Encerrona separatista al Rey por la relación España-Arabia Saudí

Los independentistas han preparado una encerrona al rey Felipe VI en la manifestación de este sábado contra el terrorismo. A lo largo del viernes, la CUP, las plataformas civiles de Junts Pel Sí (ANC y Òmnium Cultural) y otros grupos separatistas se convocaron por distintos canales para adentrarse en dicha marcha justo detrás del Rey. Un sitio estratégico y un plan premeditado.

Tanto el monarca como el resto de autoridades han sido colocados por la organización en una posición secundaria para dejar protagonismo a comerciantes, policiales y servicios sanitarios que hicieron frente de primera mano a los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils (Tarragona) el pasado 17 de agosto. Los soberanistas han elegido esta ubicación, a escasa distancia del jefe del Estado, para poder arremeter contra él lo más cerca posible, pues rechazan de pleno su presencia en la marcha.

En concreto, los secesionistas de "camiseta azul" (como símbolo de acogida a los refugiados) y 'estelada' en mano se han citado esta tarde a la altura del Consulado General de Cuba en el Paseo de Gracia. Con dicho boicot al monarca, estos grupos pretenden "denunciar la hipocresía de líderes y representantes políticos, del Gobierno y de la monarquía".

Así, culpan al jefe del Estado de "promover guerras y alimentar conflictos armados, mediante la venta y el comercio de armas a países como Arabia Saudita". También acusan al Gobierno de Mariano Rajoy de aplicar "políticas represivas y antiterroristas que fomentan la espiral de violencia". 

Podemos se suma

A nivel estatal, también Podemos ha puesto empeño en los últimos días en vincular al Rey con el problema del terrorismo. Su secretario general, Pablo Iglesias, se pronunció así el pasado jueves en el Congreso de los Diputados: "La imagen de la Casa Real española manteniendo relaciones de amistad tan notorias con la dictadura saudí, yo creo que avergüenza a muchos ciudadanos, y pensamos que el Gobierno tiene que reconocer que la guerra de Irak tiene mucho que ver con que la seguridad de muchos ciudadanos europeos haya sido puesta en riesgo".

Días antes, en su perfil de Facebook, el líder de Podemos -partido que no ha firmado el Pacto Antiterrorista al igual que PDCat y ERC- incidió en que "para avanzar en la lucha contra el terrorismo es necesario que algunos partidos asuman lo que ha significado Arabia Saudí para el desarrollo de los mantras de los que se nutren las redes terroristas, así como el apoyo histórico de algunos países occidentales a grupos yihadistas a cambio de reforzar sus posiciones geopolíticas". 

Es el mismo argumentario que el utilizado por dichos colectivos separatistas para cercar al Rey y atacar al Ejecutivo. El manifiesto que han elaborado y que también firma Anticapitalistes, movimiento adherido a Podem Catalunya, lleva por título "Paz, convivencia y solidaridad en la diversidad". El texto, por ejemplo, dice que "es hora de volver a gritar 'vuestras políticas, nuestros muertos". Una consigna que estos días ya dirigían al rey Felipe VI vía fotomontajes en las redes sociales. "Vuestras fronteras matan" o "sus negocios, nuestros muertos" son otros de los mensajes controvertidos lanzados.

Es la primera vez que el Rey de España acude a una concentración de este tipo. Cuando Felipe VI estuvo en 2004 en la pancarta de la marcha contra los atentados de Atocha, lo hizo como Príncipe de Asturias. 

Así mismo, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) pidió este viernes, a través de su presidente, Jordi Sánchez, que los manifestantes llevasen banderas independentistas con un crespón negro, además de pancartas. "Es la mejor respuesta a la presencia de jefes de Estado", señaló en su cuenta de Twitter. 

"Menos seguridad"

Estos grupos secesionistas también convocaron un acto previo (a las 16 horas en La Rambla con calle Aragón) a la gran marcha para remarcar dichos mensajes. Agrupados en la plataforma Lafede.cat (Organizaciones por la justicia global), promotora de la web del Pacto Nacional por el Referéndum, evocan al 'No a la guerra' de 2003 y reclaman "menos seguridad desde un despacho y más inversión en políticas sociales para trabajar por la cohesión".