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España

ZP de usar y tirar: la campaña del PSOE asquea a los acólitos del expresidente

Pedro Sánchez junto al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero

Los pocos fieles que le quedan todavía a José Luis Rodríguez Zapatero, entre ellos algunos de sus exministros, se han apartado de la campaña electoral de Pedro Sánchez, al que acusan de utilizar al expresidente como un juguete de “usar y tirar”. En ocasiones defiende su gestión, cuando no le queda más remedio, pero siempre que puede le condena al silencio. En la conferencia política que nunca llegó a celebrarse hace dos semanas por culpa de los atentados de París, ni siquiera se le había reservado la posibilidad de hablar.

El PSOE justifica que Zapatero no vaya a coincidir  con Sánchez nada más que en un mitin por su viaje a Venezuela como observador electoral

En este clima de frialdad, el equipo de campaña del PSOE ha previsto para Zapatero cuatro mítines, y solo coincidirá en uno de ellos, el día 10 en Gijón, con el secretario general. Este acto ha sido cerrado en la mañana de este mismo miércoles. La versión que se dio en Ferraz para explicar esta distancia es que hay “problemas de agenda”. Tantos, que la primera semana de campaña, Zapatero ha decidido pasarla en Venezuela para ejercer como observador de las elecciones que allí se celebrarán el próximo domingo. Otras versiones apuntan a que el expresidente acude a este país a hacer negocios. También se perderá la Fiesta de la Constitución.

La aversión que Pedro Sánchez demuestra hacia Zapatero tiene, en parte, una motivación puramente electoral. Algunos exministros de su último Gobierno que participaron en la promoción personal del propio Sánchez, le aconsejaron que cuanto antes defendiera la gestión del expresidente mejor, ya que difícilmente podía ganar unas elecciones escondiendo lo que hizo el último Gobierno socialista. Pero los actuales dirigentes del partido opinan lo contrario, que cuanto más se oculte su gestión, más posibilidades habrá de salir airosos el 20-D. En su enfrentamiento del lunes con Albert Rivera y Pablo Iglesias, Sánchez se vio en la obligación de elogiarle, pero lo hizo de forma selectiva. Una cosa fue el primer Gobierno Zapatero, vino a decir, y otra diferente el segundo, donde tuvo que adoptar algunas decisiones impopulares obligado por las circunstancias. Algunos asesores de campaña del líder socialista consideran que éste se excedió en los elogios vertidos hacia su antecesor y le han advertido del riesgo que corre de agravar la sangría de votos. La única de sus exministras que participará en la campaña es Carmen Chacón y lo hará como número uno por Barcelona.

El inconveniente de la incomparecencia de Rajoy

No es esto lo único que preocupa en el cuartel general del PSOE. La incomparecencia de Mariano Rajoy el lunes y la prevista para dentro de una semana en una televisión privada, supone un serio inconveniente para Pedro Sánchez ya que, según opinan fuentes socialistas, le obliga a encararse más de lo recomendable con los candidatos de Ciudadanos y Podemos, cuando es obvio que depende de ellos para llegar a La Moncloa. Algunos diputados socialistas se cruzaron el pasado lunes mensajes en sus móviles donde hacían notar su sorpresa ante el rostro tan soberbio que llegó a lucir Sánchez en los momentos del debate donde se sintió cercado por Albert Rivera y Pablo Iglesias, mientras él solo aspiraba a centrar sus ataques en un presidente del Gobierno ausente. De hecho, sus asesores le trasladaron en los paréntesis  del duelo que nunca debía perder la sonrisa. Se olvidó del consejo en numerosas ocasiones, cuando recordó a Rivera que tiene como asesor económico a un consejero de Liberbank, entidad nacida de tres cajas en crisis, cuando reprochó a Iglesias su apoyo al derecho de autodeterminación o cuando se puso a la defensiva al censurarle sus dos contrincantes las numerosas ‘puertas giratorias’ a las que han accedido algunos exministros y expresidentes socialistas.

En el PSOE se opina que Sánchez ha descendido al partido a tercera división al aceptar debates sin la presencia de Rajoy

Uno de ellos, Felipe González, ya tiene reservada su presencia en cuatro mítines, la mitad de los que protagonizará Alfredo Pérez Rubalcaba. En opinión de los asesores de Sánchez, esta es una de las campañas más complejas que encara su partido, pues la única forma de evitar el sorpasso a manos de Ciudadanos, escenario que pronostican algunos sondeos, es identificándole con un partido de derechas, como el propio candidato socialista hizo el lunes, estrategia que puede achicar el margen de Albert Rivera para apoyar un Gobierno del PSOE después de las elecciones generales.

A estas complicaciones se suma una consideración cada vez más compartida en las filas socialistas: Sánchez debería haber aceptado solo debatir con Rajoy, pues no se entiende que una formación centenaria como el PSOE admita descender de golpe a tercera división jugando el partido “con dos recién llegados”.

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