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Irán, Cuba... Las oportunidades empresariales que se desvanecen por la parálisis política

El secretario de Estado en funciones, Jaime García Legaz (dcha.)

El Foro Empresarial España-Irán, celebrado en estos días en la capital del país asiático, ha llevado hasta allí a la Cámara de Comercio de España a un grupo de compañías interesadas en hacer negocios en la zona. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. En el transcurso de un congreso energético celebrado en paralelo también en Teherán, los representantes iraníes hablaron de un deseo un tanto frustrado de colaborar con empresas españolas. Una circunstancia que se relaciona con la particular parálisis política que se está dando en el país y que ya ha provocado que algunas oportunidades de negocio significativas se hayan ido al traste. 

Tras la puesta en marcha del llamado Plan Integral de Acción Conjunta, la incipiente apertura del mercado iraní ha hecho que numerosas delegaciones empresariales de países occidentales hayan llegado hasta el país para tratar de aprovechar oportunidades de negocio. Sin embargo, han sorprendido las declaraciones del asesor internacional de OIEC, la empresa iraní de construcción e ingeniería de la industria del petróleo, recogidas por Efe, en las que aseguraba que “lamentablemente, España está un poco escondida”. 

Yahanshah Kasraí, que así se llama el citado asesor, mencionaba como ejemplo el caso de Repsol, que consideró una empresa muy interesante para Irán. “Mientras las compañías europeas están presentes en todos los eventos, España, en particular Repsol, que es muy interesante para nosotros, está ausente”.

Tras la firma del acuerdo con EEUU, la Secretaria de Estado de Comercio promovió una visita empresarial a Irán con el objeto de explorar las oportunidades de negocio que allí se abren. A ese viaje acudió, entre otros, Josu Jon Imaz, el consejero delegado de la petrolera.

Sin embargo, es cierto que desde entonces las misiones comerciales a Irán han brillado por su ausencia, a diferencia de lo que ha sucedido con otros países del entorno de España. Quizá el sector energético no sea el más atractivo para las empresas pero las oportunidades se dan también en otras áreas donde los iraníes echan de menos a las compañías españolas.

Además, Irán no es el único país en el que se está dando una cierta apertura económica donde España no ha hecho el mejor de los papeles. Un caso muy significativo es el de Cuba que, además, añade el elemento de estar muy ligado históricamente a España. A pesar de ello, el contrato de remodelación y gestión del aeropuerto José Martí de La Habana, el más importante de la isla, ha ido a parar a la compañía francesa Aeroports de Paris, en detrimento de AENA, participado en un 51% por el Estado y que pasa por ser el primer gestor aeroportuario del mundo por número de pasajeros.

Fuentes empresariales han señalado que, en este caso, ha influido sobremanera el hecho de contar con un Gobierno en funciones que, además, se ha posicionado en contra de la visita de su Majestad el Rey Felipe VI a la isla. En cambio, el presidente de la República Francesa, François Hollande, sí realizó un viaje oficial a Cuba e incluso el presidente cubano, Raúl Castro, eligió Francia como destino de una de sus muy escasas visitas al exterior.

El contrato de gestión del aeropuerto José Martí estaba predestinado para AENA y hubiera sido de gran utilidad para las numerosas empresas turísticas españolas que se encuentran ya presentes en la isla. Las citadas fuentes hacían hincapié en la paradoja de que España es el único país que cuenta con una asociación empresarial en la isla y de lo poco que ha servido, en este caso.

La situación en Irán parece, en cualquier caso, marchar por un camino similar. Las empresas del país hablan de España como un país un tanto escondido. No es la mejor carta de presentación para hacer negocios.

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