todos: una relación origen-destino se refiere al punto de partida y al de llegada, contando con las estaciones intermedias. Así, entre las nuevas obligaciones de servicio público aparece Madrid-Ciudad Real-Jaén, pero no Madrid-Ciudad Real ni tampoco Ciudad Real-Jaén. Eso quiere decir que los ciudadrealeños podrán seguir yendo a ambos puntos en los trenes que hacen Madrid-Jaén y viceversa, pero no a bordo de los que salían de la ciudad manchega porque ya no son OSP. En la práctica, la racionalización se traduce en una reducción de horarios y en menos trenes. Ejemplos como el de Ciudad Real hay a patadas,: Monforte de Lemos, Puebla de Sanabria, Albacete, Huelva, Zafra, Arcos de Jalón, Guadalajara… todas pierden algo.

El nuevo tren: AVE a la ciudad         

En la práctica también hay otra interpretación: la muerte de las estaciones en el mundo rural, cuyos raíles están reservados cada vez más a un lugar de tránsito entre capitales de provincia o grandes aglomeraciones urbanas. En 2011, 335 estaciones de Renfe, la mitad exacta, funcionaron con menos de cinco pasajeros diarios. Ineco desgrana una por una en el informe que presentó a Fomento.

Para la supresión de líneas, Renfe ha considerado aspectos medioambientales, sociales y económicos. Para sustituirlas, el ministerio que tutela Ana Pastor ha considerado el autobús, pero también otra clase de vehículos como el coche privado (se entiende que taxi o algo similar) para los términos más pequeños. Poco a poco, el tren se va del campo para instalarse en la gran ciudad a golpe de AVE.  

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